Ypres - Bélgica.
24 de diciembre de 1914.
"Fuera, con los pies inmediatamente enterrados, sacudo trozos de barro glacial que me pesan en las manos... Retomo mi marcha, las piernas abiertas, atravesando la tierra blanda de los desprendimientos, sondeando prudentemente el fango que tapa los hoyos. Y pese a todo, a veces, el sitio hacia el que lanzado mi impulso se hunde, el barro aspira mi pierna, la agarra, la paraliza; debo hacer un gran esfuerzo para liberarla. Del fondo del agujero que se ha llenado en seguida de agua, mi pie saca un lío de cables en el que reconozca la línea telefónica. Justamente ahí aparece el telefonista encargado de reparar las líneas, trae la cara contraída por las agujas heladas de la lluvia: "¡Vaya desbarajuste! ¡No se ha conservado nada ahí dentro! ¡Sólo hay barro y cadáveres!". Si, cadáveres. Los muertos en los combates de otoño, que habían sido enterrados someramente en el parapeto, aparecen a trozos en los desprendimientos de tierra"
Aproximándose final de año ambos ejércitos se entierran en el lodo. Se produce una tensa calma. Se genera una especie de status quo, en absoluto oficial, de "vive y deja vivir" por ambas partes. Algunos soldados entienden el idioma del enemigo y estando tan cerca las trincheras empiezan a comprender, ambos bandos, que el "enemigo" las está pasando tan putas como ellos, que sufren sin ver a sus familias, a su mujer, a sus hijos, a la novia que dejaron en el pueblo, que nada se les ha perdido ahí, que están obligados, que maldita la gracia de mis ganas de estar metido en este atolladero, mojado, enmierdado de lodo hasta las cejas y teniendo que morir o matar a alguien que está tan pringado como yo. Se empieza a producir lo que más teme el que te manda a la guerra: la humanización del enemigo; el enemigo no es una cosa, es tan humano como uno mismo y qué coño estaremos haciendo ambos aquí para que otros vivan como sindicalistas marisqueros.
Al Alto Mando británico no se le escapa esta situación y Sir John French, del Cuartel General, envía el siguiente mensaje a todas las unidades británicas: "Es posible que el enemigo realice algún ataque durante la Navidad o Año Nuevo. Mantener especial vigilancia durante este tiempo".
En realidad el hijo de puta de Sir John French no tiene ningún informe secreto que le anuncie un ataque del enemigo; sencillamente la moral de combate, el odio por el enemigo se está relajando y estas mentirijillas ayudan a mantener la tensión.
Por su parte el Alto Mando alemán envía miles de árboles de Navidad a las trincheras como forma de hacer sentirse a los soldados "como en casa". La combinación de factores iba a dar lugar al milagro.
Durante el día 24 se producen algunos disparos sueltos, algún proyectil de artillería... Nada del otro mundo, más bien tranquila la jornada. Por la tarde el frente va enmudeciendo.
Llegada la noche los alemanes plantan los árboles navideños y los adornan con lucecitas. Atónitos se quedan los británicos al ver el espectáculo de miles de lucecitas alumbrando la noche. Empiezan a cantar los alemanes el "Noche de paz", imaginen el espectáculo de miles de hombres cansados, rotos, sucios, rompiendo el silencio de la noche cantando al unísono en mitad de la campiña de una tierra belga desconocida para casi todos ellos. Sorprendidos los británicos y como picados en principio, aplauden cuando los alemanes acaban su Noche de paz y replican cantando su "The First Noel, the angel did say". Aplauden los alemanes cuando acaban los británicos y replican con otro villancico en alemán. Si hay Dios ese día estaba allí: acaban cantando todos a la vez el "Adeste Fideles". Se empiezan a levantar cabezas a ambos lados de las trincheras, nadie dispara. Se empiezan a gritar de parte a parte: ¡Feliz Navidad!, cada uno en su idioma.
Al principio es algo tímido: unos a otros se gritan: "salid, que no dispararemos", a lo que los otros responden: "no, salid vosotros primero que tampoco dispararemos". Con los datos que manejo me es imposible saber quién, en qué sector, si fue un alemán o un británico, pero alguien se levanta y sale a campo abierto, empieza a caminar por tierra de nadie hacia las lineas enemigas gritando Feliz Navidad en su idioma, del otro lado alguien hace lo mismo, llegan a mitad de tierra de nadie y se abrazan, muchos de ambos bandos les siguen, miles de soldados supuestamente enemigos se abrazan, ríen, lloran hombres ya casi curtidos en el horror, en la miseria de una guerra especialmente sucia y cruel. Miles de hombres a los que se les ha inculcado odio mutuo se abrazan como hermanos, en ese abrazo en el que descargas cariño real, intenso, sentido, y no se conocen entre ellos, nunca antes se habían visto y descargan en esos abrazos entre desconocidos todo el horror, la tensión de una mierda de guerra que tan lejos de casa les hace estar con mucha posibilidad de morir sin saber por qué. Se hablan sin entenderse, cada uno en su lengua, y se entienden sobradamente.
Papá Noel toma forma de soldado y se intercambian regalos entre ellos: whisqui británico por cerveza teutona, tabaco, comida, tonterías, ¿qué importa el qué?: lo importante era regalar, regalar cada uno lo que tuviera.
Entierra cada bando a sus muertos de tierra de nadie. Se muestran mutuo respeto por los caídos de cada bando y acaban orando ambos bandos el Salmo 23 en tierra de nadie:
En algunos sectores la tregua llega hasta pasado Año Nuevo. En algún caso extremo llega hasta febrero. Los altos mandos del ejército, calentitos, limpios y bien comidos en sus cuarteles generales, se juran que nada así volverá a ocurrir: intentan ocultar estos hechos no vaya a ser que cunda el ejemplo y se les acabe el negocio, se decreta pena de muerte para quien vuelva a confraternizar con el enemigo, se ordenan las siguientes navidades bombardeos especialmente intensos sobre las lineas enemigas; se produce una rotación constante de soldados por las lineas para que no se familiaricen con el enemigo...
El resto es historia: la mayor carnicería absurda que la Humanidad había visto nunca. Dios sólo pudo estar unos días por allí, debía tener trabajo en otros planetas.
Fuentes: la historia es sobradamente conocida, todos los datos se pueden hallar en la red. El texto es integro mío menos lo evidentemente citado y el Salmo 23, que yo no tuve nada que ver con eso.
La película francesa "Joyeux Noel" cuenta estos hechos, no la he visto, no puedo opinar:
Y Paul McCartney toca el tema:
Ale, me voy a la comilona. Es que estaba tan hasta los cojones de lo bonita que es la Navidás que me he dicho a mí mismo: "Va, vamos a sacarle algo bueno".
24 de diciembre de 1914.
"Fuera, con los pies inmediatamente enterrados, sacudo trozos de barro glacial que me pesan en las manos... Retomo mi marcha, las piernas abiertas, atravesando la tierra blanda de los desprendimientos, sondeando prudentemente el fango que tapa los hoyos. Y pese a todo, a veces, el sitio hacia el que lanzado mi impulso se hunde, el barro aspira mi pierna, la agarra, la paraliza; debo hacer un gran esfuerzo para liberarla. Del fondo del agujero que se ha llenado en seguida de agua, mi pie saca un lío de cables en el que reconozca la línea telefónica. Justamente ahí aparece el telefonista encargado de reparar las líneas, trae la cara contraída por las agujas heladas de la lluvia: "¡Vaya desbarajuste! ¡No se ha conservado nada ahí dentro! ¡Sólo hay barro y cadáveres!". Si, cadáveres. Los muertos en los combates de otoño, que habían sido enterrados someramente en el parapeto, aparecen a trozos en los desprendimientos de tierra"
Paul Tuffrau
Carnets d'un combattant
Carnets d'un combattant
Los ejércitos francés y británico por un lado y el alemán por el otro, se encuentran atascados en una guerra de trincheras que ningún resultado ofrece a ninguno de los bandos: los escasos metros que hoy se avanza mañana se pierden. El mundo estaba asistiendo a la mayor carnicería nunca conocida (se podía mejorar y posteriormente se mejoró) en el que ya la guerra carecía de todo concepto de honor, caballerosidad y épica, si es que alguna vez lo tuvo. Atascadas las trincheras de ambos bandos, en el medio la llamada "Tierra de nadie" donde se pudren los cadáveres de los soldados que realizan diversas y siempre fracasadas acometidas, mientras sus canallas mandos miran desde lejos con prismáticos.
