Yo condeno más.

Pues que resulta que le han partido la cara a un consejero de Murcia. Doy a los españoles por sabedores de la noticia, qué remedio, que están todos los putos telediarios contándonos la película, y ENLAZO el asunto por si las amistades de fuera de España quieren saber de qué hablo. He escogido el primer enlace que salía en Google, con la probable orientación política que lleve el enlace yo no tengo nada que ver.

No tengo nada que ver porque yo condeno más. 

A mí a demócrata no me gana nadie. Vamos, hasta ahí podríamos llegar.

Es que adónde vamos a llegar. Es que vaya barbaridad. Es que, es que, es que...

Es que no podemos romper los valores democráticos de convivencia y recurrir a la violencia. Es que la culpa es de la izquierda que siempre recurre al terrorismo y luego se hace la buenecita. Es que la culpa es de la derecha que crispa y lleva al desespero a la pobre gente. Es que, es que, es que.

¿Es que ustedes se imaginan que nos dedicásemos a apalear políticos? Ni aunque fuesen políticos corruptos como casi todos, oiga. Estas no son las reglas del juego democrático: si ustedes en una lista cerrada en la que no tenían opción de seleccionar, mayoritariamente han elegido que el sobrino del presidente de Murcia sea elegido ministro de taifa, pues ahora democráticamente lo aguantan ad aeternum o ad calendas grecas, que no sé muy bien lo qué quieren decir esas expresiones, pero queda mazo culto y progresista soltar latinajos enarcando una ceja.

¿Qué tendrá que ver que, aunque no nos hayamos enterado apenas, el Gobierno murciano hubiese rebajado unilateralmente los sueldos a los funcionarios por sus santos cojones? ¿Es que acaso los funcionarios no son unos privilegiados? ¿Es que acaso ser sobrino del que manda es un privilegio y no una ley natural? ¿Es que acaso los que mandan no pueden tener familia?

Pero si el chaval es un amor, hombre, no me jodan. Miren qué dicción, qué encanto, qué contento está de haberse conocido y ser sobrino de quien es. Qué risa, María Luisa, se me sale la camisa:

- Estos nos meten en una guerra civil antes de que vayamos a por ellos...

- ¿Tú crees, Fulano? ¿Por qué dices eso?

- Pero tú has visto la que se ha liado porque le han tocado un poco el cutis a un payaso enchufado de la Casta que está dejando sin pensiones a los abuelos, sin casa a los jóvenes, sin trabajo a hombres y mujeres, que están vendiendo el país a pedazos y nos van a dejar endeudados dependientes para los restos...

- Por Dios, Fulano, no digas eso que me acusarán de apología del terrorismo si lo cuento en el blog...

- ¿Ves esa avenida? Pues mira que hermosa hilera de farolas. Pues imagina en cada farola colgando cual fruto podrido un político del pepé, uno del pesoe, uno del pepé...

- Menos mal que vivimos en un sano estado democrático, Fulano, tan sano que, por nuestro bien, van a instaurar la censura en las televisiones, como aquel, como... Joder no me sale el nombre, como er kaudiyo, eso, así se llamaba: su excremencia er kaudiyo. Es que hace tanto tiempo que se murió... que menos mal que los progres, que no pueden vivir sin él, nos recuerdan día sí y día también lo malo que fue el enano aquel. Pues menos mal que vivimos en un sano estado democrático donde me puedo permitir democráticamente discrepar de tu opinión, desde el respeto, la tolerancia, la alianza de civilizaciones y el multirracismo, ehhh... no, coño, la multiculturalidad, que me he liado. Oye... ¿y con los de Ciu, Pnv, etc, qué harías desde tu profunda actitud fascista y violenta xenófoba?

- Joder, no creas que no he tenido en cuenta el hecho diferencial: para esos tengo reservada la Avenida de las Taifas. Es larga también esa avenida, habrá para todos. De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad y cáñamo hay en los campos para trenzar cuerdas que aplaquen intereses políticos camuflados de necesidades diferenciales.

El Sol se esconde lentamente tras una verde colina cercana, arrancando destellos sus postreros rayos en las cristalinas aguas espejeantes del lago. Cámara en plano corto, enfocando desde abajo, detrás la colina, en un borde del plano el lago. En este bello y bucólico escenario hace su alegato el Desclasado, firme y viril la voz:

- No, camaradas y camarados. No. Que la Casta política (el casto político va a ser que no) trabaje para la banca, que estén dejando morir de hambre a niños, mujeres y hombres en el Tercer Mundo, que nos estén esclavizando con el apoyo de sus sargentos chusqueros los sindicatos, que se lo lleven calentito y el capital pague jugosas prebendas a los expresidentes sean de "¿izquierdas?" o de "¿derechas?" por habernos vendido, que nos enfrenten entre nosotros, que primero nos quitasen la presunción de inocencia con la excusa del "género" (Oh, ¿qué machista se iba a negar a ello?), y ahora nos la quieren acabar de quitar con las excusa del trato digno (Oh, ¿qué fascista se va a negar a perder la presunción de inocencia por tan noble causa?)... Todo esto no justifica que empleemos la violencia contra quien tanto nos está violando y violentando. Para eso tenemos la Justicia, para recurrir a los mecanismos democráticos. Y no me vengan conque la Justicia está  mitad maniatada porque deben seguir las leyes que los políticos hacen, mitad vendida porque son los políticos los que colocan por cuota a dedo a los miembros de los altos tribunales. Eso no justifica que no creamos en la Justicia cual mansos borreguitos cristianos. Ya dijo Jesucristo que debíamos poner la otra mejilla, que no dijese cuántas veces es, sin duda, un fallo del traductor; el arameo es que no es fácil, no se crean. No hagamos caso a ese judío que parecía cristiano de Marx cuando dijo "los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas". No escuchemos a esos santos, que no sé lo qué tarda la Iglesia en repudiarlos, que dicen que rebelarse contra las leyes injustas es de justicia. No. No nos hermanemos rojos y fachas, blancos y negros, hombres y mujeres y vayamos a ajustar las cuentas a los políticos perros de la banca (y rota la guardia pretoriana, a por los banqueros). No hagamos eso, hombre, que está feo... No hagamos del mundo un lugar mejor para vivir, que nos aburriremos.

Guiémonos por la paciente sabiduría popular, aunque a veces nos toquen los cojones/ovarios:

(Es en italiano, pero se entiende perfectamente).

El Desclasado condena fehacientemente, vehementemente y con una copa de aguardiente, las agresiones a los padres de la patria que tanto se sacrifican por nosotros; humilde rebaño en el temor de Dios. Y de su puta madre.

Señor, dame fuerzas para ser paciente, anda, enrróllate.