domingo, 28 de febrero de 2010

Hartazgo de cotidianidad.

Anoche mi amada María se puso pesadita. "Pesadita" es la manera cariñosa de decirlo, en realidad se puso Pesadota, Plasta, Brasa, Cansina, Agobiosa...
Habíamos estado de tertulia de tarde cervecera con unos amigos y después vinimos ella y yo solos a su casa. Nos pusimos a oír música al gusto en internet, una canción cada uno. Rompiendo su pacto de no intervención en este blog, me dijo:

- Minimizamos la ventana de la música, abrimos tu blog y colgamos canciones que NOS gustan.

- Me encanta ese "NOS" gustan, la esclavitud más dulce es la aceptada.

- ¿Qué quieres decir? Las canciones que me gustan, a ti también te gustan ¿no?

- No estés tan segura, puede que te siga la corriente para tenerte contenta y que me des sexo salvaje luego...

- Jajajajaa... Anda, tonto, abre tu blog y ponemos canciones.

(María tiene las facultades visiblemente alteradas por el uso, posible abuso, de una cantidad indeterminada de cervezas de diversas marcas nacionales. Yo también)

- Hostia, María, no me hagas abrir el blog, joder, de verdad, voy pasado de cervezas.

Un rato más tarde había dos canciones colgadas en el blog, en una entrada borrada, de nombre "María, pesadita" que encima en principio le hizo gracia.
Dos canciones del gusto de María: "sesentayocheras" de apariencia roquera rebelde pero de trasfondo dulce.
María se cansa del blog. Suele suceder que cuando María descubre que las cosas no salen por arte de magia, se cansa de ellas. La conozco, su esquema mental era: veo una canción, me gusta, y por combustión espontánea aparece de inmediato en el blog. Todo eso de abrir la sala de máquinas del blog, enlazar la canción (no equivocarse yendo ebrio y copiar el enlace falso, no el de inserción y tener que repetir toda la jugada), pasar el blog a código htlm para insertar... Todo eso no existe en el esquema mental de María de "lo veo, lo quiero y lo quiero ya".

Introduzco otra anécdota descriptiva de este esquema mental: vio una película de alpinistas, montaña y nieve. No recuerdo el nombre, era clásica. El escenario; puro jolibú: la chica va monísima con escote y cuello al aire, la nieve no les cubre ni la suela de la bota, las hogueras no hacen humo, las chimeneas tiran a la perfección, los rebecos son mongólicos y te comen en la mano... María decide que quiere hacer una escalada en nieve. "¿Y primero por qué no empiezas en roca, fácil, el mínimo grado, en pared ya equipada (con los mecanismos de amarre ya "clavados" en la pared) y pruebas a ver si te gusta?", le digo...
Aproximadamente un mes más tarde aparcamos el coche en Poncebos (Asturias) para "atacar" el Naranjo de Bulnes. (Para "ataque", el de risa que le debió dar al Naranjo de Bulnes viéndonos desde la distancia). Menos mal que nuestra economía no está excesivamente alegre, que si lo estuviese, vamos hasta el Everest para nada. María cuando se pone se pone a lo grande.
Fui mal bicho y decidí darle una lección. Sé que no vamos a escalar el Naranjo y que si llegamos a dormir al refugio de la base será un milagro. Como María no se entera, decido que subamos hasta el refugio por la ruta clásica a la que yo llamo "de Camburero", larga de cojones, bonita de cojones también. Pese a saber que no vamos a escalar nada, le hago ir cargada con su parte correspondiente de material.
Unas 8 horas más tarde estábamos en el refugio de la base del Naranjo. Estoy seguro de que batimos algún récord a la baja o quedamos finalistas. María debe tener nieve hasta en una parte de ella que me gusta especialmente, a pesar de que la nieve no ha aparecido hasta el último tramo. Dice haberse constipado, dice que le duele la espalda de la mochila, dice que debe tener ampollas en los pies, dice que vaya mierda que no haya duchas, dice que no le gusta dormir en una habitación con treinta y tantos tíos más, dice que los escaladores tienen todos cara de subnormales y que hablan para que nadie les entienda diciendo cosas como "grado", "trepada", "friend" y demás palabros raros para hacerse los interesantes. Subiendo no ha pasado frío pero ya parada dice que hace un frío terrible, dice que tiene hambre y sueño, dice que vaya precios para un sitio que está en el culo del mundo, dice que su tía va a escalar mañana la mole esa rocosa que tiene enfrente que asoma a ratos entre la niebla, cuando le digo que la vía fácil está en la otra cara del Naranjo y que llegar "sólo al inicio de la escalada" nos costará, a paso de María, unas tres horas, quizás cuatro.
A la mañana siguiente nos bajábamos, claro.
Aún así, María recuerda aquello como una odisea increíble y creo que, en su fuero interno, se considera una alpinista bastante experimentada por haber llegado hasta el refugio.