Tierra de nadie:
Aproximándose final de año ambos ejércitos se entierran en el lodo. Se produce una tensa calma. Se genera una especie de status quo, en absoluto oficial, de "vive y deja vivir" por ambas partes. Algunos soldados entienden el idioma del enemigo y estando tan cerca las trincheras empiezan a comprender, ambos bandos, que el "enemigo" las está pasando tan putas como ellos, que sufren sin ver a sus familias, a su mujer, a sus hijos, a la novia que dejaron en el pueblo, que nada se les ha perdido ahí, que están obligados, que maldita la gracia de mis ganas de estar metido en este atolladero, mojado, enmierdado de lodo hasta las cejas y teniendo que morir o matar a alguien que está tan pringado como yo. Se empieza a producir lo que más teme el que te manda a la guerra: la humanización del enemigo; el enemigo no es una cosa, es tan humano como uno mismo y qué coño estaremos haciendo ambos aquí para que otros vivan como sindicalistas marisqueros.
Al Alto Mando británico no se le escapa esta situación y Sir John French, del Cuartel General, envía el siguiente mensaje a todas las unidades británicas: "Es posible que el enemigo realice algún ataque durante la Navidad o Año Nuevo. Mantener especial vigilancia durante este tiempo".
En realidad el hijo de puta de Sir John French no tiene ningún informe secreto que le anuncie un ataque del enemigo; sencillamente la moral de combate, el odio por el enemigo se está relajando y estas mentirijillas ayudan a mantener la tensión.
Por su parte el Alto Mando alemán envía miles de árboles de Navidad a las trincheras como forma de hacer sentirse a los soldados "como en casa". La combinación de factores iba a dar lugar al milagro.
Durante el día 24 se producen algunos disparos sueltos, algún proyectil de artillería... Nada del otro mundo, más bien tranquila la jornada. Por la tarde el frente va enmudeciendo.
Llegada la noche los alemanes plantan los árboles navideños y los adornan con lucecitas. Atónitos se quedan los británicos al ver el espectáculo de miles de lucecitas alumbrando la noche. Empiezan a cantar los alemanes el "Noche de paz", imaginen el espectáculo de miles de hombres cansados, rotos, sucios, rompiendo el silencio de la noche cantando al unísono en mitad de la campiña de una tierra belga desconocida para casi todos ellos. Sorprendidos los británicos y como picados en principio, aplauden cuando los alemanes acaban su Noche de paz y replican cantando su "The First Noel, the angel did say". Aplauden los alemanes cuando acaban los británicos y replican con otro villancico en alemán. Si hay Dios ese día estaba allí: acaban cantando todos a la vez el "Adeste Fideles". Se empiezan a levantar cabezas a ambos lados de las trincheras, nadie dispara. Se empiezan a gritar de parte a parte: ¡Feliz Navidad!, cada uno en su idioma.
Al principio es algo tímido: unos a otros se gritan: "salid, que no dispararemos", a lo que los otros responden: "no, salid vosotros primero que tampoco dispararemos". Con los datos que manejo me es imposible saber quién, en qué sector, si fue un alemán o un británico, pero alguien se levanta y sale a campo abierto, empieza a caminar por tierra de nadie hacia las lineas enemigas gritando Feliz Navidad en su idioma, del otro lado alguien hace lo mismo, llegan a mitad de tierra de nadie y se abrazan, muchos de ambos bandos les siguen, miles de soldados supuestamente enemigos se abrazan, ríen, lloran hombres ya casi curtidos en el horror, en la miseria de una guerra especialmente sucia y cruel. Miles de hombres a los que se les ha inculcado odio mutuo se abrazan como hermanos, en ese abrazo en el que descargas cariño real, intenso, sentido, y no se conocen entre ellos, nunca antes se habían visto y descargan en esos abrazos entre desconocidos todo el horror, la tensión de una mierda de guerra que tan lejos de casa les hace estar con mucha posibilidad de morir sin saber por qué. Se hablan sin entenderse, cada uno en su lengua, y se entienden sobradamente.
Entierra cada bando a sus muertos de tierra de nadie. Se muestran mutuo respeto por los caídos de cada bando y acaban orando ambos bandos el Salmo 23 en tierra de nadie:
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Sobre pastos verdes me hace reposar,
por aguas tranquilas me conduce.
El Señor me da nueva fuerza,
me consuela, me hace perseverar.
Me lleva por el buen camino,
por el amor de su nombre.
Aunque camine por un valle oscuro
no temeré mal alguno porque Él está conmigo.Se conjuran para continuar la tregua, ya sabemos que no pudo ser. Hay multitud de leyendas, anécdotas de estos encuentros de confraternidad, muchas apócrifas. Se habla de partidos de fútbol entre ambos bandos durante estos días. Por una carta enviada a la familia podemos saber que el resultado de uno de estos partidos fue de 3-2 a favor de los germanos.
En algunos sectores la tregua llega hasta pasado Año Nuevo. En algún caso extremo llega hasta febrero. Los altos mandos del ejército, calentitos, limpios y bien comidos en sus cuarteles generales, se juran que nada así volverá a ocurrir: intentan ocultar estos hechos no vaya a ser que cunda el ejemplo y se les acabe el negocio, se decreta pena de muerte para quien vuelva a confraternizar con el enemigo, se ordenan las siguientes navidades bombardeos especialmente intensos sobre las lineas enemigas; se produce una rotación constante de soldados por las lineas para que no se familiaricen con el enemigo...
El resto es historia: la mayor carnicería absurda que la Humanidad había visto nunca. Dios sólo pudo estar unos días por allí, debía tener trabajo en otros planetas.
Fuentes: la historia es sobradamente conocida, todos los datos se pueden hallar en la red. El texto es integro mío menos lo evidentemente citado y el Salmo 23, que yo no tuve nada que ver con eso.
La película francesa "Joyeux Noel" cuenta estos hechos, no la he visto, no puedo opinar:
Ale, me voy a la comilona. Es que estaba tan hasta los cojones de lo bonita que es la Navidás que me he dicho a mí mismo: "Va, vamos a sacarle algo bueno".
Descla también me voy de comilona, pero te he leído antes de irme y realmente, no sé si fué cierto o no, pero eso poco importa,se ponen los pelillos erizados y puedo imaginarme a esos hombres enfrentados por nadie sabe qué realmente, preguntándose que hacen y porqué puñetas no están en casa con su familia o con quién quieran.
ResponderEliminarQue pases buena reunión Descla.
Carmela, la historia es real como son reales estas historias: los hechos ocurrieron y posteriormente cada cual añadiría su poquito de leyenda, uno inventó una anécdota, el otro la exageró... Pero el hecho ocurrió y fue muy importante, por eso apenas se le da publicidad: no conviene que estas cosas se generalicen que se les acaba el negocio a los fabricantes de armas, señores de la guerra, etc, y si además el pueblo se une y mira a los de arriba, mal asunto (para los de arriba).
ResponderEliminarIgualmente que vaya bien la comida familiar.
Yo sí he visto la película. Es cierto que los hechos ocurrieron, que hubo arbolitos de Navidad en las trincheras alemanas, partidos de fútbol y otras cosas que salen en la película. Y no te olvides de los escoceses, Descla, que también estaban ahí, no todos los británicos eran ingleses. También es cierto que, como siempre, los guionistas introdujeron algunos adornos.
ResponderEliminarEn la película los protagonistas principales son un tenor alemán y su mujer, soprano. Ella consigue llegar hasta las trincheras para verlo en aquellas fechas.
En realidad la soprano Anna Sörensen no existió pero es cierto que algunas mujeres consiguieron reunirse con sus maridos en el frente, incluso disfrazadas de soldados. El tenor Nikolaus Sprink (el protagonista) se basa en el personaje real Walter Kirchhoff, que no era soldado, pero actuó en una trinchera alemana en la Nochebuena de 1914. Un oficial francés que le había visto en la Ópera de París en 1912 reconoció su voz y se puso a aplaudirle. Y Kirchhoff cruzó la tierra de nadie para saludar a su admirador. Otros personajes están inspirados en personas reales, como el personaje de Ponchel se inspira en un soldado francés que todas las noches cruzaba las trincheras alemanas para volver a dormir a su casa, con su mujer y sus hijos, y volvía al día siguiente para luchar.
Hay fotografías del suceso, y salieron publicadas en los periódicos: http://3.bp.blogspot.com/_UkxUUPMZPZ0/TQu1rMXZvFI/AAAAAAAAAww/h_REX2vUOIM/s1600/trucemirror.jpg
Koti: tienes toda la razón y voy a cambiar inglés por británico porque además, parece ser, las iniciativas futbolísticas partieron de los escoceses.
ResponderEliminarNo me puedo extender más ahora.
Gracias.
E incorporo la foto que aportas. Dobles gracias.
ResponderEliminarSí, señor. Bonito relato de navidad.
ResponderEliminarLa canción la conocía de sobra, pero no sabía que se refería a este suceso. Es una delicia también.
Feliz digestión.
;-)
Hola Descla,
ResponderEliminarno se si era esa justo justo la que ví o una parecida.
Pero no sabía que era de verdad verdadera!
A mi la navidad francamente ni me va ni me viene.
Le deseo felicidad a todo aquel que desee recibirla... pero yo opino que no es más que una fiesta pagana para comer como chanchos y que los comerciantes se llenen de dinero de las gentes que no paran de consumir, sea para las viandas, sea para regalos.
Debo confesar que sí me gustó esas navidad que detuvo por un tiempo una guerra... para algo sirvió.
Bacione
Y te aviso que se me han abierto TRES! de esos mierdos que se abren cada vez que entro aquí..
ResponderEliminarConocía esta historia por haberla oido en otra peli, aunque en su momento no me la creí. La peli que dices no la he visto pero... si ellos pudieron hacerlo... yo también:
ResponderEliminarFeliz Navidad!!! y dulces resacas ;)
bssss
Preciosa narración, que pena que prevalezca siempre la voluntad de los más fuertes, que suelen ser los más.... crueles. Y así pasa la vida y se repite, y se repite, y se repite. Un fuerte abrazo y "razonable" comilona.
ResponderEliminarHola, me duele mucho el tarro. La historia fue real. Yo no estuve allí, era muy pequeño en 1914 para ir a la guerra y mi madre no me dejó, pero la historia es real. Y lo demuestra que fue real el hecho de que esto no haya sido publicitado hasta la saciedad: de milagros navideños andamos más bien escasos y para uno real que hay...
ResponderEliminarNinotchka: ¿qué navegador utilizas? Mándame mail si no quieres dar datos privados por aquí, pero es que nadie se queja de publicidad menos tú y no sé qué pasa. Te aseguro que no tengo contratado nada ni he dado ninguna autorización para que salga publicidad en mi blog.
Besos navideños.
Bueno, a mí también se me abre un mierdo (me encanta la palabra, Nina) cada vez que entro. Pero tres ya me parecen demasiados, la verdad.
ResponderEliminarA ver...
ResponderEliminarA mí la primera vez que entro en el blog se me abre un mierdo. Lo cierro, sigo viendo cosas y otros blogs, y no se me abren más mierdos.
Dígamos que sólo tengo mierdo cuando empiezo sesión y sólo una vez.
