Hasta las narices de Sara Carbonero.

Entrada rápida, furtiva, a salto de mata.

Me viene a la mente que quizá le esté haciendo un favor a algunas mujeres a las que criticar a la Sarita les puede suponer la automática acusación de ¨envidia¨. Vale, pues yo soy un tío y estoy hasta las pelotas del bombo dado a esta señorita de la que no se conoce más virtud que estar buenorra, haber presentado programas de fútbol -muy evidentemente por estar buenorra- y ser la novia de un futbolista - ejem... quizás por estar muy buenorra, quizás no, chi lo sa...-

Y además, ¿qué le pasa a esta señorita en los morros?:

¿Nació así, pobre? ¿No le supone problemas para comer comida? Con el dinero que estará ganado ¿por qué no se opera y se pone unos labios bonitos y sensuales, no eso que parece que le haya picado una avispa? ¿Tiene genes nigerianos en su àrbol genealógico y por aquí han asomado?

Y en serio: ¿pero qué méritos ha hecho esta mujer para que me la pongan por las nubes en todos los sitios? ¿Otro modelo social a seguir?

De verdad que no me ha hecho nada, no es un ataque esto a nivel personal; estoy hasta los cojones de la imagen que me venden de ella. Aunque con declaraciones que le leo de lo malo que es Ronaldo (otro intelectual del mismo jaez) y cosas así, me temo que ha entrado al trapo de ser otra ¨princesa del pueblo¨ (fumbolero). Vaya corte de eruditas, vive Dios, y la Bibi (otra pensadora de élite) sin decir nada de esta constante y televisiva degradación de la figura femenina.

Por cierto: me parece detectar un nuevo y -posiblemente- dirigido estímulo para atraer aún más a las mujeres al fúmbol: están empezando los fumbolistas a bajarse los pantalones y quedarse en gayumbos cuando marcan gol. Gayumbos de diseño, claro. Y les funcionará...

El Desclasado ha hablado.