Los niños de El Ferrol (del Caudillo).

Es bastante conocida la trama de la novela "Los niños del Brasil", una ficción en la cual Hitler ha sido clonado, si no recuerdo mal en 99 niños que viven repartidos por el mundo, y "la organización" (los malos) tratan de reproducir las condiciones que tuvo Hitler de niño (muerte del padre a una edad concreta, etc), para conseguir forjar una persona que pueda suplir en un futuro al difunto Fuhrer, al llevar idéntica carga genética que este y haber tenido las más similares experiencias vitales. El título de la novela viene porque el laboratorio secreto donde esto se cocina está en Brasil, en una jungla escondida y esas cosas. No es una mala novela para los amantes del género o para pasar unas tardes distraído sin excesivas complicaciones. Lo mismo para la película: se ve con agrado, con emoción y sin complicaciones.

Pero esto es una novela... Inquietante, pero novela al cabo. Y el susto que me he llevado yo esta mañana al encontrarme con un titular en la prensa: "Franco no ha muerto", no se puede explicar con palabras. "Franco no ha muerto". Dios mío, no, no puede ser. Me he sentido como dijo el poeta:

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

Lo han hecho, me cago en mi vida; han clonao a la espada de la cristiandad, al pescador de salmones, al hacedor de pantanos, al centinela de la reserva espiritual de Occidente, al martillo del comunismo, al generalísimo y al cuñadísimo, quizás también al sobrinísimo (ah, no, que ese es de ahora, de Murcia). Y los tendrán a todos los niños-Franco viviendo en El Ferrol, reproduciendo sus experiencias vitales.

Sé que no voy a soportar programas especiales de televisión con Mocedades y Raphael. No resistiré ir a ligarme a alguna chica y que le guste la música de Jeanette. No voy a ser capaz de poder conducir un 600 sin aire acondicionado, abeese, elesedé, turbodiesel y tal. Moriré antes de ver películas de José Luis López Vázquez y Alfredo Landa corriendo en gayumbos cuarteleros tras las turistas suecas. 

El golpe helado, el empujón brutal, ha sido de tal calibre que sigo pensando antes de pinchar el enlace: "¿y ahora qué? ¿Volveremos a lo de que los catalanes son laboriosos, los andaluces graciosos, los castellanos austeros y los aragoneses francos? ¿A la ley de vagos y maleantes? ¿A la vivienda accesible para el obrero sin la emoción de hipotecas a 75 años? ¿A las huelgas prohibidas y la clandestinidad sindical? ¿A la tasa de paro casi inexistente? ¿A las manos muy sueltas en las comisarias? (para llevarte una mano de hostias, así, sin que insistas mucho). ¿A la escasa delincuencia? 

¿Y lo habrán clonado así?:

Perdón, que me he confundido: este es Aznar posando para el dominical de "El País"  hace algunos años. Es que llevaba yo en mente que seguro que Aznar y el laboratorio ese que lleva, la FAES, seguro que tienen que ver con los niños del Ferrol. Es que puse "posando como el Cid" y me salió eso.

Quería decir así:

En pocas horas puedo estar en la frontera. Resistir aquí en solitario, sin estar organizados, es suicidarme. Mejor escapo y organizamos la resistencia desde el extranjero. Parto con el corazón triste, pero la rabia y el coraje alzados. No pasarán, esta vez no pasarán. Y en cuanto acabemos con los anarquistas, con los tibios, con los socialdemocratas, con los trosquistas, con los reformistas, con los pactistas y con los disidentes en general, si quedamos alguno iremos a por los fascistas sin ningún tipo de piedad.