Volvamos al presente: María se cansa de que "pongamos" (de que ponga yo) música en el blog y me dice que: "no vamos a estar ahora pendientes del blog ¿no?".
Pongo, vengativo,  una última canción. Esta mañana he borrado la entrada.

No es esta cotidianidad la que me harta. Esta, aunque a ratos me fastidie, me hace gracia. Le da sal a mi vida.

Como ya dije, antes de ir a casa de María estuvimos de tertulia cervecera con unos amigos. Gente razonable pero claramente encuadrados en la izquierda política si es que alguien sabe a estas alturas dónde está esa izquierda.
Siempre me he considerado políticamente fuera de concurso, un outsider. Lamento recurrir a la lengua de los grandísimos hijos de la Gran Bretaña pero es que no encuentro una palabra que acople mejor. Quizás "desclasado" en alguna acepción amplia.
Bueno, de joven fui o dije ser de izquierdas, pero, ahora lo veo, era más pose rebelde que convencimiento doctrinal. Siempre me ha costado encuadrarme en una ideología y tragarme el paquete entero de ésta. Lo mío ha sido más de tomar de aquí y de allá lo que me parezca correcto o justo. Más cercano al anarquismo doctrinal, no al "anarkismo" guarro litronero, que a otra cosa, tampoco el anarquismo me acopla totalmente en ninguna de sus versiones. Si el comunismo me parece que tiene demasiados muertos en la trastienda, demasiada represión en nombre de la liberación del obrero, el anarquismo me parece un tanto ingenuo. Y la socialdemocracia izquierdosa directamente es un estafa al servicio de la banca. El concepto clásico de izquierdas y derechas me parece desfasado, sólo tiene validez para venderse electoralmente y acusar al contrario, tan hijo de la gran puta como tú, de todas las maldades. Mientras el pueblo trague, buen negociete tiene montado esta gentuza...

El caso es que siempre me he "camuflado" mejor entre gente de izquierdas que de derechas. Mi inconformismo, mi "ir por libre", lo suelen confundir con un izquierdismo excéntrico o esnob. Tampoco me he matado por explicarles...salvo a los escasos amigos íntimos.
En la actualidad, sólo pido que alguien sea buena persona, me da igual que sea religioso, ateo, de derechas, de izquierdas o de lo que le salga de ahí. En realidad creo que esto cada vez más se define en tres grupos: Los que están conformes con el sistema sean de derechas o izquierdas, los que no estamos conformes, seamos de derechas o izquierdas y una gran masa amorfa que nace, consume, quizás se reproduzca, y muere.
Ya sé que es una definición bastante abstracta: un tontaina del cambio climático, una feminazi alentada por la banca, un rapado apaleador de inmigrantes, posiblemente si no son muy cínicos piensen que ellos son radicalmente antisistema, vamos, antisistema de-que-te-ca-gas... Tontos útiles siempre debe haber.
Si alguien quiere convencerme para que sea de alguna ideología, por favor, emplee argumentos realmente convincentes y no me venga con lugares comunes, estoy abierto. Tengan en cuenta que de doctrinario político algo sé; no les va a resultar fácil no ser descabalgados antes de haberse subido al caballo. A mí me da igual lo que piensen ustedes. Yo ya sólo quiero convencer a alguien por intereses inmediatos y concretos, no para que piensen de tal o cual forma.
No obstante, pese a no sentirme de nada, pese a tener la mayoría de amistades encuadradas en la izquierda o en nada, me ha quedado más rencor por la izquierda. Considero que la derecha me ha engañado poco o nada, me guste o no lo que dice. Me queda la sensación de que en demasiadas ocasiones, la izquierda pretende secretamente ser derecha y se camufla de igualitarismo y libertad para conseguir apoyo social. Un "quítate tú que me ponga yo" clásico. Está todo inventado...

Pues tertulia cervecera con personas de razonable izquierda, si obviamos a María, martillo del fascismo.
Hartazgo de cotidianidad: paro desbocado, recortes salariales, indefinición e indecisión evidente del presidente del Gobierno y equipo, oposición buitre, la banca desbocada, casta política de hijos de puta que sólo persiguen su interés, masas amorfas drogadas de televisión, cada vez más circo y cada vez menos pan... No esperarían que hablásemos de la nariz de Belén Esteban o de si se ha divorciado una infanta, no recuerdo si la que parece más retardada mental o la que menos.
Estos quieren arreglar el país "por la izquierda", les preocupa el ascenso de la derecha. Yo les digo que mientras estén en parámetros del sistema y de izquierda/derecha esto no tiene arreglo, les digo que hay que nacionalizar a la banca pero ya, antes de que se paguen ejércitos de mercenarios si ven peligrar sus privilegios, que hay que parar la sangría disgregadora autonómica, que hay que acabar con las prebendas de la casta política, que hay que trabajar y ser productivos y dejarnos de sopas bobas europeas que al cabo nos mandarán a tomar por culo por gandules y parásitos, que hay que dejarse de memorias históricas de guerras de hace 70 años cuando ambas partes tienen mucho que callar... Como de costumbre toman mi mensaje como de un izquierdismo excéntrico. Qué se le va a hacer si la gente precisa etiquetar para aclararse.

