viernes, 4 de junio de 2010

Hubo un tiempo.

Hubo un tiempo en el que siempre que quedábamos llovía. Quedábamos en bares del casco viejo y siempre llovía, en esta ciudad que nunca llueve. Nos llenaba de asombro la coincidencia, mirábamos la lluvia por los ventanales, jugábamos a decir que dioses en los que no creíamos, provocaban la lluvia por haber quedado tú y yo. Tomábamos cervezas, discutíamos de política; tú seguías en tus utopías procubanas, yo en las mías antigobiernos de cualquier signo. Nunca nos poníamos de acuerdo. Después me hablabas de tus eternos problemas de timidez, de tu dificultad para relacionarte y de los problemas añadidos que te traía en tu trabajo. Nunca me creíste cuando yo te aseguraba ser tímido también. Nunca lo creíste, ni eso ni otras cosas. No me importaba: tampoco yo estaba muy convencido. Yo te contaba algún episodio histórico, me mirabas con mucho interés, a pesar de que algunos datos, pues...quizás no fueran como yo, con rotunda seguridad, me inventaba. Después íbamos a tu casa o la mía. Habíamos quedado pronto para estar más tiempo juntos, para estirar la tarde por arriba lo que no podíamos estirar la noche por abajo. Fue el tiempo en el que estabas aprendiendo a tocar el piano, el tiempo en el que conseguí odiar a Chopin, algo que jamás hubiera creído posible. Pasada nuestra primera época de vivir juntos, ya no teníamos canción. Ahora sé que fue un error que metieras esta de manera forzada. Entonces me hizo hasta gracia. Cubana, faltaría más:
Íbamos a casa y nos entregábamos de inmediato a la urgencia del sexo. Quizá, si estábamos en tu casa, antes me querías mostrar tus progresos al piano. Entonces yo me esmeraba porque cogieses un calentón tremendo, dejaras de una vez de aporrear ese maldito teclado y nos dedicásemos a follar. No lo hacía mal: sentado en un taburete a tu espalda, te sobaba. Si de normal tocabas de pena, entonces ya ni se sabía de lejos que pieza estabas destrozando. Te reías y me lo echabas en cara: ¿pero no quieres oír como avanzo? Sí, sí, interesantísimo, y seguía sobándote. 
Pasada la urgencia del sexo, venía la bronca. Llegaba racional al principio. No hay peor violencia que la disfrazada de racionalidad. Pese a que follábamos como animales, siempre presumimos ambos de ser muy racionales. "Explícame por qué no podemos volver a vivir juntos...Si ni tú estás con nadie ni yo tampoco". Y no tenía respuestas porque no sabía el porqué, sabía que no quería, pero no por qué no quería. Era perfecto para ti, te daba alas: "¿Lo ves? Es tontería tuya de hacerte el rebelde, no tienes ningún motivo racional". No, no lo tenía. La bronca iba en aumento, eso sí: de manera racionalísima. Siempre fuimos muy racionales para acabar diciendo cosas horribles. Por fin, si estábamos en mi casa, te dejaba en la cama y me iba al sofá. Si estábamos en tu casa, yo me iba: no quiero seguir con esto y no hay forma de pararlo. De camino a mi casa pensaba que era un error alargar algo agotado, por muy a gusto que estuviese charlando con ella o follando. O el paquete completo, para que nos vamos a engañar.
Pero al mes siguiente volvíamos a quedar: ¿es que no podemos ser amigos, no somos adultos? Y volvía a llover, volvíamos a reírnos, volvíamos a follar y volvíamos a embroncarnos por el mismo tema. La verdad es que si progresabas al piano, no me di cuenta, yo creo que no, pero tampoco tengo un oído entrenado musicalmente. En lo que progresamos fue en racionalidad: explícame por qué no puedes quererme; que me falta; que no te gusta de mí... Pero si sí te quiero, no es eso. Inmaduro, infántil y tal. No me toques los cojones: nunca te he engañado, te engañas a ti misma. Nuestra relación de pareja está agotada. No me importa quedar, te quiero y me gustas. Me gusta follar, tomar cervezas, discutir, no quiero relación de pareja. Pero dime el porqué, sólo dime el porqué. No lo sé. Vaso estampado contra la pared, con rabia urgente. Muchos pedacitos de vidrio brillando por el aire que después brillaron en el suelo. No, joder, no acabemos así, no. Me voy. Lo de siempre, pero en escalada.
La última modalidad fue hacer viajes juntos. Y si cagar una noche es triste, cagar un viaje a cientos de kilómetros de casa es trágico. No me gusta viajar lloviendo, además.
Un día hice lo que hacía tiempo debía haber hecho, dije: nunca más. Cumplí. La bronca fue terrible, pero cumplí. Le hice un favor a ella y me lo hice a mí: dejamos de hacernos daño. Llovió ese día, claro. 
Te he visto esta tarde. Si me has visto has disimulado. Yo tampoco te he dicho nada, no estoy en posición de pedir cuentas por lo que yo no he hecho: saludarte de manera racional y adulta. Mismo aire despistado. Igual de guapa, tal vez más de más madura, ya sin apenas aniñamiento. Te queda bien el pelo caoba. Te he visto y no llovía; lucía un buen Sol. Los dioses nos han dejado en paz al fin. Espero te vaya bien.
Hubo un tiempo en el que yo inconscientemente fui culpable, el malo de esta película, de no saber que no hay que alargar lo agotado, aunque las excusas para alargarlo se revistan de "racionalidad". Y los cojones.

