miércoles, 24 de febrero de 2010

Penúltima teoría de la conspiración.

Tengo un amigo "conspiranoico". Esto de "conspiranoico" es la contracción resultante de la suma de conspiración y paranoico. El conspiranoico suele vivir en la cospiranoia. La conspiranoia se suele distinguir por la truculencia de sus argumentos, lo brumoso de su presentación. En toda conspiranoia que se precie, siempre habrá datos secretos que no se puede revelar la fuente, filtraciones del mismo jaez, un mucho de voluntad de creer y un bastante de voluntad de no dudar.
El mecanismo de construcción es relativamente sencillo: tómese un hecho cierto, por ejemplo el terremoto de Haiti. Tómese una intención cierta, por ejemplo la voluntad de Estados Unidos de controlar el mundo. Añádase el factor incierto: el subsuelo de Haiti está lleno de ricos minerales. Descontextualice una frase de un poderoso, por ejemplo, Obama, el negro que ha puesto el capital blanco, dixit: "Hemos venido a Haiti para quedarnos". Sumen los imprecisos factores y les da el incierto resultado: "Estados Unidos ha provocado el terremoto de Haiti para expoliarlo". Con un par de cojones. (Y de ovarios, Bibiana, tranquila; es que cada uno ofrece de lo que tiene, de no hacerlo así sería estafa).
Así se escribe la Historia.

Es relativamente fácil caer en la conspiranoía:

1º) Suele ser tan indemostrable tanto lo que dice como lo contrario.
2º) El caldo de cultivo, el ambiente, es el adecuado: los gobiernos al servicio de la banca nos mienten constantemente; véanse las armas de destrucción masiva de Iraq, el cambio climático, la gripe porcina, y lo que se inventen el mes que viene. Hay "voluntad de creer" que vivimos en una impostura (dato cierto).
3º) Las conspiraciones reales existen, han existido y existirán: véanse el hundimiento del "Maine", la guerra del opio, el reciente robo a mano armada del petróleo iraquí, o el más reciente de Afganistán, que si algún lector aún cree que estamos allí repartiendo chuches para proteger a las talibanas de los talibanes, temeré que es un conspiranoico inverso: el sistema es güeno y nos protege.

Tenemos conspiraciones reales, tenemos la certeza de que el sistema nos miente para manipularnos, sólo hay que ensamblar los datos engrasando las juntas con el ingrediente secreto ("la filtración de un científico", "un micro abierto indiscreto", "un dossier hallado en un contenedor de basura frente al ministerio de turno") y ya tenemos una bonita teoría de la conspiración en la que caerá un público ávido de emociones y truculencia.

En mi opinión las teorías de la conspiración son nefastas. No digo que alguna no se halle en lo cierto: si los políticos al servicio del capital son capaces de provocar un "terremoto" bélico en Iraq para hurtarles, capaces serían si dispusieran de tecnología de provocar terremotos en Haiti para el mismo fin.
Son nefastas por lo siguiente: truecan una realidad por una apuesta incierta, desviando la atención sobre esa realidad. Seguirlas, puede suponer acabar luchando contra fantasmas, mientras los verdaderos culpables se deben estar matando de la risa.
El caso más conocido y creo que con más seguidores es el del "Club Bilderberg". La realidad: El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y determinadas y muy potentes corporaciones, manipulan el mundo a su antojo hundiendo economías. Su perrillo faldero principal es la ONU, seguido de perrillos menores en todas las escalas: desde sindicatos vendidos al capital hasta oenegés que lavan la cara al sistema. Hay un enemigo real con nombres y apellidos. ¿Necesitamos al truculento y fantasmal Bilderberg para poner nombre al enemigo?
Las teorías de la conspiración, como la mayoría de ideologías, adaptan la realidad a sus propósitos y, como la mayoría de las ideologías, se suelen dar de morros con la realidad tarde o temprano.
Para que vean que no estoy libre de pecado, les dejo mi propia teoría de la conspiración: el sistema alienta estas payasadas para crear enemigos fantasmales que desvíen la atención sobre ellos mismos. Un sistema tan totalitario como el Bilderberg, propietario de los medios de comunicación, sencillamente no permitiría la venta, difusión y propagación de sus maniobras. Y como pueden comprobar, no hay medio de prensa que no haya sacado al menos una reseña "bilderberguiana". Como se le escapó a una jefa mía, hablando para sí misma, mientras trataba de marearnos en nuestras reivindicaciones: "Mientras estáis entretenidos en eso no pensáis en otras cosas".
Yo mismo estoy escribiendo sobre esto y no me va a pasar nada. Pero si desaparezco, sepan que he caído luchando como un bravo, nada de suplicas ni lloriqueos. Y mis últimas palabras serán: "Anda y que os den por culo a la humanidad entera, joder, qué vaya tropa..."

Pues mi amigo el conspiranoico, desde hace tiempo, se ha montado un canal de e-mails de nombre imperativo-mental, tipo: "Despierta, nos están engañando" o "Abre tu mente a la realidad" etcétera, no voy a decir el nombre real.
El caso es que cuando no tengo el mail saturado de cosas más próximas y mundanas, a veces abro y leo los suyos pensando: "A ver por cuál paja mental nos sale este ahora...".
La de ayer era buena... Vean el vídeo que iba inserto:


Añado los demás datos:

Alguien esta comprando y acaparando todo el  "grano" (alimenticio) del mercado. En Estados Unidos, la venta de armas se ha restringido por una sospechosa escasez. (Aquí deben deducir que alguien esta impidiendo que el pueblo se arme).
Tras mas imprecisos datos sin documentar, se concluye que el sistema ha decidido su colapso, disponen de los alimentos almacenados y cuentan con hordas de mercenarios armados para hacer frente al pueblo hambriento y desarmado.
Tampoco lo veo tan grave: nos hacemos caníbales y arreando. Total, lo eran y en grado sumo los aztecas y  hay quien nos los quiere poner de bondadosos y civilizados frente a los fascistas españoles.

Ya dejé mi valoración sobre las teorías de la conspiración, me abstengo de valorar en profundidad esta. Que el sistema colapse, es probable; ya lleva años colapsado éticamente. Que mercenarios armados puedan impedir el asalto de la turba hambrienta enloquecida a los almacenes de alimentos es difícil.  Stalin, ese maestro, consiguió algo parecido en Ucrania en el episodio llamado  "Holomodor": mató de hambre al granero de Europa. Se puede someter a una población durante un tiempo. Someterla para siempre, lo dudo: el factor humano es impredecible.

El Desclasado ha hablado.

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