¡Repelimos ataque de la horda marxista!

No, no va de la Guerra Civil.

Tengo un compañero de trabajo, un encanto de tío, al que llamaré "Koala", en adelante sin comillas. Le llamaremos Koala por su asombrosa facilidad para dormirse en cualquier sitio y en cualquier postura, doy fe.

Para acabar de completar el cuadro: podría parecer que con esa facilidad para el sueño bebé, estuviésemos hablando de un tipo físicamente blando; todo lo contrario: es atlético y muy deportista. Pero es que voy conduciendo y el cabrón se me soba. Se queda así sobado con la mano asida al agarradero de encima de la ventanilla, como un puto koala.

Andábamos Koala y yo por una pequeña ciudad castellana, de unos 30 ó 40 mil habitantes. La Castilla miserable, ayer dominadora, mantiene la austeridad como seña de identidad: si a "pequeña ciudad castellana" le sumamos "entre semana", el resultado de la ecuación nos da invariablemente:  "muermo". Muermo, todo cerrado a las 21:30 de la noche y Koala y yo con unas ganas de jota que pa qué...

Un bar abierto. Dentro de la población un bar abierto. Qué bien. La opción era irse a un bar de gasolinera de carretera, donde invariablemente atiende una rumana o chica del Este y la barra está llena de cincuentones borrachos de pueblo baboseando a la eslava. Qué bien que haya un bar "autóctono" abierto, suele entristecerme el espectáculo de frustrados sexuales agobiando a inmigrante que, por su misma condición, se halla en posición de desventaja. "Es que son muy putas", suelen justificar los hijos de puta que agobian. Hay días que determinadas facetas de la condición masculina me provocan nauseas.

Pues no: hay un bar abierto en la población, casi en el centro. Pues no: no son autóctonos: son dominicanos. Castilla miserable, al menos montó sucursales por el mundo que hace a este más divertido. Son dominicanos educados, dulces en el hablar y en el trato. Clan familiar: llevan el bar una señora guapetona cuarentona, su hijo, su sobrino y no sé cuánta gente más del clan. No hay nadie, estamos solos Koala y yo. Nos es grato el sitio, aquí estaremos bien para echar unas cervezas.

Entra una pandilla y se sientan en una mesa cercana. Dos machos, dos hembras y algunos chiquillos. Treintañeros los adultos, las hembras son chillonas y desagradables en lo personal, morbosas en lo estético: morenas, flacas de buenas tetas e histéricas de comportamiento; esas cosas que te hacen pensar que deben tener buen polvo, pero nada más que eso y en cuanto acabe el polvo ya te he visto, chillona.

Cruzamos Koala y yo la valoración:

- Tan güenas...

- Gruuunnff. Tien buen polvo.

- Sí, pero están pillás.

- Grunnnfff. Sí.

Y tras este intervalo de extremada sensibilidad poética, seguimos con nuestra charla de si vaya pitorreo lo de Ben Laden, nos toman por gilipollas, etc. Lo de siempre.

Me salgo a fumar. Están las dos histéricas fuera también fumando. A veces puedo ser muy repelente sabiondo: me es inevitable escuchar su conversación:

- Es un dios egipcio que tiene cabeza de lobo y cuerpo de momia...

- Sí, nena, pero no me sale el nombre...

Tercio:

 - Es Anubis, pero lo del cuerpo de momia os lo habéis sacado de alguna película...- Puedo ser muy sabiondo repelente...

Parece enrojecer algo la histérica del pelito corto: 

- No, es que eso del cuerpo de momia es lo que dice mi hijo, jiji, yo ya sé que no...

Le ayuda la pelilarga:

- Sí, claro, ¿cómo iba a tener cuerpo de momia? Eso es de las películas...

Acabo yo:

- No, perdonad, si es que no he podido evitarlo al oíros...

Entro de nuevo al bar y disfrutamos Koala y yo de otro momento sublime de poesía pura:

- ¿Ya estabas mojándoles las bragas a esas?

- Son muy zotes, tío, estaban diciendo que si Anubis tiene cuerpo de momia...

- ¿Y quién coño es el Anubis ese?

- Naaaa, un cartaginés: el sobrino de Amílcar Barca por parte de madre.

- Ahhh, ya me sonaba a mí...

- Bueno, ¿qué?, ¿pillo dos cervezas, no?

- Grruunff.

El grupo de las arqueólogas también están libando duro. Por aquello de las abluciones, será. No paran de correr las jarras de litro a su mesa. Si ya de normal eran chillonas, mamadas se ponen especialmente agradables. Empieza la pelilarga a faltarse con los dominicanos. No concretamente con ellos, con su Gobierno. Que si vaya corrupción, que si vaya gobierno de mierda, que si qué mal lo hacen... Nos avergüenzan. 

- Pero ¿cómo alguien español puede criticar a otro gobierno sin entonar antes un mea culpa?

- Son muy asquerosas estas tipas, les rebajo la valoración del polvo a un 3 sobre 10.

