Reflexionemos, reflexionemos...

En mí viene de lejos la tradición de reflexionar. No, no me refiero a la herencia histórica grecolatina que pueda anidar en nuestro acervo, esa tradición filosófica. Me refiero a que ya desde hace años aprendí que cuando estoy en el sofá rascándome los huevos y mi madre, mi amada, etc, me preguntaban y me preguntan en tono crítico que qué hago ahí, mi respuesta es demoledora: "Estoy reflexionando". Es lo que tiene ser un pensador: que la reflexión para dar frutos  necesita su tiempo y su comodidad. También practico la reflexión colectiva que consiste en grupo de amigos de tertulia libando cervezas. A esta última modalidad se le llama coloquialmente "arreglar el mundo".

A estas alturas de la Historia y en nuestro país, la jornada de reflexión previa a las elecciones es una gilipollez. Es un tomar a la ciudadanía por imbéciles, como si nos hiciera falta retirarnos un día a un convento y en su quietud silenciosa dilucidar quién prefieres que te joda los siguientes 4 años, sin derecho a reclamaciones ni responsabilidades. Si esa reflexión ya la tengo hecha tiempo ha: me va a joder la Banca y yo debo elegir al político mercenario que hará de verdugo. Verdugo que indefectiblemente cuando salga del Gobierno acabará trabajando para alguna multinacional a las que tan bien habrá servido. Para tan corto viaje no me hace falta tanta alforja ni retirarme a un convento.

Para reflexionar no me hace falta una "jornada", cualquier momento de cualquier día es bueno; tengo sofá y tengo huevos para rascármelos, que esa conjunción provoca un efecto sedante que ayuda mucho al pensamiento.

El papel de los medios de comunicación ha sido vergonzoso en esta coyuntura. Intento no casarme con nadie y suelo leer con gusto el ABC y La Razón, mi parte conservadora y tradicionalista disfruta con artículos de estos diarios, y su no seguidismo de lo políticamente correcto me gusta. Pero no sé si podré perdonarles portadas como esta de ayer:

Pedir necesarios cambios para que esta democracia no sea una farsa es "boicotearla" según La Razón. Boicot, señores de la sinrazón, es lo que les voy a hacer yo a ustedes, ya se lo estoy haciendo.

Los demás intentos de parar lo que de momento parece imparable, ya los conocemos: "es cosa de jóvenes": por lo tanto es cosa de irreflexivos, manipulados, ninis y gandules pequeño burgueses. Pues en las fotos se ve jóvenes, menos jóvenes y viejos. Que los que salten, griten y se vean más sean los jóvenes no nos ha de extrañar, ¿o es que somos gilipollas y queremos ver a los viejos saltando? A ver si los vamos a matar, joder, que ellos ya saltaron cuando les tocó hacerlo.

Por lo demás los ciberpepiños y las cibersorayas, términos informales que se refieren a ciberactivistas del ppsoe, a veces con sueldo de asesor del partido, no han cesado de tratar de intoxicar insistiendo en que detrás del movimiento está la extrema de todo, que tenemos una democracia real ya, que es un poquito mejorable, pero que no sabemos lo mal que se está fuera de la Democracia y de los Mercados, etc. Patéticos monitos chillones asustados de perder sus prebendas.

Apuesto a que habrá cambios. Apuesto a que habrá tímidas reformas. Apuesto a que el mensaje está claro: hay que dar algunas concesiones, hay que intentar gatopardianamente que haya cambios para que todo siga igual. Apuesto a que, teniendo la fuerza de la razón, se consiguen mejoras. Y si se consiguen mejoras, aunque no sean las necesarias, debemos saber que vamos ganando, que nos temen, que, como toda la vida, la fuerza está en la masa.

Veremos si me equivoco...

Me entero por los comentarios de la anterior entrada, por esa especie de musa bloguera de la Revolución en la que se ha convertido Blue, que DRY ha declarado ilegal a la Junta Electoral. Pues siendo que la Junta Electoral es ilegal... hasta puedo pedir el voto para alguien el día de reflexión...

Que no se tuerza el asunto y sigamos p'alante.


Y aquí, con darle a Play, el pequeñito de abajo, no el grande del centro, seguimos en directo la Puerta del Sol: