domingo, 16 de mayo de 2010

La tía Tula, the flim.

Desde hace tiempo y gracias al buen oficio de mi amigo Ares, estoy viendo los clásicos que me faltan o revisitando los que recuerdo mal o vi tan de crío, que no capté en toda su profundidad y, seguramente, me quedé en lo superficial. La tía Tula pertenece a esta última tanda: la vi hace muchos años, pero no capté. Me aburrió, incluso; ni salían tiros ni tetas ni na. La acabo de volver a ver, de tarde de domingo.
Apuntar que no he leído la obra de Unamuno y no creo ya que lo haga, aunque parece difiere de la película, no en lo principal.
Drama con fuerte carga sexual, sorprendente para la época en que se rodó. Ojo: no confundan "carga sexual" con sexo, han pasado los años y sigue sin verse una teta.
En lo que aparenta ser una pequeña ciudad castellana en la década de los 60 del siglo pasado, Ramiro (Carlos Estrada), un hombre atractivo, enviuda con dos hijos. Su cuñada Tula (Aurora Bautista), soltera, es una mujer entregada a la obra social de la Iglesia junto a sus amigas, igualmente damas de la buena sociedad. Tula entiende como un deber cuidar de su cuñado y sus sobrinos y los lleva a vivir a su casa. Tula es una mujer atractiva, Aurora Bautista rezuma en la película una sexualidad con algo de salvaje, no confundir con "sensualidad".

La convivencia provoca innumerables roces físicos, que empiezan a dispararse cuando se cruzan en el pasillo, él en camiseta imperio y ella en delantal, y ella le pide que se vista correctamente para estar por casa. Respuesta de él: "¿quién me va a ver en casa? Respuesta de ella: "es a mí a la que le molesta verte así". Tula cuida a la perfección a los pequeños Ramirín y Tulita, al tiempo que cuida de Ramiro, pero nada más que eso... La tensión sexual, parece que unidireccional por parte de Ramiro, va en escalada, llegando, aun no al límite, a cotas altas cuando Tula cuida y peina a un Ramiro en cama enfermo. A medida que la tensión aumenta, Tula se va poniendo más guapa vestida, más coqueta, ya sin delantales a toda hora, pero sigue rechazando a Ramiro, poniendo de parapeto entre ambos a la hermana muerta.
No sigo con el guión, por supuesto, no la voy a estropear a quien quiera verla. Tula parece mantener una represión sexual muy fuerte, al tiempo que calma su ansia de maternidad al ejercer de madre con los niños. Ramiro quiere meterla con descaro (la polla), está dispuesto a casarse y lo que haga falta, parece quererla a ella además. El cura, ya he dicho de la religiosidad de ella (lo que suele llamarse ya "beatería" coloquialmente), es menos mojigato que Tula y sus amigas y las llama ñoñas y desdramatiza sus tonterías: "por Dios, que eso no tiene importancia, no seáis ñoñas". Aconseja a Tula que, si lo quiere, a follar (casarse) y sino lo quiere que lo largue de casa, pero mantener esa tensión no, que los va a hacer trizas a ambos.
Película dura, casi que ni media sonrisa, sólo una fiesta de Tula y sus amigas, una despedida de soltera de la época, hace reír un poco.
Los amantes de las interpretaciones encontrarán terreno abonado, aunque para mí poca necesidad hay de interpretar: con lo narrado sobra.
Magníficas actuaciones que me hacen pensar cómo hemos podido caer tan bajo el cine español de la subvención, que con tetacoñoculopolla ya no hace falta ni interpretar. En esta película hasta la niña, bastante pequeña, actúa de que te cagas.
No llega a obra maestra, pero desazona y se sigue con interés. 
Por mí parte, recomendada. Disponible en el Ares.

El Desclasado ahora también es crítico de cine.

6 comentarios:

  1. Un peliculón. La vi más de una vez.
    Recuerdo una entrevista que le hacían a Aurora Bautista en la que hablaba de esta película y recordaba una escena en la que se confiesa con el cura. El director le había dicho que en ningún momento levantara la vista. Tremendo.

    Me han entrado ganas de volverla a ver.

    Te aconsejo si no la viste, Calle Mayor de Bardem. Es una película anterior a esta, de los años 50.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Blue: "Calle Mayor" es más brutal aún que esta. Ahí si que casi lloro cada vez que la revisito. En esta ambos son víctimas, en Calle Mayor hay una sola víctima clara. Víctima de una mierda de costumbres sociales.

    ResponderEliminar
  3. Lo de las interpretacines no lo dirás por mi!

    Tengo una duda ¿sabrán interpretar esta tensión sexual las generaciones futuras?

    Saludos, señor crítico.

    ResponderEliminar
  4. ¿Decirlo por tí? ¿Y tú quién eres? No te conozco, soy un animal de costumbres

    (Temo que las generaciones futuras no sepan interpretar nada. Lo que no sea visualmente explicito y no salga de una "play" no existirá)

    ResponderEliminar
  5. No me conozco ni yo

    http://www.youtube.com/watch?v=REVHF3AnsM0

    ResponderEliminar
  6. Hay más costumbres argentinas

    Yo sí que me reconozco, pero no sé si me gusta lo que veo en mí.

    ResponderEliminar

Caminante que por aquí recalas: si me comentas en una entrada antigua es probable que no te conteste por no ver tu comentario. Pero no por ello te prives.