Especial 8 de marzo contra el terrorismo machista.

Española, 23 años, estudiante Erasmus en Roma, es violada por varios individuos en la Plaza de España. De nuevo el brutal terrorismo machista actuando de forma despiadada, de nuevo la condición innata de violadores de todos los hombres tomando como víctima a una indefensa mujer. De nuevo otra cobarde, salvaje y machista agresión.

Rápidamente se movilizan las asociaciones de mujeres, partidos y entidades de izquierda, etc. Consiguen que durante una semana estén encendidas siempre las luces del Coliseo, como forma simbólica de exigir "luz" para los casos de violencia sexual.

Algo debió conseguir esta medida porque la luz se hizo, vaya si se hizo.
La luz se hizo tanto que la policía investigó. Descubrió que en las numerosas cámaras que vigilan la Plaza de España no aparecía nada. Descubrió que en la cobertura del teléfono de la chica, ella no estuvo en la Plaza de España ese día. Descubrió al presionar a la chica (intolerable machismo, con presiones cualquiera...), lo que realmente pasó.

La chica, de familia adinerada, se había montado un jueguecito sexual con su novio, un español de 43 años. Inspirándose en la figura de Donna Marta del musical "Il Rugantino", el juego consistía en lo siguiente: el novio elegiría un hombre por la calle, ella debía entrarle a ese hombre por la calle fingiendo ser una prostituta y conseguir acostarse con él. ¡Qué morboso, eh! El asunto funciona, pero al desconocido hombre el preservativo se le rompe en mitad de la relación. La chica teme que pueda haber contraído alguna enfermedad, así que va al hospital y denuncia una violación "para que la revisen más exhaustivamente". Como es española estaría acostumbrada a que aquí denunciar es gratis y tonta la última. Ante la ausencia de lesiones, la chica con la lección bien aprendida, dice que "se quedó paralizada por el miedo". Lo normal también. Se activa el protocolo policial, las violaciones no son ninguna broma, y se descubre el pastel y el gasto que ha supuesto mantener el Coliseo encendido por el capricho de una juguetona aprendiz de putilla.
Escojan ustedes la versión que más les guste, todos los caminos les llevarán a Roma:
http://www.google.es/#sclient=psy&hl=es&q=Denuncia+falsa+violaci%C3%B3n+en+Roma&aq=f&aqi=&aql=&oq=&pbx=1&fp=be004ae071ae8879

Es de cajón que a quien realmente perjudican estas mierdas es a las verdaderas violadas. El feminazismo lleva mucho tiempo tratando de normalizar que si a una mujer no le ha gustado una relación consentida, esta relación automáticamente pasa a ser una violación. Así de fácil, así de asqueroso, así de desquiciado. Doris Lessing y otras feministas antifeminazis han denunciado esta cuestión en muchas ocasiones. El último caso con el mediático Julian Assange ya da directamente risa. O el de las israelís que se acostaban con moros sin saber que eran moros, ellos lo ocultaban, y al enterarse denunciaban haberse sentido violadas porque no sabían que él era moro. Si las feminazis pretenden que toda mujer realmente violada sea cuestionada, lo van a conseguir, qué listas son ellas y cómo miran siempre por el bien de la mujer. Ya sabes, mujer: si te acuestas con un tío porque te sale del coño y después no te ha gustado la experiencia, denuncia violación, tonta, si en España te convertirás en heroína de género.

El día que una denuncia demostradamente falsa conlleve la misma pena que la que le hubiese caído al inocente agresor, igual se lo pensaban antes de denunciar con tanta alegría, tan gratuitamente y sabiendo que lo tienen todo a favor para salir de rositas. ¿Eso sería justicia, no?

Asco de totalitarismo sexista el de estas desquiciadas financiadas por el capital, que pone todos sus altavoces mediáticos a disposición de 4 taradas (no son más) para que enfrenten a hombres y mujeres.

Joder, que aportación he hecho para el 8 de marzo. Para mí que me cae un premio del ministerio. Porque ya no está mi Bibi, que yo sé que esa me quería, aunque esté pagándole la fiesta al viejo que la chulea.

Me voy para unos días, pórtense bien y no riñan por cuestiones de género estúpido, ni por otras.