¡Malditos nostálgicos del franquismo! ¿Por qué habrán tenido que resucitarlo? Pincho por fin en el enlace antes de escapar. ¡La hostia...! 

 http://www.franconohamuerto.com/

Así que no son nostálgicos del franquismo... O sí... Ahora sí que me han tocado los cojones. Es cosa de rojeras. La madre que los parió. Y se han currado un castillo hinchable, de esos para niños, con la forma del Valle de los Caídos al que llaman "Francolandia":

Y todo esto es para teóricamente apoyar a un juez al que le gusta más chupar cámara que a un tonto un lápiz. Un juez que empezó a tener problemas reales cuando le dio por mandar cartitas a multinacionales y entidades bancarias pidiéndoles dinero para sus cosillas. Con la Iglesia topaste, amigo Sancho, y a quién se le ocurre pensar que los que te estaban permitiendo hacer el figurín justiciero te iban a perdonar cuando te pasaras de listo. De todas formas para mi quisiera yo el pobre nivel de vida del perseguido juez. Que se lo digan a los que llevan tiempo en el paro, mismo, lo mal que está el pobre justiciero.

Extraños tiempos vivimos. Los que teóricamente debieran tener nostalgia de Franco ni se acuerdan de él. Los que nos lo recuerdan constantemente son los que dicen odiarlo. Contra Franco vivían mejor, no me lo explico de otra manera. Ese amor por mantener viva la llama del fantasma del enano es sospechoso. 

A veces me dicen: "¿cómo es posible que los jóvenes no sean de izquierdas?" Y yo ya me empiezo a preguntar: si tuviese 20 años, hubiese nacido 16 años después de la muerte de Franco, no tuviese trabajo, ni posibilidad de adquirir vivienda e irme de casa, ni líderes fiables, ni sindicatos efectivos y honestos... Ni futuro. Y la izquierda se dedicase a nostálgicas memorias bastante manipuladas de cosas que sucedieron hace mucho tiempo y en nada me afectan ni nada me van a solucionar, acerca de un dictador que se murió de viejo en la cama, pese a las extremadamente duras luchas antifranquistas que no debieron ser tan crudas como las pintan, ¿para qué coño iba a ser yo de esa izquierda momificada? ¿Y a mí qué mierdas me importan sus batallitas si no me arreglan nada de lo que me afecta?

Yo ya me empiezo a preguntar cómo es posible que los jóvenes no nos metan directamente un puñetazo en los hocicos cuando les vamos con rollos viejos, caducos, totalmente fuera de la realidad vital de esos jóvenes. Le podemos echar la culpa a la Logse también, quien no se consuela es porque no quiere.

Hace un tiempo les gané unas elecciones sindicales, contra todo pronóstico, al potentisimo aparato sindical de dos sindicatos del sistema, los de siempre. Digo "les gané", no por un ataque de ego; porque el resto de la lista eran amigos por hacerme un favor en plan: "vas a conseguir que nos tiren a todos, no ves que es imposible hacer nada contra estos", y todo el peso del tema lo llevé yo. Represalias, puñaladas muy sucias de ambos sindicatos que de repente eran muy amigos cuando había una tercera opción, complicidad de la empresa con ellos para impedirnos salir, calumnias sobre mi persona de un grado como para enviarles mis padrinos a los calumniadores, acusaciones de ser yo "el amante de la directora haciéndole la faena sucia de desmontar los sindicatos de clase"... Si quieren vienen y me cuentan lo qué son los sindicatos pesebristas, que igual va y no lo sé. Y tras ver el primer panfleto de ellos y ver el nuestro, supe que íbamos a ganar. No tuve una visión mística: sus panfletos hablaban de lo mucho que habían hecho, de las batallas tan duras que habían tenido, de cuánto habían conseguido... El nuestro hablaba de lo mucho que íbamos a intentar hacer, de las muchas batallas que nos esperaban, de cuánto anhelábamos conseguir. Unos miraban atrás, porque ya ni se les ocurría que pudiera haber un adelante, unos se recreaban en nostalgias pasadas, otros queríamos conquistar el futuro. Que posteriormente conquistásemos sólo pequeñas parcelas de futuro, es otra historia.

Me importa una mierda Franco más allá del interés histórico que puedan suscitarme pasajes de la historia de España. Más o menos como el Conde-Duque de Olivares, lo mismo me importa Franco, vamos. Con 5 millones de parados, la Casta política trabajando para la banca, el país vendido a trozos y cada día un trozo más, las conquistas sociales retrocediendo hasta lo grotesco, a un cuarto de hora de la esclavitud... el menor de mis problemas se llama Franco. O Conde-Duque de Olivares.