Bolivia.

Amada rota. Una contractura en la espalda que no sabe cómo se la ha hecho. Es lo que yo le digo: "un día te sentarás, al levantarte te dejarás el coño sentado en la silla y no sabrás dónde lo perdiste". Amada rota, ñoña y marimandona. Tráeme esto, tráeme aquello, ay, ay, qué dolor, no me hagas reír, tonto, que me duele más. Y en ese plan está. Estoy convencido de que le encanta "estar malita". Debe ser algo de mimaduchas de pequeñas que cuando estaban enfermas se preocupaban más por ellas, todo el mundo aparentaba quererlas más y eran el centro de la atención. Se le debió quedar grabado que "estar malita" es sinónimo de que te hagan más caso. Estoy convencido de que es algo así. Es algo chocante para mi personalidad espartana, sufrida, que toma el dolor como un trámite. En fin...

Amada rota dice que cree encontrarse mejor y que podríamos salir a tomar algo. Vale. Vamos a una terraza y estalla un tormentón. La hostia, agua, pero agua de verdad y muchos truenos. Me gustan las tormentas. Amada rota dice que "ay, si hemos dejado las ventanas abiertas..." Amado calzonazos se va a casa a cerrar las ventanas, mientras Amada rota se refugia dentro de la cafetería. Vuelvo al bar. Charla:

- ¿De qué hablabas en tu blog con "las esas"?

- Un respeto por mis lectoras, joder, para alguien que me lee o lo aparenta...

- Bah...

- Pues hablábamos del franquismo, de si hay ahora tanta libertad o es un espejismo por comparación...

Amada rota progre me da unas lecciones sobre lo terrible que fue el franquismo (que ella no vivió). Se va derivando y me acaba hablando del golpe de estado de Tejero. Mete unos gambazos tremendos, se inventa cosas, conversaciones que no existieron, fabula con intenciones, disculpa a culpables, condena a inocentes. Le pongo los puntos sobre las íes. Le desmonto la mitad de sus argumentos. Me dice:

- Ay, hijo, qué asco da discutir contigo. Con mi amiga "Reme"- nombre ficticio- discutimos la mar de bien, nos enfadamos, nos inventamos las dos cosas y ninguna le corta el rollo a la otra. Contigo es imposible: empiezas a sacar datos, fechas y documentos que parece que te vaya la vida en ello... Qué plastita que eres.

- Sí, ya me acuerdo cuando con tu amiga Reme dedujisteis que con Franco a todas las mujeres les pegaban. Cuando te pregunté si tu padre pegaba a tu madre me dijiste que no, vamos, "que tu padre hacer eso, pero por favor..."- Aclaro que María, como tantas otras mujeres que me he encontrado, era la "princesita" de su papá. La nenita, el ojito derecho. - Cuando te pregunté cuántos hombres pegaban sistemáticamente a sus mujeres demostradamente, en tu entorno social, me dijiste que no recordabas ningún caso, pero que una amiga de una amiga de una amiga de una amiga de una prima de tu amiga Reme, aseguraba que su padre le pegaba a su madre. Si lo de hacer de la excepción norma se os da muy bien a tu amiga Reme y a ti. Y las dos juntas ya ni te digo. 

Deja de llover a lo bestia, le propongo irnos a casa aprovechando el, todo aparenta, momentáneo escampe. Me dice que... "tenemos que ir a la gasolinera".

- ¿A la gasolinera? ¿A qué?

- Verás...es que Reme me ha dado una maría que plantó en el chalet que dice que le ha salido muy buena... Y no tengo papel de fumar y en la gasolinera venden...

- Ahora empiezo a entender las conversaciones con tu amiga Reme...

Me sienta mal el canabis y sus derivados. Me quedo lelo. Se me va el pensamiento en mil ramificaciones y cada ramificación me lleva a otras mil. Es posible que me pasase como a Obélix, que me cayese de pequeño en una marmita marihuanera y ya esté fumado de normal. A la gasolinera.

- Cómpralo tú, anda, que van a pensar que soy una porrera...

Amado calzonazos comprando papel. ¿De cuál quiere? Y yo qué coño sé... Maríaaaaa, ¿cuál es el puto papel que te gusta?

Volviendo a casa. De nuevo estalla el tormentón. Ufff, vamos a meternos aquí, en este bar y tomamos una cerveza mientras se pasa.

- ¿Pero tú no estás tomando algún relajante para la espalda? No puedes beber alcohol, joder...

- Ya, ya, me tomo una Fanta.

Vaya sitio curioso en el que hemos entrado. Casi todos son indios andinos. Hay algún evidente mestizo y un sólo hombre con aspecto criollo que parece un galán de película antigua, el prototipo de "latin lover" jolibudense: pelo banco, bigote igualmente blanco, elegante, reloj de oro a la muñeca. Ambiente familiar, mamás con carritos, tranquilidad ambiental pese a la música machacona de coros en falsete, no muy alta. Da la impresión como de inmigrantes andinos de no mal nivel económico ni cultural. Nadie nos mira mal. No tengo ninguna sensación de rechazo, de ser "un par de blanquiñosos" fuera de lugar. Vaya sitio curioso. Nos sentamos en la barra. Con la excusa de que qué tipo de comida hacen me entero que son bolivianos. El camarero es amigable. Le pregunto a bocajarro poniendo carita de inocente: "¿Qué tal Evo?" O es calidez ecuatorial o el tío tiene ganas de cascar:

- A mí no me gusta, la verdad, no digo que no haya hecho cosas buenas. Pero es que yo soy boliviano, todos somos bolivianos. Mi abuelo era español, pero eso no me deja de hacer ser boliviano...