El Desclasado ha hablado. La próxima entrada de sádicos asesinos en serie, que la primavera me ha llegado tardía, pero tonta como la madre que la parió.  


  

20 comentarios:

  1. Si al final tiene razón Marcela (como siempre) en que eres tierno...
    Deja la poesía con rima, por Dios, lo tuyo es la prosa.
    Tengo que felicitar a esa mujer que te ha hecho olvidar a Bibi, ja, ja.

    Saludos.

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  2. Quiero ser la primera!! yjuu!

    Bueno, tengo 2 cosas que decir:-
    -qué manía con saber el por qué, por qué
    -y por eso es mejor cortar de raíz, nada de masoquismos por un cariño (enmascarado) y un folleteo (pasable).

    je..

    creo que ya sé mi fallo!!

    BUEN VIERNES

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  3. ¡Me han vuelto a jaquear el blog, me han vuelto a jaquear el blog! ¡Salid de mi blog, fantasmas de la ternura!

    (NO me nombréis a Bibi si queréis que la olvide, jajajajajajaja)

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  4. Ay descalasadín, el eterno peter pan me pareces...que pena.

    Y digo yo si merece la pena sufrir por los hombres, ahora que tengo reciente lo de mi amiga, y te leo a tí, que claro, tu te lo pasabas bien con ella, estando y follando, pero ella sufria...y ¿a ti te importaba? ¿Porque volvias a quedar?..en fin...

    Después de leer esta entrada me explico lo romantico que estás..que sois una panda de cabezones todos..

    Ni contigo, ni sin ti...

    Un abrazo

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  5. ¡Me han vuelto a decir inmaduro!

    Joder, hazme culpable a mi, Seoane, que me lo como, pero no a "los hombres". Esto pasa con mujeres, con lesbianas y con gays.
    Cuando estábamos de cervezas y follando, o estoy yo ciego, sordo, y he perdido el tacto, o ella estaba igualmente a gusto.
    Cuando la bronca, yo también lo pasaba mal, porque si la teoría era que por qué no podíamos vernos si nos apetecía, algo iba mal.
    Y hasta hoy y por fortuna, mal que bien para follar no me ha faltado: has estado injusta.

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  6. Esto...que salgo, que ya contestaré a lo malo que soy. (O lo pobre tierno y tal).

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  7. A ver, por partes, es la fiebre, no me hagas mucho caso hoy.

    ¿Injusta por qué? Creo que hay entraría la teoría de las polillas..que van a la luz a pesar de que se queman, porqué les gusta...y aún sabiendo las consecuencias...ella estaba agusto porqué nunca se pierde la esperanza, a pesar de qué te digan 1000 veces que se acabó, te agarras a lo que puedes para mantener algo..lo bueno..pensando en el milagro de que "alomojo, podriamos volver, si estamos a gusto.."

    "Sí le demuestro que estoy bien, estamos bien..¿porque no volvemos?..Sería lógico"

    Las mujeres somos así, siempre intentando conservar lo que tenemos, y he dicho los hombres porque conozco algunos casos que actuan cómo tú..bastantes ya sé que volveriamos a lo de las generalizaciones pero..así es.


    Y ya lo último, ¿injusta por qué?

    Un abrazo

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  8. Vale que sales, ya me contestarás..

