Ley Pajín. Reflexiones.

¿El Anticristo?

Ahora no recuerdo quién fue el clásico que dijo algo así como "Pocas leyes y claras".  Un tipo razonable debió ser. 

Hace tiempo que, por ventura, no tengo necesidad de buscar trabajo. Como cualquiera y cualquiero, he tenido que hacerlo en bastantes ocasiones. Conocen de sobra el mecanismo, si no en carne propia en carne ajena: decir a amigos que a ver si saben algo, mirar las ofertas de empleo de los diarios... Hasta que por fin sale algo, no un curro; una oferta a la que te presentas. Tiene algo de humillante eso de venderte, competir con otros y otras pobres y pobras diablos y diablas como tú y como tá, por acceder a una esclavitud regulada que te dará de comer. Y en el canibalismo darwinista social se trata de tú o él, así que luces cual puta tus mejores galas laborales para que seas tú y no él. El resto de esta historia es igualmente sabido: cogen para trabajar a él, no a ti. 

Y en estas ocasiones, muy lamentable por mi parte, ME HE SENTIDO DISCRIMINADO. No soy persona de asumir culpas que no son mías, conmigo lo llevan claro tanto la Iglesia como la neorreligión progre, pero aún queriendo ser objetivo cuando realmente la culpa es mía, estoy sujeto a humanas pasiones y me he sentido discriminado por no ser yo el escogido: "que si ha cogido a esa para que se la chupe; que si ese es un pelotillero y por eso; que si ese tiene más estudios, cierto, pero yo tengo más experiencia; que si no quieren gente demasiado lista, que si..."

Todo un montón de mierda que hace de bálsamo para curar la herida, otros se culpan a sí  mismos; no es mi pauta habitual. Y es un montón de mierda porque el empresario coge a quien le sale de los cojones, quien crea que le va a interesar más, o quien le entre mejor por el ojo. Punto. Si no nos gustan las leyes de mercado cambiémoslas, pero no hagamos discriminaciones que no existen.

Ahora mismo urge más tratar de contrarrestar la nueva reforma laboral, que van a firmar el Gobierno de ineptos, la patronal y esa especie de mafia marisquera en la que se convirtió, hace ya demasiado tiempo, la ugeté y comisiones obreras.

Pero no podemos olvidar el pajinazo. 

La Ley Pajín o Ley Mordaza, cuyo nombre oficial es Ley de igualdad de trato y no discriminación (enlace oficial a página de Moncloa), es el broche final al Gobierno de tarados más fascista y totalitario que muchos hemos conocido. Con el antecedente que, con el silencio cobarde y acomplejado de la sociedad, colaron con la Ley de violencia de género, pesadilla orwelliana donde la mitad de la población nacemos culpables, dan un paso más y pretenden colar esta ley en la cual siempre vas a estar en pecado, al gusto del gobierno de turno; ¿creen acaso que el pepé derogará tal bicoca?

Esta delirante canallada afectará:

 Ámbito objetivo de aplicación: todos los ámbitos de la vida política, económica, cultural y social  y  singularmente:  empleo  público  y  privado  y  trabajo  por  cuenta  ajena  y por cuenta propia, afiliación  y participación, educación, sanidad, prestaciones y servicios sociales,  acceso  a  bienes  y  servicios  a  disposición  del  público,  incluida  la  vivienda,  y medios de comunicación y publicidad

¿Quieren que se lo traduzca?: TODOS los ámbitos. Traducido. Pero se lo amplío un poco más, estamos para informar:

Motivos  de  discriminación:  nacimiento,  origen  racial  o  étnico,  sexo,  religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, enfermedad o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Volvamos a mi pasado y supongamos que esta mierda de ley ya estuviese entonces. No me han cogido para el trabajo. Me siento discriminado. En el fondo sé que no es así, pero me puedo permitir, ley en mano, que ese hijo de puta de empresario se lleve un buen susto. Lo voy a denunciar por... Hummm... porque no me ha cogido por ser hombre, católico, homosexual y tengo más de 40 años. Motivos de sexo, religión, orientación sexual y edad.

