sábado, 8 de septiembre de 2012

Poderes de las mujeres y cómo combatir sus brujerías. Capítulo II.


Advertencia previa: Queda totalmente prohibido que lean esta entrada las personas del sexo femenino, incluidas niñas.
Pese a la prohibición estricta de que lean esta entrada, esos animalillos malcriados, las mujeres, entran y se regodean alardeando de su innata superioridad sensorial.
Exentas de todo sentido del ridículo, es desternillante ver a mi amada, tras leer la entrada, poniéndose cosas en los extremos de su campo visual y exclamando: "¡Ahí va, pero si es verdad! ¡Las veo, las veo!"
Queridas, toda partida tiene su contrapartida, pero de eso hablaremos luego. Ustedes sigan hinchando su ego, presumiendo de visión periférica y de intuición sensorial, que más dura será la caída. 
Nos habíamos quedado en que las mujeres tienen una visión periférica cercana a los 180º, al tiempo que  perciben con claridad las señales no verbales que les indican estados de ánimo, antipatías, mentiras, etc.
Es por esto que usted, salvo que sea un consumado embustero, un artista de la mentira como yo, es mejor que no intente mentirles si no es muy necesario.
Para una mujer resulta evidente cúando otra está preocupada o se siente herida, mientras que un hombre normalmente necesita evidencias físi­cas, como lágrimas, un ataque de nervios o una bofetada en la cara, para poder intuir que algo va mal. Esto se debe a que las mujeres, como la mayoría de las hembras de los mamíferos, están equipadas con unos aparatos sensoriales mucho más refinados que los hombres. En su papel de procreadoras y protectoras de los bebés, las hembras han de percibir los cambios de carácter y de actitud en los demás. Lo que comúnmente se denomina «intuición femenina» es la aguda apre­ciación de los pequeños detalles y cambios en la apariencia o en la conducta de los demás. Es algo que a lo largo de la historia ha descon­certado a los hombres que, cuando intentan esconder algo, siempre son descubiertos.
Sigamos desvelando los poderes de las brujas.
El bebé llora. Y el tipo roncando. Que siempre me toca levantarme a mí, piensa la mujer, el cabrón se hace el dormido, no es posible que no oiga esos berridos.
Aquí las brujas, tan listas que se creen, fallan estrepitosamente: el hombre realmente no está oyendo al bebé.

Las mujeres tienen más oído que los hombres y también muestran mayor capacidad para distinguir sonidos agudos. El cerebro de una mujer está programado para oír el llanto de un bebé en la noche, mien­tras que un hombre puede perfectamente no oírlo y dormir plácida-mente. Si un gatito está maullando a lo lejos, la mujer será la primera en oírle, pero no sabrá cómo llegar a él. Sin embargo, el hombre, gra­cias a su gran sentido espacial y orientativo, le podrá decir exactamen­te dónde está el gatito.

Un grifo que gotea puede volver loca a una mujer,
mientras un hombre duerme plácidamente.

Con sólo una semana, una recién nacida (a diferencia de un recién nacido) puede, distinguir de entre todos los sonidos de una sala, la voz de su madre y el llanto de otro bebé. El cerebro femenino tiene la capacidad de discernir los sonidos y clasificarlos por categorías. Por eso, una mujer es capaz de escuchar a una persona con la que mantiene una conversación cara a cara mientras oye otra conversación. Eso tam­bién explica las dificultades que tienen los hombres para escuchar una conversación con el ruido del televisor o de los cacharros de la cocina de fondo. Si suena el teléfono, antes de descolgar, un hombre pedirá al resto de la gente que hable en voz baja, reducirá el volumen de la música y apagará el televisor, mientras que una mujer descolgará el teléfono directamente.
Las mujeres tienen mayor sensibilidad para diferenciar las tonalidades en el volumen de la voz por lo que pueden oír los cambios emociona-les en niños y adultos. Por consiguiente, las probabilidades demues­tran que hay ocho mujeres que saben cantar afinando, por cada hom­bre que muestra la misma aptitud musical. Esto explicaría la típica frase que pronuncian las mujeres cuando discuten con hombres «No me hables en ese tono de voz». La mayoría de hombres no tienen ni idea de qué están hablando.
Los experimentos llevados a cabo con bebés revelan que las niñas son el doble de, sensibles a los sonidos agudos que los niños. En este hecho podríamos encontrar la explicación a que las niñas se tranquili­cen mucho más que los niños con cuchicheos agudos o a que las ma­dres intuitivamente canten más nanas a las niñas y hablen más a los niños. La gran capacidad auditiva de la mujer contribuye, en gran medida, a lo que comúnmente ha sido denominado «intuición feme­nina» y también puede ser la respuesta a la facultad que poseen las mujeres para leer las conversaciones entre líneas. Sin embargo, los hom­bres no tienen por qué desesperarse puesto que tienen una gran facili­dad para identificar e imitar los sonidos animales, lo que fue muy útil en el pasado, aunque desgraciadamente no parece tener tanta utilidad hoy en día.
Bien, seguimos bien: los hombres sabemos ladrar, rebuznar e imitar a la mona Chita, todas ellas grandes virtudes, sin duda.
Ahora ya sabe porque cuando usted murmura por lo bajo: "Ojalá te mueras, hija de puta", ella también le oye y ya no vale decir que estabas respondiendo: "Sí, cariño".

