domingo, 20 de junio de 2010

Atraco a las 3.


Me llama María. Yo estoy a punto de salir de viaje. Dice tener una sorpresa para mí. Me tocan los cojones estas cosas:
- No me jodas, dime qué es, no me dejes así...
- Comemos y te lo doy ahí, en la comida.
- Pero dime qué es, no me hagas estas cosas; no me gustan.
- Un regalo... Bueno, varios regalos...
- Que no me gustan estas cosas, joder. Acabaremos jugando al amigo invisible y pavadas de esas...
- Jajajajajajajaja.
Quedamos para comer. No ha pasado un cuarto de hora y me vuelve a llamar:
- ¿No tienes mucha ilusión por tu regalo?
Blasfemo. Le digo que no me haga eso. Es inútil, se ríe. Hago una entrada en el blog en plan desahogo. La borro, no tengo nada que contar más que cabreo. Vuelve a llamarme muerta de risa:
- ¿Pero cómo puedes soportar la ansiedad de no saber cuál es tu regalo?-- Y se parte de la risa ella sola, sin esperar mi reacción. Le digo cosas muy feas, que si me pillan las feministas me encarcelan seguro. Lo más cariñoso que le digo es "cabrona". Es posible que también le diga "hija de puta", pero esto lo negaré siempre.
Me cago en la hostia. Hago otra entrada que vuelvo a borrar, sigo sin tener nada que decir y hago entradas de desahogo, ante tanto sadismo, que me toca borrar por estériles.
Comida en una terraza, llego yo primero. Llega ella radiante, está muy contenta, lleva bolsas de boutique en las manos.
- Joder, María, toda la mañana pensando en la sorpresa, no me hagas estas tonterías, no me gustan.
- Jajajajajajaja, ahora verás como sí te gusta-- Radiante, está radiante.-- Mira-- saca ropa, dos camisas y un pantalón-- ¿Te gusta?
Bien, camisas discretas, más bien caras, pantalón informal, más bien caro. (Para mí, caro es cuando pasa de "3 camisas x 20 €")
- Sí, claro que me gusta, pero, ¿esto a qué viene? ¿Qué te he de perdonar? ¿Con quién te has acostado? Le habrás cobrado...¿no?
- Jajajajajajajaja-- La risa también en los ojos, está feliz. 
- ¿Te acuerdas cuando le recogiste el coche a mi hermano?
Se aclara el misterio: hará unas semanas me llamó María, bastante agobiada, pidiéndome un favor. Su hermano tenía que recoger a no sé quién en el aeropuerto. Había aparcado mal. Le pidieron la documentación. Resultó tener el carnet de conducir caducado y le inmovilizaron el coche. Le dieron un margen de media hora para que alguien fuera a recoger el coche, antes de que la grúa se lo llevara, con el consiguiente aumento de gasto. Dejo el trabajo, taxi al aeropuerto, llego justo a tiempo de que la grúa lo enganche. Él ha de quedarse allí para recoger a quien tenía que recoger y ya se irán en taxi. Me mantiene distancia no agresiva: sencillamente no entiende mi relación con su hermana, eso de que vaya con ella, pero no seamos novios, no me mezcle con su familia, no... demasiado extraño para él. Es bastante pijo. No ha salido a la progre de su hermanita. Se deshace en agradecimientos, muy educado: "no encontraba a nadie..."
- Ya, ya, tranquilo, dime dónde quieres que te lo deje.
Me apunta una dirección mientras me sigue agradeciendo. Se lleva la mano a la cartera y saca unos billetes de un color precioso:
- Cógeme esto, por favor, para los gastos que has tenido...
Hostia, pero que rebonitos son los billetes, yo juraría que me llaman como las sirenas a Ulises. Me encadeno al palo mayor de mi orgullo para evitar los cantos de los billetes y digo:
- Anda, no me jodas, los favores no se cobran.
Me coge del brazo, suplicante.
- Por favor, no me jodas tú a mí, por favor. Me has hecho un favor tremendo... Los taxis te van a costar un pastón...
(Brillan, juro que los billetes brillan al llamarme con voz enamorada ¡Resiste, Desclasadín, compórtate como el señor que no eres, fíngelo al menos!).
Me pongo serio, tono aún grato, pero ya serio, miro de frente:
- ¿Quieres ofenderme?
Jaque mate previsible.
- No, coño, no es eso...
Un último intento.
- Pero pagarte los gastos...
(Tumba el rey ya, atontao).
- Mira, tío, otro día me invitas a cervezas, te saldrá más caro, te lo aseguro.
¿Para qué habré dicho eso? Ahora sospechará que su hermana la pequeña y yo, pillamos cogorzas cosacas de cuando en cuando... Recuérdenme que deje de ser tan chulo, un día de estos