- Si yo no dudo de que la corrupción burocrática dominicana sea la polla, pero, macho... que míranos a nosotros...

En realidad lo peor no es la crítica al gobierno dominicano; lo peor es esa sensación de superioridad que desprende la arqueóloga pelilarga hablando con lo que ella debe considerar poco menos que monos. Le dan mil vueltas en educación estos dominicanos y la torean muy bien en plan: "Bueno, en todos los sitios hay corruptelas; ustedes, nuestros hermanos españoles, también tienen sus cosas..."

Pero todo esto no ha sido lo peor...

Lo peor es que la pelicorta corta a la pelilarga al grito de: "Bueno, vamos a lo que hemos venido". Y como en una alucinación alcohólica la pelicorta, exhibiendo sonrisa Profident, se planta en nuestra mesa y nos pone en ella un panfleto electoral de Izquierda Unida. Flipo gambas de colores a la plancha. ¿Y esta gente son de izquierdas, esto es la izquierda de este pueblo? Eso pienso mientras la pelicorta, sonrisa fija en la cara, me cuenta no sé qué de lo muy bien que lo van a hacer y lo necesario que es acabar con el bipartidismo y bla bla bla. La ha pillado conmigo y Koala, que me conoce, me mira risueño esperando mi previsible burrada. Casi que me anima con su risa pícara bailándole en los ojos mientras la pelicorta me echa  el mitín y yo no salgo de mi asombro.

No me dieron mala educación, aunque yo me haya desclasado, y me comporto educado:

- Mira, disculpa, pero es que creo que la partitocracia es el problema, y la solución no puede venir de ningún partido: los partidos son parte del problema, no ninguna solución. Te agradezco el esfuerzo, pero déjalo, de verdad...

Expresa Koala en su rostro algo de decepción:

- Flojito, Descla, flojito has estado- me dice el hijo de puta mientras se le sale la risa.

Veo por el rabillo del ojo a los dominicanos mismamente con cara de alucinados, de no dar crédito a la situación. Va la pelicorta mamada y envalentonada, el caso es que tiene buenas tetas, joder, y no le corta mi discurso. Es más: se pone maternalista:

- Mira, corazón- ya me ha tocado los cojones-, tú crees que esa rebeldía sirve para algo, pero en realidad le estás haciendo el juego al sistema...

Koala es telépata. Juro que me ha dicho mentalmente maricona, calzonazos y cobardica, mientras se ríe muy poco veladamente. Que es que hasta lo he oído en mi cabeza. Se acabó, vamos a divertirnos un rato, tenemos payasos voluntarios para hacernos reír, se acabó.

Pensando estoy en preguntarle en tono muy serio a la arqueóloga si la Izquierda Unida de este pueblo se considera heredera de Gramsci o, si por aquello del género, está más en la onda de Rosa Luxemburgo. Pensando estoy eso cuando tomo el panfleto y veo que lo preside una foto de un notas con una barba estirada hasta el ombligo casi. Algo tan anacrónico tal que así:

Este señor es Valle Inclán, lo he puesto de ejemplo de barba.

Me sale automático:

- Oye, tipito, y este quién es... ¿el puto Moises o quién coño es este iluminao?

Miro a los machos que las acompañan y no se dan por ofendidos, como que no va con ellos, sospecho que deben estar hasta los cojones de las histéricas, no va a haber bronca de pelea. Pero se pillan a rueda los dominicanos, vengativos: ¡Es Moises, es Moises, es el guía del pueblo! El acabose: todos chillando que es Moises, que es la luz que ilumina el sendero, Koala por los suelos, las arqueólogas con cara de no saber ni por dónde, los machos de las arqueólogas pidiendo la cuenta, yo agitando el panfleto subido a una silla chillando que es el puto Moises, que trae las tablas de la Ley y que se ha hecho rojillo para disimular, las arqueólogas que farfullan que se van, yo levantando el puño izquierdo y diciendo:  "buen tipo, compañera, buen tipo, vive Dios", la pelicorta que levanta torpe el puño para despedirse, yo que le digo que es el izquierdo el que se levanta, no el derecho, Koala sugiriéndome, llorando de la risa, que le pida que se saque las tetas, que si se las saca le votamos, el chaval dominicano que apoya la moción de Koala, la señora dominicana, muerta de la risa, que quiere ponerse seria y le dice al chaval que se calle, que no diga eso, el rojerío que desaparece por la puerta en lo que es más una huida que una triunfal despedida, yo que sigo chillando que es el puto Moises y que nos va a guiar al pueblo elegido o al otro, que no me acuerdo bien de ese pasaje...

Nos dicen los dominicanos que las cuatro últimas cervezas están pagadas y que vuelvan ustedes por aquí cuando quieran, que son muy graciosos.

En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, las tropas de Koala, Desclasado y tropas auxiliares indígenas dominicanas, han alcanzado sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.

En una pequeña ciudad castellana el jueves pasado.

Lo mejor: Koala va por lista de Izquierda Unida; le obliga su mujer, jajaja.