Cuando era jovencito y trataban de adoctrinarme en el marxismo (algo aprendí, no se crean), me dijeron algo que me quedó grabado: "Una huelga no se puede perder".
Tenía la huelga un halo místico, un algo de recurso final, bomba atómica sindical, antes de entrar ya en la confrontación armada. Y no podía perderse porque una huelga perdida significaba que el empresario había ganado (Perogrullo, otro de mis mentores) y el obrero quedaba tocado, desmoralizado, desmotivado para seguir la lucha. Así que si se tomaba la drástica decisión de llegar a una huelga era para sostenerla hasta la muerte, hasta que la empresa hincase la rodilla y corriese el vino triunfador entre el obreraje que a base de estrategia y cojones había ganado la partida. El coste de apostar tan duro era caro: no cobrar y subsistir de familiares, amigos y cajas de resistencia si las hubiere. Y el miedo y la inseguridad de que finalmente, si se perdía, habría represalias y todo el sufrimiento no habría servido para nada. "No, Desclasadín, una huelga no puede perderse. Piénsatelo muy mucho antes de embarcar a los trabajadores en esa aventura". Y yo, futuro dirigente vanguardista de un soviet industrial, asentí pensando que vaya coñazo de viejos plastas con sus rollos, sus francos y sus guerritas. A mí lo que me interesaba era saber el sabor de los labios de Pepita. O de Juanita. O de Fulanita, que un caballero no desprecia a ninguna dama.
La épica del sudor macho proletario.
La épica del sabor de los labios de Menganita. Si es que no hay color, camaradas.
Al cabo algo aprendí de marxismo y todos esos rollos. Y me ha servido en la vida, realmente esos fulanos fueron muy buenos estrategas, aunque malos o mediocres futurólogos. Su estrategia fue genial en su contexto para ganar la batalla ideológica e incluso la geográfica, pero su aplicación en tiempos actuales ha de ser muy selectiva, muy con pinzas y sujeta a constante revisión. Pero las genialidades de Lenin, con su "enfermedad infantil del izquierdismo" por ejemplo, son de total aplicación hoy. El izquierdismo sigue siendo un niño estúpido y mal criado.
Y llevo varias huelgas perdidas. Llevo varias putas huelgas perdidas por mi "me sabe mal no hacerla, algo hay que hacer, pues habrá que estar ahí aunque no esté de acuerdo con la forma..."
Hasta los putos cojones de hacer el canelo, de ser un figurante para los marisqueros, de seguir el guión impuesto por el sistema:
1- Te recorto.
2- Los marisqueros que si igual hacen una huelga, eh, que menudos son ellos. Si el Gobierno es de "izquierdas", pues como que se hace así pactadita. Si es de dereshas, pues como que también pero se chilla más en el desfile.
3- Se hace una huelga de un día por parte de los canelos como yo que tengan cargos de conciencia y de los canelos que crean que realmente eso sirve para algo.
4- Me descuentan como si no hubiese ido a trabajar en varios años, por lo menos.
5- Los marisqueros reciben unos milloncetes más por haber desviado la combatividad obrera convirtiéndola en un paripé de títeres, de tontos útiles.
6- A mí me sale mi lado femenino y me siento que me quiero morir y cosas de esas sensibles de autocompadecerme de mi mismo y tal, por ser tan tonto.
Hasta aquí he llegado. Una huelga no se puede perder, Desclasadín, y piénsatelo muy mucho antes de embarcar a los obreros en esa aventura.
Yo no hago ya más huelga que la general indefinida hasta la victoria. Sea victoria total, muy difícil, o parcial que aconseje retirarse triunfante y no quemar todas las naves.
Sí, ya, que la sociedad no va a hacer una huelga general indefinida hasta la victoria. Ya, pues lo siento, yo para hacer el tonto ya no voy más.
Anda a la mierda con los marisqueros y sus liturgias estúpidas. Huelga general indefinida revolucionaria y si pasamos hambre nos comemos a Méndez, que está bien gordito.
A estos no hace falta ni cebarlos previamente. Llegado el momento recuerden quemarlos superficialmente, como a los cochinos, para pelarlos y que queden limpios.
