"No habrá paz para los malvados". The Flim.

El cine español me la ha vuelto a meter. O quizás yo mismo me la metí al esperar más de lo que que encontré, y al costarme tanto encontrar lo que busqué. Hay un tercer ingrediente, este sin duda mea culpa al 100%: un título poético logra atraerme más a visionar una película, o leer una novela, que todos los trailers que vea o las reseñas que lea.

Y aquí tenemos todos los ingredientes para que Desclasadín se vuelva a pegar un batacazo con el cine español. No es un batacazo de los peores, que conste, es, tan sólo, el último.

Empecemos por el título y la imagen gráfica de promoción que lo acompaña:

“No habrá paz, dijo mi Dios, para los malvados” (Isaías, LVII, 21). Eso no es un título, coño, eso es un deseo casi universal. Si la Biblia fue un Best Seller, no fue por casualidad, obligaciones lectoras al margen. Me toca el título, mis defensas escépticas se resquebrajan ante él; no quiero paz para los malvados. Sé que los malvados en realidad viven de puta madre en sus consejos de administración y sus escaños, versión élite, y trapicheando con sus drogas y prostituyendo a desgraciadas, versión lumpen. Pero... ¿acaso no puedo soñar con que a los malvados les llegue su momento? Yo no voy al cine a que me adoctrinen políticamente ni a ver una historia kazajistana que aburre a su puta madre, pero ay de quien diga que no le ha gustado porque no entrará en el Olimpo de los gafapastas progres culturetas de salón; yo voy al cine a evadirme, a disfrutar, si acaso a que me hagan pensar, a reírme, a pasar un buen rato aunque, sacando la vena masoca, me lo hagan pasar malo.

Siguiendo con la imagen gráfica que acompaña: peeerfecto, el antihéroe, nada de guapitos políticamente correctos, el poli desclasado, de vuelta de todo, alcohólico, seguramente putero, que dice "maricones" y no "homosexuales", y que sabe que toda la burocracia no es más que un inmenso coladero por donde se escapa la verdadera delincuencia y se atrapa al pobre robagallinas. Un tipo que, a priori, me cae bien. Un tipo en el que se puede confiar. Un Charles Bronson manchego, un Harry Callahan murciano. Un antihéroe que, a pesar de la maraña burocrática, va a procurar que los malvados no tengan paz. Cierra el cliché clásico en mi imaginación una causa tópica para este comportamiento: su mujer fue muerta y violada por los malos y su vida es una eterna venganza, bañado siempre en alcohol para olvidar y presto el gatillo para ser la mano justiciera de Dios. O quizás fue su hija la secuestrada por una trama de trata de blancas. O su mejor amigo murió al dejar escapar un juez corrupto al narcotraficante que este atrapó... Elijan ustedes...

Muy bien, yo solito me engañé, me pasé de listo, puse guion, trama, poesía y épica a un título y un cartel de cine.

Así que, por mediación del primo del sobrino de un amigo que ya no vive en España, yo jamás me descargo nada en plan pirata, intenté ver la película sin ir al cine.

Es conocido que el programa Ares de intercambios P2P suele dar en ocasiones gato por liebre, o porno por peli buscada. Es decir: buscas Heidi para que la vean tus hijos y te descargas: "La guarra de Heidi se folla a todo el Tirol y parte de la Selva Negra".

Pero esta vez lo mío fue exagerado: de 6 películas descargadas con el título buscado, 6 eran erróneas y lo que ocurría en ellas es que unas malvadas se llevaban un duro castigo, a tenor de los gemidos lastimeros que proferían. Tal fue el escándalo que hice una captura de pantalla para la posteridad:

(Aparten a los niños, a las personas sensibles y a tropa y marinería sin graduación: escenas tremendamente violentas)

Apenado, muy apenado por estas carnicerías que me encontré, no tuve otra salida que aliviar mi pena masturbándome furiosamente, dolido por tanto castigo a las malvadas. Entiendo que la justicia divina debe y tiene que ser cruel, pero ¿hacía falta ensañarse tanto con estas malvadas? Es que a alguna la ensartaban por todos los agujeros, oiga, que ni al icono gay ese, San Sebastián, le metieron tantos flechazos. Por fin, flaco y ojeroso, casi muerto de tanta pena, encontré lo que buscaba.