Como ven, cualquiera es culpable, nadie escapa al pecado de discriminador, como en aquella Iglesia de antaño, por obra, intención, omisión, pensamiento, o "cualquier otra circunstancia", con dos cojones.

Quizás aún no le crean:

Artículo 4.

1. El derecho protegido por la presente ley implica la ausencia de toda discriminación por razón de las causas previstas en el apartado primero del artículo dos. (El de cualquier otra condición...)

En consecuencia, queda prohibida toda conducta, acto, criterio (me vas a prohibir tener criterio por el forro de los cojones, so nazi) o práctica que atente contra el mismo.

Se consideran vulneraciones de este derecho la discriminación, directa o indirecta, por asociación y por error, la múltiple, el acoso, la inducción, orden o instrucción de discriminar, las represalias o el incumplimiento de las medidas de acción positiva derivadas de obligaciones normativas o convencionales. (Imposible escapar, coleguillas, si es por error como si es indirecta, o induzco, o no cumplo con la pollada de la acción positiva, que si cumplo con ella discrimino igualmente. Cuélguenme ya y ahórrense el paripé).

2. No se considera discriminación la diferencia de trato basada en alguna de las causas previstas en el apartado primero del artículo dos de esta Ley (de nuevo el de cualquier otra condición...) derivada de una disposición, acto, criterio o práctica que pueda justificarse objetivamente por una finalidad legítima y como medio adecuado, necesario y proporcionado para alcanzarla. (Ya nos vamos entendiendo: será discriminación lo que a ustedes les salga del coño).

Como vemos, lo de pocas leyes y claras para nada: muchas y enrevesadas, tantas y tan complejas que siempre el ciudadano sea culpable.

Bien, ya he denunciado al empresario, y ¿ahora qué ocurre? Pues que el empresario debe probar su inocencia, probar que no me ha discriminado (Art. 28), otra aberración heredera de la Ley de violencia de género, ahora aplicable a hombres y mujeres. A ver qué tal sienta ahora esto a las malas personas que estaban encantadas con la pérdida de la presunción de inocencia del hombre, imbéciles, mirad lo que os cuelan ahora.

Imagine ahora que le llegan una panda de gitanos mal encarados, especialistas en sentirse descreminaos, y usted no les alquila un piso. Adivine quién va a ser la víctima y quién el verdugo. 

¿Y quién juzgará? 

Esto sería para descojonarse si no fuera tan espeluznante: una persona independiente que pondrá el Gobierno (Art. 37), una especie de inquisidor real. ¿Cómo se puede conjugar que te ponga un gobierno con el ser independiente, nos han tomado ya por subnormales profundos? Para acabar de asustarles les diré que se baraja el nombre de la posible sicópata Bibi.

Recientemente las feminazis de Acampada Sol, en su linea, acusaron falsamente (todo lo que estas no prueben para mí es falso) a los acampados de agresiones sexuales, mirarlas mal, actitudes paternalistas, etc. Pero ¿cómo nos vamos a atrever a legislar sobre sensaciones, sentimientos, y no sobre pruebas, hechos probados?

"Una mujer es agredida cuando se siente agredida" y de aquellos polvos vienen estos inmensos barrizales. Las denuncias falsas para sacar tajada van a superar con creces, lo que ya es muchísimo decir, a las de violencia de género. A usted le va a tocar tener trabajando en su peluquería a una mora con el puto pañuelo en la cabeza. Esta pesadilla solo puede estar concebida para que la sociedad se acabe de descomponer en un todos contra todos, en  el que chusma muy justamente discriminada por sus acciones, va a llevar todas las de ganar.

Si esta ley sale adelante la pesadilla orwelliana va a comenzar y esta vez no será metafórico. Bienvenidos al infierno... en nombre de la igualdad. 

Y de los blogs ya ni hablamos... 

Este vídeo es de género, del pajinazo aún no hallo, pero tanto vale: