domingo, 9 de octubre de 2011

Antecedentes a la bofetada de Gilda. Siglo XVI.


Violencia de género con glamur, si le hubiesen puesto una orden de alejamiento, luego no habría ocurrido esto:
O sí habría pasado lo mismo, vaya usted a saber... Ess que él esss taaaaan guaaaapo.
Bueno, dejémonos de tonterías y vamos a por el bofetón que nos ocupa:

Cómo Don Manuel de León sacó el guante
de su dama de entre los leones 

(Anónimo)

Ese conde Don Manuel,
Que de León es nombrado,
Hizo un hecho en la corte
Que jamás será olvidado,
Con Doña Ana de Mendoza,
Dama de valor y estado:
Y es, que después de comer,
Andándose paseando
Por el palacio del Rey,
Y otras damas a su lado,
Y caballeros con ellas
Que las iban requebrando,
A unos altos miradores
Por descanso se han parado,
Y encima la leonera
La Doña Ana ha asomado,
Y con ella casi todos,
Cuatro leones mirando,
Cuyos rostros y figuras
Ponían temor y espanto.
Y la dama por probar
Cuál era más esforzado,
Dejóse caer el guante,
Al parecer, descuidado:
Dice que se le ha caído,
Muy a pesar de su grado.
Con una voz melindrosa
D’esta suerte ha proposado:
—¿Cuál será aquel caballero
De esfuerzo tan señalado,
Que saque de entre leones
El mi guante tan preciado?
Que yo le doy mi palabra
Que será mi requebrado;
Será entre todos querido,
Entre todos más amado.—
Oído lo ha Don Manuel,
Caballero muy honrado,
Que de la afrenta de todos
También su parte ha alcanzado.
Sacó la espada de cinta,
Revolvió su manto al brazo;
Entró dentro la leonera
Al parecer demudado.
Los leones se lo miran,
Ninguno se ha meneado:
Salióse libre y exento
Por la puerta do había entrado.
Volvió la escalera arriba,
El guante en la izquierda mano,
Y antes que el guante a la dama
Un bofetón le hubo dado,
Diciendo y mostrando bien
Su esfuerzo y valor sobrado:
—Tomad, tomad, y otro día,
Por un guante desastrado
No porneis en riesgo de honra
A tanto buen fijo-dalgo;
Y a quien no le pareciere
bien hecho lo ejecutado,
A ley de buen caballero
Salga en campo a demandallo.—
La dama le respondiera
Sin mostrar rostro turbado:
No quiero que nadie salga,
Basta que tengo probado
Que sedes vos, Don Manuel,
Entre todos más osado;
Y si d’ello sois servido
A vos quiero por velado:
Marido quiero valiente,
Que ose castigar lo malo.
En mí el refrán que se canta
Se ha cumplido, ejecutaldo,
Que dice: el que bien te quiere,
Ése te habrá castigado.—
De ver que a virtud y honra
El bofetón ha aplicado,
Y con cuánta mansedumbre
Respondió, y cuán delicado,
Muy contento y satisfecho
Don Manuel se lo ha otorgado;
Y allí en presencia de todos,
Los dos las manos se han dado.

(Códice del siglo XVI. —It. Timoneda, Rosa gentil)

Gafapastas, profes de literatura y otros personajes excéntricos y/o frikis:  es una adaptación de un poema anglosajón: The Glove and the Lions de Leigh Hunt. Tienen más información aquí:  
http://www.lucernario.org/alcalis/antologia/evdp/cuad1_1.htm


CORRECCIÓN: una amable a la par que sexy e inteligente lectora, me hace la siguiente y acertadísima corrección:


Si lees con atención lo que viene en el enlace, es al revés de lo que escribes en tu último párrafo: John Leigh Hunt adapta textos mucho más antiguos, uno de los cuales es el que copias, que es el romance 1131 del Romancero General. Al César lo que es del César. Y a nuestro Romancero, lo suyo.

14 comentarios:

  1. Desclasado hombre, estoy de acuerdo en que en esa película la descarga de la tensión sexual sea así, pero no estoy tan segura sobre "el que el bien te quiere, ése te habrá castigado..."
    Quién bien te quiere, te hará bien.
    Por cierto, ¿Glenn Ford para mi que tenía una historia con el perverso Ballin Mundson...?
    Yo veía mucho rollo entre los dos.
    ¿Por cierto, estás bien?
    Un abrazo

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  2. Marcela, eso de que "bien te quiere" es una burrada, estoy de acuerdo contigo. La bofetada de Gilda en cambio, en el contexto tampoco me molesta, es que "es pa matarla" (aunque mejor matarla a besos).

    La historia gay entre Johnny y Mundson fue muy celebrada por el director, Vidor, que cuando le fueron con el cuento exclamó: "Jamás lo hubiese pensado de estos muchachos". Supongo que David tiene más controlada que yo esta anécdota.
    En mi opinión esta historia gay es producto de la perspectiva: te pones las gafas comunistas y ves luchas de clases por todos los sitios, te pones las feministas y ves machismo en la figura fálica de las farolas, te pones las gafas de lobby gay y ves homosexualidad en una historia tórrida entre heterosexuales.