Los billetes se vuelven mates, ya no brillan, ya no me susurran con voz ardiente. Ya he ganado. Quiero decir que he perdido. 
- Venga... De verdad, no sabes el favor que me has hecho...
- Vaaale. Venga, te lo dejo en tal dirección. Esto... ¿las llaves qué hago con ellas?
- Dáselas a mi hermana...eh... Quiero decir si la vas a ver... claro.-- Le falta decir: "porque como lleváis un rollo tan raro". No lo dice, jajajaja. Me mantengo opaco.
- Vale, se las doy a ella.
Tras enseñar mi carnet, en orden, a los agentes, me voy con un bemeuve setecientos no sé cuántos, más grande que un coche fúnebre, incomodo de conducir por lo grande. Más que pijo, es repijo. El coche y el dueño, ambos. Aún me llama María, ya conduciendo: que ni se me ocurra fumar en el coche que su hermano lo olerá. No, tranquila, más bien me la iba a cascar frotándola contra el cuero de los asientos, es que me pone, pero ya lo limpio luego, no te preocupes. No me pongas nerviosa y deja de decir burradas. Sí, cariño, como tú digas, cariño. Que bueno me sabe el cigarro, joder. Con la ventanilla abierta, eso sí, no sea que pituitaria diamantina lo huela.
Vuelvo al presente. Está claro: su hermano le ha dado dinero a María y le ha dicho que me regale algo. Muy cumplidor. Todo un caballero, retiro lo que he dicho de él. Lo del cigarro ya no puedo volver atrás, otra vez no lo haré.
- ¿Entonces te gusta? Como me dices que te quiero llevar de figurín, he dejado el tique por si quieres cambiar algo... 
Mi cerebro analítico masculino detecta dos cosas:
1ª) La suma del importe de las prendas no alcanza la cifra que nariz de oro me ofreció. Quiero decir, el caballero hermano de María.
2º) En las bolsas hay más cosas, no las ha vaciado.
- No, yo creo que está bien así. ¿Y que más llevas en las bolsas?
Enrojece levemente y no me mira a los ojos.
- Ah, no, nada, dos tonterías que me he comprado. 
- ¿Que te has comprado con el dinero de mi regalo?
Se pone como un tomate, mira a todos los sitios menos a mi cara.
- Nooo, hombre, qué barbaridad, cómo iba  yo a hacer eso...
- María, es que ni mentir sabes; estás como un tomate.
- Siiiií, ay, es que hace calor, eh.
- María, eres increíble, me has mangado de mi regalo. 
- Jajajajajaja, ¿pero qué dices, animal? Serás desconfiado...
- A ver qué hay en las bolsas.
Dos bragas, caras y bonitas y una blusa, igualmente bonita, no tan cara. Efectivamente, la suma total cuadra -casi- con lo que caballero nariz me ofrecía.
- Alucino contigo, no doy crédito ¡me has sisado de mi regalo!
Ahora le da un ataque de risa viendo mi cara ojiplática. No puede apenas ni hablar. De las mesas vecinas nos miran. Me roba y se parte. Es María exacta, en su concretísima exactitud. Es Curro Jiménez hecha mujer. Por fin acierta a hablar, sin dejar de reír.
- No te enfades, si al fin y al cabo las bragas también las vas a disfrutar tú, son regalo para ti también.
- Hostia, tú cinismo no conoce límites. Y con la blusa qué hago, ¿me la pongo para travestirme?
- La blusa es el pico que sobraba...
- Para pico, la cara dura que te gastas. Es que no doy crédito, de verdad, es que esto es increíble...
Nuevo ataque de risa. Apenas comemos. Siempre puede ser peor: me dice que puede arreglarlo y venirse conmigo de viaje, si me apetece, claro. Vamos, que en la práctica, ya lo ha arreglado para poder venirse... Pues claro que me apetece, yo debo ser el tipo más canelo del Universo. Cojo el equipaje en mi casa y vamos a la suya a hacer su equipaje. No da tiempo a estrenar las bragas, demasiada urgencia. Estaba para quitar bragas, no para ponerlas. Las sutilezas, cuando procedan. Me daba mucho morbo follarme a una ladrona, ya ves qué vicios más raros. En el relax postcoito compruebo que la cartera y el reloj no me han volado, con esta mujer hay que tomar precauciones, visto lo visto. 

El Desclasado ahora financia bragas.  

4 comentarios:

  1. Has vuelto con fuerza eh? descla!

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  2. Jajajaajja, que bueno, esta Maria es mundial, que bien me cae, oiga, además yo también me pongo roja cuando miento jeje

    Saludines Desclasado, se te echaba de menso por aquí. :)

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