Un papagayo ocupó el cuerpo de mi amada y además fui deshonrado.

Montaña arriba. Quedan horas por delante hasta llegar al refugio. A mi amada le deben haber hecho alguna especie de vudú y un papagayo ha ocupado su cuerpo. Le pasa de cuando en cuando, supongo que son rollos raros de esos hormonales de las mujeres. El caso es que lleva una charla constante, inconsistente, monótona, sin dirección definida; cambiando de tema sin que haya pausa o motivo:

- Pues fíjate, si en Francia una cerveza vale 3 euros y en los refugios franceses valen igual, 3 euros, y en España una cerveza vale 1,50 euros y en los refugios españoles te cobran 3 euros, pues en España son unos ladrones, jaaaaaa, me estoy acordando de la cara que se le quedó a la víbora de Menganita cuando le metí el corte, es que esa tía es una hija de puta, es mala, ¿y por aquí no hay rebecos? ¿Y por qué no vemos rebecos? ¡Yo quiero ver rebecos!, Huyyy, ¿por allí tenemos que pasar? ¿Y si me desnuco y me mato?

- Escúchala, Dios, por favor...

- ¿Qué has dicho?, pues si me desnuco y me mato pues ya ves qué plan, no, pero prefiero quedarme cieguecita y que me tengas que llevar a todos los lados...

- Ahora no, Dios, ahora no la escuches...

-...¿Estará buena la comida de Serradets?, anoche la verdad es que la sopa estaba de muerte, me tengo que comprar un gorro para el Sol, porque a esta altura el Sol debe pegar mucho, hala, se me va a poner moreno albañil, bla bla bla bla bla bla bla...

Y lo que más me retoca los cojones:

- ¿Qué pasa?, ¿qué no me estás escuchando?

- Amor, mi vida, mi dulce lucero: pareces un puto papagayo, joder, que llevas una hora cascando cambiando de tema sin sentido.

- Halaaaa, qué grosero, pues si me quedo cieguecita...Humm... no, mejor que me quede en silla de ruedas y así me tienes que llevar empujando, y me llevarías al parque y yo diciendo: más deprisa, más despacio, para, mira, un treparriscos, ese pájaro es rarísimo de ver, pues el experimento Milgram es mentira, ¿cómo va a estar la gente dándole al botoncito?, que es mentira, que voy a entrar en tu blog y lo voy a decir, que yo tengo una mente científica y bla bla bla bla bla...

(Caballeros, el error no fue permitir el voto femenino, al fin y al cabo votar no vale para nada, ya lo hemos visto que siempre gana la banca. El error y gordo fue permitir que las mujeres estudiasen carreras técnicas. Te tienes que oír a un papagayo en medio de una charla delirada e incoherente, decir que "ella tiene una mente científica").

El treparriscos es realmente bonito, eso es verdad:

Y raro de cojones también es verdad:

Por el hábitat que ocupa y su curioso comportamiento, el Treparriscos ha llamado siempre la atención a los visitantes de la alta montaña; sin embargo, es un ave bastante escasa, hasta el punto de que la población española, que se puede cifrar en pocos centenares de parejas, se encuentra en situación crítica, al estar perseguida por coleccionistas y tratarse de un ave poco arisca y fácil de reconocer. Las dos grandes zonas de cría son los Pirineos y la cordillera Cantábrica, desde la que se dispersan en invierno.

Le digo una última vez que guarde oxígeno para la subida. Es inútil, va disparada y no hay quien le pare la boca. Me aíslo pensando en mis cosas, adormecido por el zumbido de una cháchara constante. De vez en cuando oigo un "no me estás escuchando". De vez en cuando miro al abismo y pienso "un simple empujoncito, sólo un empujoncito y que caiga sin dejar de cascar cayendo". Llegamos al refugio sin novedades destacables. Casi todo españoles y algunos franceses. Para mi sorpresa, nos ponemos a charlar con la gente y María lleva un discurso coherente y comedido. La muy mala pécora sólo que me lo hace a mí, lo de soltarme la verborrea desbocada. Un empujoncito...

María de niña en un ataque hormonal verborreico:

Reconozco que su francés (idioma) no es malo para salir del paso, aunque ya les he comentado alguna vez que María habla unos 38 idiomas que nadie entiende. Pues eso: la muy bruja habla coherente y encantadora. Soy un hombre maltratado y se pondrá la cosa peor, ya verán...

Además de un maltratado a veces soy un enfermo. Total, como ya me pilló no me cuesta nada contarlo aunque se va a poner negra de que cuente esto. La habitación es una cama gigante. O mejor dicho: tres camas gigantes dispuestas en litera. Hileras de colchones tipo tatami pegados unos a otros. Las montañeras extranjeras tienen una facilidad para despelotarse en público acojonante. Así que estando ya María y yo acostados, llegan tres teutonas, se despelotan, se quedan en bragas, con la linterna alumbrando a ráfagas y se acuestan a tres o cuatro cuerpos de distancia de María y yo. Me pongo burrísimo (sexualmente hablando). Reburro perdido. Dejo pasar un rato. Nada, me ha dado fuerte. Se oye respiración de dormidos en la habitación; la gente duerme. Alargo la mano a María.

- ¿Qué haceees?

- Nada...

- Y tanto que nada, estate quieto.

- Calla, tonta.

- Jajajajaja, que no, que te estés quieto.

- Shiiit, no hables fuerte, joder. Si está todo el mundo durmiendo.

- Que no, que me muero de la vergüenza. Además... tú te has puesto cachondo mirando a las alemanas, ¿o te crees que no me he dado cuenta?

- ¿Yoooo?- Mi cara de inocencia debe ser para ganar el Óscar.

- Anda vete a cagar, so guarro pervertido, mirando a esas como un pervertido...

Si me la casco me parece que lo acabaré de arreglar, de cagarla, quiero decir. Mejor dormir ¿verdad?

Me despierto, ruido de gente que se pone en marcha. María está dormida. La muevo un poco. "Un poquito más", me dice, y añade: "un poquito más que tengo las piernas hechas polvo". Nos quedamos solos en la habitación. María abre los ojos, echa una ojeada, ve que estamos solos y me viola. Como se lo cuento. Me ha deshonrado totalmente. No es que me haya metido un palo por el culo; me ha pegado un polvo como Dios manda. Yo, defendiendo mi honestidad, he peleado duro y he conseguido un digno empate a uno. No la voy a denunciar, no quiero pasar la vergüenza de que esto se sepa, callaré.

Desayunamos y reiniciamos ruta. Hace un día esplendido. María ya no lleva cháchara incoherente. Pienso, malvado: "fíjate, un polvo y se le va la tontería de la cháchara..." Me pregunta: "¿qué piensas?".

- En el treparriscos, que era muy bonito...

El Desclasado deshonrado ha hablado. Otro día cuento más del viaje. Me va a caer la del pulpo cuando mi amada lea esto.