Doler España es esto.

Un buen día, o quizá fuera malo, abrí un blog. ¿Por qué lo hice? Y yo qué sé... Ya he hablado alguna vez de mis carencias materno-afectivas; mi negación constante de mis pulsiones homosexuales es evidente (por aquello de ser una locaza a la que le gusta llamar la atención); y lo más seguro, sin entrar en enredaderas sicológicas, es que tal y como anuncié en mi primera entrada, "no hay tonto sin su blog":

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1,2,3...Probando.

Pues aquí estamos, tratando de desentrañar esto de tener un blog. Inventos sin duda del maligno para confundir a las buenas gentes.
Dice el dicho popular que ¨no hay tonto sin su blog¨ y la llegada de mi persona al mundo bloguero parece confirmar la sabiduría popular.
Pues por aquí vomitaré mis inquietudes a mis inexistentes lectores y a algún despistado que buscando algo recale por aquí.

El Desclasado ha hablado.

Y me pasó lo que supongo que les pasó a todos ustedes: cada media hora iba al blog a ver si alguien ya me había contestado.

Sabido es que los grandes genios van muy por delante de la sociedad que les ha tocado vivir. Así que yo venga a verter mi genio frío en forma de entradas y allí no venía nadie, nadie contestaba, sólo el eco de mi brillantez me respondía burlón.

Bueno, pues visto que la ingrata blogosfera, paleta, mezquina y envidiosa, no estaba dispuesta a reconocer el arte cuando se muestra descarnado, en estado puro, como en mis textos, empecé a escribir llamando a mi invisible publico "inexistentes lectores", algo que ya hice en mi entrada inicial.

Como esos niños que crean un amigo en su imaginación, le hablan y comparten aventuras con él, yo tenía el aplauso cálido de mis inexistentes lectores. Al final uno es el héroe de su propia película.

Para poder tener plena libertad de opinión no dije a nadie de mi mundo real que había abierto un blog. Determinadas opiniones muy mías me podían, seguro que me traerían, traer problemas, ser usadas contra mí fuera de contexto, tomar partes por el todo, en mi vida real. Quedó exenta mi amada de este privar de mi genio al mundo; se iba a enterar de todas formas, sospecho que revisa mi historial de internet, me vigila los sms del teléfono, me roba de la cartera, e incluso llega a fingir orgasmos. Uno tiene lo que se merece.

Un buen día, ese no fue malo seguro, alerté a mi amada a berridos: ¡¡¡ME HAN ESCRITO, ME HAN ESCRITO!!! ¡AY VIRGEN SANTA, AY ALABADO SEA DIOS Y SU PUTA MADRE, AY QUE ME DA! ¡UNA CHICA, ES UNA CHICA, ME HA ESCRITO UNA CHICA! Bueno, y después de esta serena, impasible el ademán, muestra de temple, de savoir faire, este demostrar mis nervios de acero, leí lo que me había escrito la chica.

Se llamó la chica a sí misma "inexistente lectora", posteriormente firmó como "Zurda".

Resultó ser Zurda una chica jovencita con bastante cabeza, ni puedo ni quiero dar más datos de ella, a la que le cogí cariño por haberme desvirgado blogueramente.

Digamos que espiritualmente me la apadriné. La primera vez que a uno le escriben en su blog marca mucho. Fíjense si es fuerte esto que a otra amiga que no nombraré, su nombre empieza por "Sieste" y acaba por "cita", la primera vez que le escribieron fue spam de un anuncio de Viagra, y me consta que desde entonces siente una irrefrenable simpatía por esas píldoras.

Hoy he leído esto a mi jovencita ahijada bloguera, y me ha jodido de verdad:

De cobardes y ahogados

Dicen que hay muchos licenciados sin trabajo. Que llenan las aulas y las listas del paro. Dicen que estudiar no sirve de nada, que al final todos terminamos en el mismo sitio, sólo que algunos lo hacen cinco años después. Dicen que sin estudios no eres nadie, que nadie te quiere en su empresa sin un título, que es importante formarse. Dicen, dicen, dicen. Y todo en el mismo telediario. La bipolaridad de un país que se va a la ruina porque sus propios dueños lo están matando.

Dicen que los formados emigran, y es verdad que lo están haciendo. Nos presentan las opciones como oportunidades de vida, como alternativas apetecibles, como chucherías de sabor exquisito. No saben que a nosotros nos sienta como una expatriación. Como una patada en el culo disfrazada de palabrería.

Yo no me quiero ir. Yo quiero ver cómo el fénix renace de sus cenizas y toda esa mierda. Me gusta mi país. Me gustan la Boca del Asno, Ruiloba y las lagunas de Ruidera. Tengo lazos sentimentales muy fuertes que no podría deshacer jamás. Quisiera tener la oportunidad de quedarme y poder ayudarle, sacarle del pozo, hacerle el boca a boca y que respire de nuevo. Pero no me van a dejar.

No sé quién puede tener interés en destruir algo que para mí lo es todo, que es mi pasado entero, mi presente y futuro. Es mi substrato, vaya. Somos como plantas a las que puede resultarles letal un trasplante. Aunque haya quien diga que no. Estamos anclados a este suelo. ¿Por qué, entonces, podría querer alguien destruir su propia casa?

Hoy me he dado de boca con la idea absurda de emigrar. Por primera vez en mi vida la he considerado como una opción real. Tengo las raíces llenas de fuel. La planta se va a ahogar. Pienso en la emigración como la opción cobarde, como las ratas que abandonan el barco. Yo quiero luchar, quiero que el barco flote, ¿pero a qué precio?

Ya no me parece tan cobarde. Yo no quiero vivir ahogándome. Este país sólo podría salvarse con un golpe de Estado. Y yo cada día estoy más cabreada y asustada. No sé hasta dónde van a llegar. Ellos. Los que dicen que nos representan. No creo que el poder corrompa. Ellos ya lo estaban. No es un partido concreto, es la política en su conjunto. Es la inercia que hemos alcanzado. Como la bola de mierda que acumula un escarabajo pelotero. Cada vez más y más grande.

Me duele egoístamente. Yo sé que no nací para lo que quieren que haga. Sé que puedo hacer mucho más de lo que ellos hacen. Sé que podría hacer algo. Que ellos van a conseguir que tire mis sueños a la basura. Porque los tengo. Porque lo harán. 

Y seguirán ahogándolo, exprimiéndolo, apuñalándolo. Y a mí no me quedará otra que huir. Como una cobarde.

¿Pero qué hemos dejado hacer con nuestro país? No hace falta que gaste más cháchara, la entrada de Zurda ya nos da la respuesta.

Mierda.