Surge el tema de "Intereconomía Televisión" y del gran número de gente que la sigue. Para quien no sepa qué es esta televisión: se trata de una tele que se ve en la TDT. Derecha pura, dura y sin complejos, cristiana. Lo que yo he visto, se suele basar en tertulias, donde, dando apariencia de diversidad, al final la opinión se decanta de forma que parece razonada, hacia la derechona de toda la vida. Estas tertulias tienen ambiente ameno, distendido, casi como de amiguetes (lo serán) charlando. Parece bastante cierto que si te quieres enterar de corrupciones de la izquierda, esta gente te las documenta sin pelos en la lengua. Igualmente le meten mano a las denuncias falsas de género. Antiabortista constante.
Al parecer la sigue mucha gente y basa su éxito en "mojarse" y decir claramente lo que piensan, siendo políticamente incorrectos por el ramal derecho. A mí no me extraña que tenga éxito; pones las televisiones oficiales y la sarta de gilipolleces del bosque de Bambi que dicen hacen que sospeches que te toman por gilipollas. Esta tele de Intereconomía introduce su sesgo poniendo la cara amable y razonable, emitiendo mensajes sin ambigüedad, de tal forma que da la sensación de que está "con los problemas reales del pueblo", no como el delirado del ZP, el hijo del viento.
Para quien quiera parar el ascenso de la derecha sociológica, esta tele es efectivamente un peligro.

"Es que claro, tienen todos los medios. Mira la Intereconomía esa, todos los días machacando, manipulando a la gente. Y como la izquierda, no hacemos nada que estamos desnortados, van ganando terreno"- dice Juanito.

Y le contesta Pepita: "¿Y por qué no hace la izquierda una tele así y se tiene un canal que diga las verdades de la derecha e informe a la gente de lo que hay?"

Se produce un debate en el que se concluye que conseguir una licencia de televisión para TDT no es tan difícil, que un sistema de tertulias vale 4 chavos, que el salón de una casa sirve de plató, que no hay que tener ni reporteros, que con tomar las noticias de la prensa y analizarlas, vale.
Ya hemos montado una televisión.
Y ahora viene el tío Desclasado, cortarrollos mayor del reino:

- No la iba a ver casi nadie...

- ¿Por qué?- contesta el pueblo al unísono.

- Vamos a ver, una tele de izquierdas, en los parámetros y valores de la izquierda actual ¿es eso?

- Sí, eso es...

-Pues no la iba a ver apenas nadie por lo siguiente: se haría una televisión preocupadísima por salvar ballenas en la Antártida, una tele preocupada por el cambio climático mientras las nevadas cubren las calles, una tele que negaría las denuncias falsas de género cuando prácticamente conocemos todos a alguien que se la han gastado, una tele que estaría siempre con el coñazo o la pollada de  "telespectadores y telespectadoras", una tele constantemente cargando contra la Iglesia católica, con aún amplia base social en España, al tiempo que parece que le eche flores a un Islam medieval y machista hasta las trancas, una tele que parece que emite el mensaje de que el inmigrante es mejor que el nacional y el homosexual mejor que el hetereosexual, una tele donde ser español equivale a ser facha, una tele constantemente recordándonos lo malo que era un tal "Franco" que cuando la mayoría de la población no había nacido, estaba el notas ya criando malvas, una tele que cuando pusiese películas aburriría hasta el gato, a base de poner películas de Bergman y cine francés, junto a almodovaradas estropajosas, una tele glorificadora de tiranos que se declaren de izquierdas como Chávez, una tele más preocupada por remover muertos de una guerra de hace 70 años, que por el futuro de los vivos, una tele que pondrá al régimen nazi-esclavista caníbal azteca, de paraíso idílico del buen salvaje y a los españoles de fascistas de antes del fascio...
¿Hace falta que siga?-

Caras de funeral. Ya he dicho que son razonables y con expresión reflexiva, asienten. María, martillo del fascismo, me dice:

- Joder, tío, duele pero tienes razón. Todas esas mierdas sólo le interesan a los muy previamente convencidos y ni así... Estamos totalmente desnortados, anclados en... como en dogmas pasados o que no conectan con la gente... Como en dar por verdades absolutas cosas que la gente no piensa que sean tales...

Les aseguro qué que María diga eso es muy, pero que muy gordo. Posteriormente se puso pesadita; no aguanta mucho rato portándose bien.

El Desclasado ha hablado.

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