Vamos con algunas contrapartidas, que yo mismo me estoy poniendo negro.
Si tomamos la frase:

Felipe afirmó que el resultado científico fue catastrófico.


Y pedimos a mujeres y hombres que identifiquen rápidamente el número de efes que contiene la frase, los hombres ganarán por goleada. Su visión de cazador va a determinar rápidamente las piezas, efes, a cazar y dónde se encuentran.
Sin embargo, si decimos la frase en voz alta y hacemos el mismo experimento, en este caso las mujeres serán mucho más rápidas en detectar cuántas efes contiene la frase.
Que las mujeres tengan más campo visual no quiere decir que vean mejor. Al contrario: les es fácil perderse en los detalles. Igualmente no ven tan lejos, les cuesta concretar lo que está lejos. Usted está diseñado para concretar la figura de un bisonte en el horizonte, su vista túnel verá a ese bisonte sin perderse en detalles periféricos. Una mujer no sabrá si es una vaca suiza, gallega, un puto ciervo, o "Ese bicho gordo que está allá, muy largo... ¿Me lo cazas, cari?" 

Otro reproche común en las brujas es que usted no se da cuenta de que cambió el peinado. O se puso un trapo nuevo encima. 
A ver si nos centramos: si yo le estoy mirando a usted, mujer, las tetas, le estoy mirando las te-tas. Te-tas, te-tas, te-tas. No le estoy mirando ni los ojos, ni si se ha cambiado el pelo, ni si se ha puesto un piercing en la nariz, le estoy mirando las tetas y no veo más que eso. Ni me interesa tampoco otra cosa.



Vamos con otro experimento visual de diferencias de percepción por sexos.
Si les muestro esta figura:


Y les digo que ambos lados de la mesa, el superior y el inferior según se mira, son exactamente iguales, a las mujeres les parecerá divertido. Pero los hombres no se lo creerán e incluso irán a buscar una regla.
Vayan, vayan a buscarla y descubran que miden exactamente 65 milímetros ambos lados con la configuración de mi ordenador.

Es muy conocida la figura de la Joven/Vieja. Las mujeres verán en principio a la vieja, los hombres a la joven:


Yo mismo, con un par de cojones, estoy viendo a una jovencita de aspecto algo decimonónico que parece tener un polvete fino.

Y habíamos quedado en que las mujeres oyen mejor. ¿Seguro? No, no oyen mejor, oyen "diferente":
Las mujeres tienen más capacidad para distinguir los sonidos, pero los hombres pueden señalar directamente de dónde vienen. Esta habili­dad, junto con su capacidad para identificar e imitar los sonidos ani­males, le convertía en un eficiente cazador. Pero, ¿cómo se transforma el sonido en un mapa en el cerebro?El Profesor Masakazu Konishi, del Instituto de Tecnología de California, encontró respuestas a esta pregunta realizando un estudio con lechuzas, unos animales que poseen una extraordinaria capacidad para detectar de dónde procede un sonido. Cuando oyen un sonido, giran la cabeza hacia la dirección de donde surge. Konishi descubrió que las lechuzas poseían un grupo de células en la zona auditiva del cerebro que trazaban un mapa exacto de la proveniencia del sonido. Cuando los altavoces emitían el mismo sonido a cada uno de los oídos de la lechuza a una velocidad diferente (a 200 millonésimas de segundo) el cerebro era capaz de diseñar un mapa espacial en tres dimensio­nes para encontrar el origen. Una vez localizado, las lechuzas giraban la cabeza hacia donde provenía el sonido para ver a su presa o escapar de los enemigos. Los hombres parecen compartir con este animal la misma habilidad para detectar el origen de los sonidos.