Las autoridades sanitarias advierten que comerse a Méndez puede acarrear serios problemas de salud y secuelas difícil de superar.
ResponderEliminarBuenas días,me parece que hace un análisis de una inmediatez excesiva,pero no por eso no tiene razón...Ud. refiere a lo que tiene por ahí,lógico y sensato...pero hay que aprender de lo que pasa en otros lares,no le parece?. Mire, un movimiento obrero,una central sindical mal comienzo tiene cuando es propiciada,con subvenciones,etc...por el dictador de turno. Las huelgas,que por lo visto el término por ahí se utiliza de forma distinta a las de por acá, son momentos de fuerza donde se gana y se pierde también...y luego de ella es imperiosa una autocrítica del colectivo, de las bases que sustentan a esos delegados, representantes o como quiera que se llamen. UN movimiento sindical que nace desde el poder de turno requiere una refundación, al menos. Un beso
ResponderEliminarSergio DS: bienvenido. Muy bueno, jajaja.
ResponderEliminarFiorella: correcto. No puedo decir que no haga más huelgas de un día si confío en los que nos llevan a ella o creo estratégicamente acertado hacerla.
No es el caso aquí y ahora, en la inmediatez como bien dice.
Mire, día sí y día también salen los chanchullos que estos pájaros tienen. La mitad cobra sobresueldos de lo pùblico, como asesores del consejo de administración, etc.
No hago de comparsa más para estos sinvergüenzas.
Besos.
Sergio, que al cambiarte la foto te confundí con alguien nuevo.
ResponderEliminarManipulador queridiño, ja, ja, las fotos en color siempre tuvieron más color que las de blanco y negro.
ResponderEliminarYo tampoco voy porque para carnaval prefiero el de verdad, nada de sucedáneos, ja, ja.
Besos.
Es una pena que muchos acabemos creyendo lo mismo... Se lo han montado bien: nos han acabado convenciendo de que las huelgas son inútiles. Así, ahora, podrán tocar el derecho a huelga y nadie dirá nadie.
ResponderEliminarPor eso entre chupócteros y chusqueros es tan famosa la frase de...
ResponderEliminar¡Maricón el último!...jajaja
Feliz fin de semana... con Maria!
Salud y abrazo
¡Hostia, cómo duele tu comentario, East! Esa consecuencia se me había escapado, metido estaba de lleno en mi conciencia con si hacía -si es que la convocan- la próxima huelga general o no.
ResponderEliminarBlue: es que me gustó mucho la foto esa en blanco y negro, jaja, desprende obrerismo por los cuatro costados.
Genín: si es que... Vaya tropa, Dios.
El comentario de East es claro, conciso y contundente.
ResponderEliminarBueno, yo voy a protestar por lo que hay, no me siento que voy de la mano de esos dos pollitos en blanco y negro, pero salir a decir que estoy harta no me lo quita nadie.
ResponderEliminarEl derecho a la huelga ya se lo dejó claro Rubalcaba a los controladores ¿o no nos acordamos ya?.
ResponderEliminarPuede ser que no valga para nada, pero vale para hacerles visibles que la gente estas hasta ahí,.
ResponderEliminarGrecia es un caso evidente que no les hacen ni puto caso ¿Qué tendrían que hacer los griegos pues?….de cualquier manera los empresarios están por la labor de suprimirlas, si no fueran efectivas ¿se lo plantearían?
Lo de hoy es una manifestación no una huelga
Alto, alto: como dice J. Antonio, lo de hoy es manifestación. En esto sí creo que vale la pena dejarse ver a muchos.
ResponderEliminarCómo me gustas cuando te pones fiera. Bs.
ResponderEliminarJajajaja, Emejota, qué buena.
ResponderEliminarAquí podíamos hablar de una especie de compensación: cuando estoy inseguro me pongo fiera.
Es que me tiene hasta los cojones la inseguridad que me crean estos con sus huelguitas inútiles para demostrar que hacen algo: si no la hago me quedo mal y si la hago también.
Me cago en su santa.
Besos, jajajaja, ya me volví a poner fiera.