Soldado que huye, sirve para otra batalla.

Este blog, como casi todos, empezó siendo un no sé sabe bien qué. Creo que comencé a usarlo como desahogo de tanta farsa ambiental como desde mi subjetividad creo percibir. La llegada de personas amigas lo ha acabado convirtiendo en una especie de club social, donde las relaciones entre los participantes se situan más en el ámbito del cariño que en el del respeto, sin que este falte. Un sito donde impera el buen humor, con un nivel cultural de los participantes bastante aceptable, en el que se puede hablar de todo. Vamos, que he hecho amigos y buenos con la tontería del blog, ya ves tú. 

No podía durar...

Ha coincidido la llegada estos días que estoy fuera y se me hace un mundo encontrar un pc, de un par de elementos distorsionantes. Una ya es una vieja conocida, el otro es nuevo. En ambos casos se coincide en que no se discrepa de mi opinión; se discrepa de mí... y de ustedes; vamos todos en el mismo paquete. Qué bonito, camaradas y camarados, ya somos todos uno, como los mosqueteros y las mosqueteras.

Grandes males, grandes remedios. En caliente estoy pensando en que este proyecto ya ha llegado a su fin, las fuerzas del mal, de la envidia y del odio ciego ya me han localizado y no nos van a dejar vivir felices. ¿Estoy dramatizando? Es posible, ya dije que escribo en caliente. Pero también pienso que no quiero tener el blog cerrado a comentarios, no quiero perder el gracejo y la agilidad del chateo automático simpático. Y sobre todo lo que no quiero es dedicar más tiempo del estrictamente necesario a personas con problemas de autoestima que creen que nosotros debemos pagar por estar a gusto y felices.

Se me dirá: si cierras el blog han ganado ellos. ¿Y que han ganado? No sólo se quedan con su odio, sus problemas y su vida mísera; además se quedan sin elemento en el que canalizar estas frustraciones.

Es tan sencillo como cerrar el blog, abrir otro nuevo no localizado y enviarles a ustedes por privado la nueva dirección. La amistad que hemos generado este tiempo ha hecho que practicamente de todos tenga mail. No quiero perder esa amistad, al final han conseguido caerme de puta madre, pese a mi conocida frialdad acerada de carácter que huye de sentimentalismos estériles.

Soldado que huye, sirve para otra batalla.

El Desclasado ha hablado, quizás por postrera vez y tal. Joder, cómo mola decir ¨postrera¨, me suena a postre y queda culto.