Y acabaremos en la parte III y final. Aquí:

http://eldesclasado.blogspot.com.es/2012/09/poderes-de-las-mujeres-y-como-combatir_9.html


13 comentarios:

  1. A mí lo que digas me da igual siempre y cuando me cuentes cómo se ve a la vieja en la ilustración Joven/Vieja.... porque yu sólo veo a la jovencita decimonónica a la que tú te tirarías... jijijiji
    Achuchones!!

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  2. India, ¿puedes creer que estaba bastante convencido de que tú verías a la jovencita?
    Aparte, por lo que sé de ti, tienes buena orientación espacial.
    Tienes tú cosas muy masculinas, al tiempo que tienes un polvazo, jajaja.

    Para ver a la vieja, prueba a forzar la vista que es como la veo yo.

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  3. Dime: ¿y cómo ves los lados de la mesa?

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  4. Ni forzando, pishita... ni forzando... to lo más, las arrugas de arriba, que podrían ser un desparrame de cannnes pasaditas...
    Los lados de la mesa jijijiji pues los he medido porque no me fiaba de mi ojo jaaajajajaja 63mm en el portátil jaaaajajja
    Voy a ir perfilando más a IndioSiux que me da que acaba siendo más yo que yo misma jaaaaajajaa habrá que mirar lo del polvazo antes juaaajuajuajuaaaaa :P

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  5. Joder... ¿Y ángulo de visión?

    Eso, antes de convertirte en Indio, el polvazo que no se desperdicie, por Diossss, jajaja.

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  6. Ángulo 360º jaaaaajajajjaa oficialmente, de lejos, según facultativos, 125% de visión... es en el cerca donde se me va la pinza jaaajajja

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  7. Ahh, que usas gafas.

    No sé... Esperaremos al resto de mujeres a ver qué ven ellas...

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  8. "al resto de mujeres..." jijijiji entonces, de momento, puedo estar tranquila aunque haya quebrantado la prohibición de leer jajajaja

    (Ahora te escribo sin gafas, no las llevo, me las pongo :P)

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  9. Si sólo basta que se lo prohíbas para que vengan más...

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  10. 1. Los hombres comprenderán mejor de dónde viene el sonido pero no comprenden lo que se les dice. Lo que sí es cierto es que tienen una capacidad "natural" para imitar sonidos animales.
    2. No hacía falta que nos dijeras que los hombres "normalmente necesita evidencias físi­cas".
    3. "El hombre, gra­cias a su gran sentido espacial y orientativo, le podrá decir exactamen­te dónde está el gatito": hay allí un error gramatical, un error de género. Debería decir: "el hombre le podrá decir exactametne dónde está la gatita".
    4. "«No me hables en ese tono de voz». La mayoría de hombres no tienen ni idea de qué están hablando": jajajajajajjaja, mepartomeparto !!
    5. Vi a las dos a la vez porque ya conocía el dibujo. ¿Qué soy? ¿Hombre o mujer?
    Besos, "cari".

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  11. Y todavia tenes el coraje de no-invitarnos, es mas, expresamente prohibirnos leerte...????? ja ja ja ja ja ja, chiquito......y despues de la tremenda investigacion que has hecho.....vas y nos prohibis venir???....pobrecito, no entendiste nada.......es mas....estaba hechada en el sofa, supercansada......y medio dormida....y de pronto....senti que tenia que venir al blog, me llamaba....me llaaaaamaaaaaabaaaaaaaaaa........
    ja ja ja ja ja......
    venirnos con prohibiciones......mira, mira....anda, arrea (como dicen "vosotros") arrea, que te doy un castañazo !!!!

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  12. Ejem, como hay poco hombre por aquí, comento, pero si no quieres leer puedes distraerte con estas tetas, jaja.
    En este apartado ya no estoy tan de acuerdo como con el anterior, aunque puede que no sea muy válido porque mi muestra es pobre: sólo de 1.
    Yo por la noche oigo todo lo necesario, es decir, una tos, algo que se cae, alguien que me llama, pero mi él, como dice India, oye eso y la respiración de una mosca antes de alzar vuelo, jaja.
    Lo de las efes. Lo primero que hice para contarlas fue "cantar" mentalmente la frase y contar los fffffffffonemas.
    Lo de la vieja es tan conocido que ya no sé cual vi primero, jajaja.
    Lo de la mesa...es que estoy muy acostumbrada a estos engaños visuales y es muy difícil que me pillen.
    Y lo de no saber bien de donde bien el sonido....eso, sí, ¡eso es cierto!.
    Bicos e boas noites, lechuzo (eso de que oís como una lechuza no me lo creo, que conste, jaja).


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  13. Ne siento fatal, no me siento identificado con esos hombres...¿Seré maricón?
    Besos y salud

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