No sé que me pasa, doctor.
ResponderEliminarA mí no se me abre nada.
;-)
Porque las gallegas soléis ser cerradas, Blue. Ya verás como cuando tomes confianza y te relajes se te empieza a abrir el asunto.
ResponderEliminarVai moito frío, ja, ja.
ResponderEliminarA ver si no va a ser una cuestión sicológica y es una cuestión física: no se te abre algo porque tienes algo grapado, cosido... ¿Has mirado esa posibilidad?
ResponderEliminarNo me líes, Desgrapado.
ResponderEliminar:-))
Caray, carallo, que sólo es cuestión de que mires si tu navegador está programado para que no se te abra el asunto... ¿Ves como eres cerradita, rapaza?
ResponderEliminarMmmmmmm a mi tampoco se me abre nada... con otros blogs si, pero con el tuyo... ná de ná!
ResponderEliminar(y no soy gallega)
Mi navegador va de libro, ja, ja.
ResponderEliminarY no necesito programarlo porque ya viene bien de fábrica.
;-)
"No hay blogs cerrados, sólo hombres inexpertos".
ResponderEliminarLas mujeres sois geniales, cuando me reencarne quiero ser chica: si se abre la culpa es mía y si no se abre también.
(En serio: pues entonces es Nina la que tiene el problema, debe ser la configuración de su navegador. Gracias por la info a las dos Blue/Lana).
También puede ocurrir que tengas un blog "inteligente", ja, ja.
ResponderEliminar¿Y sólo no se abra a las que no están dispuestas a que se le abra?
ResponderEliminarEstoy notando un cosquilleo que no sé si es que me estoy poniendo tonto con el tema, oye.
Me voy a ver una peli, no quiero leeros más. A ver cómo le explico ahora a mi amada que me he puesto cachondo porque a unas se les abre publicidad en mi blog y a otras no. Mejor me callo antes de que me mire raro.
ResponderEliminarA moi, había una temporada que me saltaba un cartelón del copón cada vez que entraba en el paginón. Pero como tengo la versión developer del Chrome , cambiante cual menopáusica, dejó de hacerlo.
ResponderEliminarAhora lo que aparece es una insinuante rubiaza que me promete placeres sin límite. Imagino que eres responsable
tú, Descla, que te dedicas a la trata de blancas y demás asuntos innombrables, aah, que disipación...
No sé cuál es la developer del Chrome, sí observo que me entra gente con el navegador "Chrome 1x".
ResponderEliminarYo utilizo Chromium, la versión libre del Chrome.
¿Las menopaúsicas no son las más estables al dejar las hormonas de hacerles tanto la puñeta? Pregunto.
Joder, una rubia en mi blog y yo, como los cornudos, el último en enterarme, jajajajaja. A mí me suele salir, la primera vez que entro nomás, cosas de seguros y así.
HolaHola...me he puesto tontorrona con el post,me gustan las historias así,ya ves...y con tanto comer,poco riego le llega al cerebro...así que supongo que se acrecenta la sensibilidad...nusé...
ResponderEliminarEstoy de vuelta,lo siento,chicos...jaaaaaaaaaaaajajajaja
Achuchones!
Ah...que firefox me dice que evitó que se abriera una ventana emergente...supongo que para no enseñarme rubias cañones...ésas sólo se las enseña a mi él jijjiji
ResponderEliminarLa versión "developer", ejem, sale de añadir el siguiente en en los repositorios de Ubuntu (si lo usas, claro):http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ como "origen del software" en el Sinaptyc ese.
ResponderEliminarA continuación y actualizando, te lo encuentras como paquete instalable y toda la mandanga. Si en Windows van por la versión 8, aquí ya van por la 10 y te cambia cada poco. Como las menopáusicas con sus sofocos oh, my god.
India: firefox te está evitando ver rubios cañones, me apostaría cualquier cosa, es un navegador patriarcal, jejej
Hola, India, ya veo que estás por casa ya.
ResponderEliminarFrankie, estoy con Ubuntu 10.4. Gracias por la info.