    Estoy muy bien, ya pasó casi el agobio laboral que llevaba. Re escribo un día de estos.
    Un besazo con restallido casi como de bofetada pasional.

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  3. Pues jijo,
    yo eg que ante una gilipollé
    como la de tirar el guante
    a la dama respondo,
    tírate tú a buscarlo...

    Vamos, que tonta la una y tonto el otro...
    de modo que si me pongo,
    una colleja doy a ambos.

    jijijijiji
    Achuchones

    Pd.- Si me quito mis gafas de pasta no veo lo queescribes... :-P

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  4. India, con esa actitud medianamente temperamentada en una imbuición falocrática tendiendo al infinito, dentro de las coordenadas sociales imperantes en los subliminal del contexto, no tengo ni puta idea de lo que he dicho.

    Pero sí: vaya par de pavos. Pa echarlos a los dos a los leones y que se los coman.

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  5. Si lees con atención lo que viene en el enlace, es al revés de lo que escribes en tu último párrafo: John Leigh Hunt adapta textos mucho más antiguos, uno de los cuales es el que copias, que es el romance 1131 del Romancero General. Al César lo que es del César. Y a nuestro Romancero, lo suyo.

    En cuanto a Gilda, hay que reconocer que es una excepción, por lo menos en cuanto a escenas de cine se refiere. Hay muchísimos más ejemplos de hombres abofeteados por mujeres que al contrario.

    Y venga, Descla, no disimules. Sabemos que si cualquiera de nosotras te lo pidiera, entrarías a la leonera a recoger nuestro guante.

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  6. Ondia... Mi puta manía de leer en perpendicular.

    Corrijo, Maireen, antes de que el entuerto se haga mayor.

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  7. Yo me hubiera vuelto a la dama, y con una caída de ojos, le muestro mi dedo enhiesto a modo de peineta, y me quedo tan pancho, que vaya ella con sus mulas cancas a por el guante!
    Salud

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  8. Lo de siempre, mujer manipuladora, tonto que cae...
    Hace un rato volvi a ver Lo que el Viento se Llevo, y no puedo evitar encotrar un cierto paralelismo, salvando las distancias, claro.

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  9. Dime con quien andas y te diré "y a mi que me importa"... Como se les ocurre ir a una reunión tan pija...Donde estén las tabernas medievales con vino abundante en vaso o jarra de barro, con taberneras de pechos exuberantes y moral distraída... "pa que vamos a ir con el pijerio para hacer el tonto con los guantes y los leones"...
    Como "pa tocarle el culo" en un descuido a una de estas...(de la corte esta, me refiero)

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  10. El sopapo de Ford a Gilda, como bien dice Marcela, tensión sexual, pero para mí gusto, que mal resuelta por parte de él. Qué quizo hacer con el golpe ese...un antilíbido total.Aunque a la Gilda parece que ni con eso, enfin...hay cada una más de dos.Como dice Maireen hay más sopapos a los hombres que a las mujeres en las películas. Con palos no se aprende, se obedece por miedo. Un beso.

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  11. Coincido con Fiorella. La Gilda/Rita es una wenorri que se merece algo más sustancioso, tipo violación precedida de beso a tornillo. Fostiarla fue antierótico a más no poder y le quedó un tanto monacal y de virtuoso tontolaba al Glen.

    Pero que a gusto se quedó, cierto, jaja

    Saludos.

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  12. Ellas lo tenían fácil porque llevaban guantes o pañuelo, pero nosotras ¿que tiramos? ¿el bolso?, noooo, que dicen que las mujeres vamos dentro de muestro bolso...sería un suicidio, ja, ja.
    Aquí tenemos un dicho: "A muller se pega ao home fai ben se pode", ja, ja.
    Bicos demornin.

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  13. Os contesto a los últimos en general: pues el sopapo de Ford a la Rita a mí no me pone nada. Tensión sexual mal resuelta, por supuesto, pero tema dramático, no sexual en ese momento. Puesto a hacer cosas con las manos, prefiero cuando se quita el guante, que nunca nadie se desnudé quitándose tan poca cosa y de guantes hablábamos.

    Respecto al poema/romance: podemos tomarlo como una aproximación a la sociología de la época. Ya hemos hablado muchas veces de que juzgar épocas pasadas con parámetros presentes es distorsionar la realidad. A mí más bien me aporta un cuadro de la nobleza de la época: hombres fantasmas (fanfarrones para las sudaméricanas, que no sé si la expresión "fantasma"por allí se usa con ese sentido) que tienen que estar demostrando su hombría a toda hora, mujeres caprichosas y vanidosas que quieren que esos hombres se las ganen haciendo fantasmadas. Y la prueba del algodón de que la violencia contra las mujeres jamás estuvo bien vista: el payaso, tras el bofetón, reta a los demás por si el bofetón no les ha parecido bien, O sea, es consciente de haber transgredido las normas.

    Y la que tiene razón es Cheli: un pestañeo y los idiotas de los hombres a hacer el idiota para agradar a la mujer. Toda la puta vida igual...

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