Pero la combinación de lo que mi propia imaginación se había formado en mi mente, sumado al deseo que se acrecienta de no conseguir el objeto deseado, fueron un cóctel amargo. 

Advertencia: lo que sigue les va a reventar la película. Ustedes mismos.

Y empieza la película ya mal: el antihéroe borracho como una cuba, cerrados los bares capitalinos, se mete en un bar de putas de un polígono industrial. Sin que se sepa el porqué, y este no saber el porqué va a ser una constante en toda la peli, se carga sin ton ni son a la única puta que queda en la barra, al gerente del club, y al macarrilla que hace de segurata. Se le escapa un notas que estaba por allí. Este escapársele el notas parece el leiv motiv de la peli, parece que la búsqueda de este notas será el motor que mueva a Santos Trinidad, así se llama el poli sicópata, a intentar matar al único testigo que queda de tan absurda carnicería.

Vale, bien, acción y tal, tiros y muertos, eso venía yo a ver y a no mucho pensar. Pero, no era esto, no era esto...

Seguimos mal: entra en acción el "género": la persona encargada de investigar esta matanza es una mujer, la jueza Chacón, pija, repija, que tan sólo me hizo reír en su primera intervención.

Llegada la pija al puticlub, rodeada de curtidos maderos, pregunta:

- O sssea, ¿y este sitio por qué huele assí?- (Por cómo huele el puticlub, que imaginamos una combinación de perfumes baratos de puta, sudor, semen rancio, y exhalaciones alcohólicas).

Y el madero macho alfa le contesta:

- Zu zeñoría, queztoz zitioz ziempre jieden azín...

Sin comentarios... O sí, comento: si me metes una mujer a investigar, me parece perfecto, pero si me la metes con calzador "por ser mujer" al tiempo que me la haces tonta, pues flaco favor...

Y si en el sinsentido inicial al menos hubo acción, lo que sigue ya es una confusión total y bastante aburrida. Resulta que los muertos del club de putas eran colombianos que trapicheaban con droga, Coronado venga a arrearse cubatas en vez de bífidus activos de esos, pero al tiempo usaban las redes de transporte islamistas, Coronado que se mete otra tanda de cubatas, la pija y Coronado que paralelamente van descubriendo esto, la pija que les dice por teléfono a sus nenes que: "Mamaíta está ocupada, cielocariñomivida, papaíto os hará la cena", Coronado que se casca unos cubatas. Sin saber muy bien cómo ni que nadie explique nada, los moros va y resulta que les compran a paramilitares del Este -digo yo que serán del Este por la pinta, porque los únicos que van vestidos de Rambo por la calle son los albanokosovares-serbiobosnios y gentuza así de mal vivir- no sé qué que parece una bomba atómica por el símbolo de radioactividad, que ese me lo sé.

La pija como es lista y honrada, aunque sea tonta, va avanzando en su investigación y al final se cruza con Coronado, entre tanda de cubatas de este último, que también avanza en su investigación, pero no se sabe qué investiga.

O sea, es que es difícil ser jueza y dar de cenar a los nenes.

¿Historia de amor imposible? ¿La pija y el poli corrupto en un polvo épico? ¿La idealista y el cínico atraídos irremisiblemente como opuestos? Qué va... Ni eso.

Los colombianos como vinieron se fueron, tragados por un guion que nada explica, y los malos son ahora los moros, que quieren meter unas bombas en un centro comercial con guarderías y todo, que ya hay que ser moro remoro malote para querer hacer eso para mayor gloria de Alá. Menos mal que Coronado, tras una tanda de cubatas y un par de navajazos que le meten, llega donde los moros tienen su base, una casa en el campo, y hace otra masacre con los moros, sin que de nuevo se llegue a saber qué coño quería con esto, si impedir que los moros matasen pobres niños cristianos, tratar de matar al único testigo de su primera matanza sinsentido, o si lo que le va es el deporte. Tras acabar con los moros malotes, muere Coronado, ha sido más acuchillado que las malvadas de las películas fallidas que descargué, así en plan macarreta sentado frente a una piscina sosteniendo el arma, caída laxa, sujeta por el guardamontes por su pulgar. Imagen final poética, quizás simbólica, para un no se sabe qué.

Eso sí: el de los bífidus le pone toda el alma en el papel. Resultaría creíble, muy creíble, si supiésemos qué es lo que hay que creer. 

Penúltima hostia de Desclasadín con el cine español. Es mi opinión, por supuesto.