- No entiendo... Por mis venas corre, seguramente, sangre íbera, celta, romana, árabe, judía, fenicia, germánica y del pirata berberisco que violase a mi tatatatarabuela. Yo también soy mestizo, no entiendo lo que quieres decir.

- Pues a eso me referí, que todos somos bolivianos y Evo sólo considera bolivianos a los indios.

- Ya, entiendo, como un nazismo al revés...

- ¿Cómo?

- Pues como un racismo inverso, como hacer sólo boliviano al indio puro, cuando la historia de ustedes es puro mestizaje.

(Hay expresiones que usa que no entiendo del todo, estoy haciendo una transcripción al castellano de España).

- Sí, eso. Miren, allá hay muchos analfabetos. El analfabetismo se ceba en los indios, son bastante ignorantes. Evo utiliza esa ignorancia para hacer un populismo que le dé votos. Él lo que hace es darles a los indios plato de comida asegurado y los indios le votan a cambio, pero no los saca del analfabetismo, no le interesa que salgan de ahí. Yo no digo que no haya hecho cosas buenas, lo de Bolivia para los bolivianos está muy bien, lo de que los recursos de Bolivia son nuestros, pero yo también soy boliviano... Miren, estuvo bien echar a la Repsol, aunque sea española...

- Para, para, el capital no tiene patria, no me ofende en absoluto que a la Repsol le cayera un meteorito en la cabeza. No siento a la Repsol española, ni a la Telefónica...

- Exacto. Pues miren, allá Evo lo que hace es lo siguiente: si usted trabajando duro consigue comprarse 3 pisos, Evo le quita uno para dárselo al pueblo...

- Joder... Esas cosas no suelen funcionar, ni en Bolivia ni aquí. El mantener apesebrada, subvencionada a la población no trae más que dejadez generalizada.

Se va el camarero a atender peticiones. María me dice:

- Menudo pedazo de maricón.

(Lectores de la ESO, la LOGSE, o cómo se llame ahora la mierda de sistema educativo: maricón quiere decir "omosesuá")

- Jajajaja, ya, ya me he dado cuenta que es maricón, pero el chico nos está diciendo lo que piensa y parece sincero, que sea maricón no tiene nada que ver. 

- Es un gusano. Y además se lo voy a decir: "¿tú qué pasa? ¿Que te gusta hacerte rico a costa del pueblo y Evo no te deja?"

- Te mato, como le digas eso te mato. ¿Pero a ti te ha tratado mal este chico?

- No, pero es un gusano.

Dios mío, María en vena procastrista. Si hasta usa lenguaje castrista y todo: "gusano". Ya me acuerdo cuando me dijo que Gloria Estefan era una gusana y yo no paraba de cantarle: "Quierooo mi Cuba libreeee". Si algo me saca de quicio es una señoritinga progre. Ni María ni su familia han pasado hambre en generaciones. Quiero mi Cuba libre. Y espero que una vez libre no se eche en brazos del capitalismo salvaje, tal y como nos pasó en España al morir Franco. (Lectores de la ESO, la LOGSE, o cómo se llame ahora la mierda de sistema educativo: Franco era el cuñado de Isabel la Católica).

Vuelve el camarero, más o menos aporta:

- Es que Evo va tras la estela de Chávez, usando el populismo, el plato de garbanzos como estrategia electoral. Y todos somos bolivianos.

(Está dolido en su patriotismo, parece claro. María está calladita. La he amenazado de muerte, pero esto lo callaré para que no se me echen encima las feminazis).

- Y además, ¿saben ustedes?: por cada dinero que los bolivianos enviamos allá, Evo se queda una parte.

Y María revienta:

- Pero, hombre, eso pasará en todos los países, todos los gobiernos pegarán "mordida".

- ¿Pero tú eso lo sabes, María, o te lo contó tu amiga Reme?

El camarero se va a atender. Aprovecho, me despido de él con un gesto de la mano y nos vamos.

El resto de la noche no lo cuento. Parece ser que las contracturas no impiden follar cuando se tiene una arraigada fe castrista. Cosas de la revolución...

Ahora está tirada en el sofá. Con el portátil ha mirado qué películas hacen en la tele y ha exclamado: "¡Hala, "El tesoro de los nibelungos", qué buena pinta! ¡Y después una de miedo, bieeeeen!"

El amor puede que sea ciego. ¿Pero por qué no es sordo, oh, Dios?

El Desclasado ha hablado. No puedo asegurar que lo que contó el chico boliviano sea cierto. Ni falso. Ahí está.