    Ondo pasa ;)

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  9. Qué bien contado, joder.

    Entre adultos no hay justicias ni injusticias. Hay autoengaños, más bien.

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  10. jopé, siempre llego al final y me lo pierdo todo. Lo que no entiendo es por qué siempre parece que son más atractivos los desamores que los amores.A mi me gusta mucho más cuando Descla habla de Maria y despotrica de ella con todo el cariño que se lee entre líneas. Este post no me ha gustado mucho, es triste y es triste de narices, leches, no pienso leerlo más. Cuando hable de María si :)

    Abrazos

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  11. Ye: ¿qué tal el examen?

    Seoane: la injusticia está clara: relaciones que se estiran más de la cuenta y no debieran, no son culpa de "los hombres", son culpa de todos y pasa en todos los ámbitos. En este caso en particular, si te aseguran que no ocurre nada y que lo racional es mantener una amistad, no soy yo quien está mintiéndose a si mismo ni mintiendo a nadie. Siempre queda el "es que tu debieras saber..." y yo no sé por qué tengo que saberlo todo si no me lo dicen. Ni por qué tengo que ser tan listo y no dejarme llevar por una inercia que me es grata.
    Bueno y que te mejores de las fiebres.

    Amor: escuetamente gracias.

    Siestecita: me estáis poniendo a María más tonta (hinchada) de lo que ya es. Que si Maria es genial, que si María un encanto, que si me enamoro de María, que si... Como se nota que luego el que la aguanta soy yo.
    ¿Los desamores más atractivos que los amores? No sé... La belleza de lo triste, debe ser.

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  12. Bon día Desclasado ¿en serio eres tan malo?

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  13. Gracias Desclasado, hoy ya estoy mejor.
    En una relación siempre hay alguien que rompe y otro que mantendria la relación pase lo que pase, el que rompe es el que tiene que mantenerse firme, ¿inercia que es grata?, no hombre, además se nota perfectamente lo que es amistad y lo que no, no te estoy echando a tí la culpa, pero el fuerte siempre tiene que ser el qeu acaba algo, ya que la otra parte, nunca lo acabaria y siempre se agarra a lo que sea para seguir algo que termino hace tiempo.

    Cuando rompi con mi pareja de años, una amiga me solia decir que jamás me volviera a acostar con él, que él me seguia queriendo y le iba a hacer daño...y eso hice, cuando en realidad nos llevamos bien y tenia sexo seguro y del bueno, pero decidi no hacerlo, porqué el iba a sufrir y no queria eso. La inercia agradable me hubiera llevado a eso, pero decidi decir no. Las decisiones son personales siempre, y no, no te estoy recriminando nada, sólo es una reflexión en voz alta.

    Saludos

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  14. Que bien, me has hecho llorar, aquí en mi despacho, me tocó este "lluvioso???" sábado venir a trabajar, pero yo de tonto llorando con tu relato, imaginando el piano, el pelo caoba y el día soleado. Que vienen clientes, que no me vean llorando, sonrisa en el rostro, venga que no estás frente a un piano.

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  15. El examen ha ido bien, teniendo en cuenta que acabé de poner el último número mientras una voz infernal gritaba DEJAD DE ESCRIBIR o tenéis un SUSPENSO, gota sudorr, gota sudor..venga fini
    jajaja

    la gran hija d p*** DE LA PROFE

    MUA

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  16. Wendy: no, no soy malo. Es la fama que me ponen.

    Seoane: ponte como quieras: ni parte fuerte ni leches: cuando te dicen que hay que hay diversos tipos de relaciones, que no hay por qué encorsetar nada, que se está muy bien así, quedando de cuando en cuando... te lo crees y piensas: ¨ah, qué bien¨. ¿Quién engaña a quién? El supuesto verdugo/a también es víctima, y lo demás son ganas de montar películas de buenos/responsables o malos/aprovechados del amor.

    Ramón: no me seas moña...

    Ye: me alegro.

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  17. Sí Desclasado, pero, si siempte acabais igual, ¿quién se engaña a si mismo?...

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  18. Todos se engañan, Seoane. En esta película no hay inocentes.

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  19. En eso te doy la razón, los sentimientos no se pueden controlar, aunque lo intentes, es imposible, están ahí y en cualquier momento te vuelven a traicionar.

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Caminante que por aquí recalas: si me comentas en una entrada antigua es probable que no te conteste por no ver tu comentario. Pero no por ello te prives.