miércoles, 21 de abril de 2010

Ocurrió en el Estado español y no te enteraste.

La noche del 30 de abril de 2003 llegó clara, serena, sin rastro de lluvia en aquel recóndito rincón perdido de una sierra gallega. Hubiese sido mejor una noche cerrada y brumosa, pero uno elige el cuándo, el cómo y el porqué, pero no se puede elegir el clima y los planes ya estaban hechos; debía ser esa fecha. Por su simbolismo, por su repercusión: el día siguiente 1 de mayo día del trabajo, hoy, esta noche, vamos a liberar de su prisión a 120 hermanos que sufren tortura, vejaciones sin límite y humillaciones. No han tenido juicio y nadie, salvo sus carceleros, conoce su existencia. Son inocentes y nosotros vamos a liberarlos y poner fin a su cruel cautiverio.
Con posterioridad se emitió este comunicado en el que se le dio voz a un pres@ liberad@:
No es intención aburriros con otro relato de un/a pres@ cualquiera, escribimos estas líneas con la esperanza de que alguien nos ayude. Como nosotr@s hay millones en todo el mundo y sois pocos los que os prestáis a echarnos una mano, nunca mejor dicho una mano que nos ayude a escapar de nuestra mísera rutina, que nos permita por primera vez ver la luz. Animaros herman@s , recordar que mañana podéis ser vosotr@s los que os veáis privados de vuestra libertad, si fuera así ¿Desearíais estar tan olvidados como nos tenéis a nosotr@s?
¿No es totalmente desgarrador oír la voz del hermano preso, ya liberado? (Y la hermana presa ya liberada) ¿Leer su escritura, su dicción conmovedora recordándote que mañana tú puedes ser él? (O ella).
Pero sigamos escuchando la voz del preso (y la presa) que clama por su libertad, mientras vosotros (y vosotras) vivís vuestras vidas egoístas cerrando los ojos (y las ojas) al sufrimiento de vuestros hermanos. (Y hermanas).
Mi mirada distante en la nada da comienzo a otro día de mi triste vida. Siento mi espalda húmeda por la orina de uno de mis compañeros que dormía apilado encima de ella, bajo mis pies siento unos fríos barrotes metálicos, exactamente iguales a los del techo y a los de las paredes. Tengo los músculos entumecidos, nunca he podido hacer el mas mínimo ejercicio, ni tan siquiera andar mas de dos pasos seguidos, en la misma situación que yo están mis otros cuatro compañeros de prisión. Juntos nos apoyamos el uno al otro, abrazando nuestros cuerpos en un rincón de la mísera celda que es lo único que hemos conocido en nuestra triste existencia. Transcurren las horas sin nada que hacer, no puedo buscar mi comida, no, no soy yo quien decide lo que debo comer. Tampoco me puedo preparar mi hogar, no puedo hacer nada de lo que haría si fuese libre, mi cuerpo está preparado, y necesita llevar una forma de vida completamente distinta a la que lleva aquí. Mi carcelero decide por mí. La noche, fría como el aire que se cuela entre los gélidos barrotes, llega mientras oigo los gemidos de todos y cada uno de los presos que se encuentran hacinados en esta inmunda prisión.
Nosotros y nosotras dijimos ¡Basta! ¡Basta de opresión, basta de injusticia, basta de encarcelamientos! ¡Basta, Basta, Basta!
Cautelosamente, aún de día, nos acercamos al secreto campo de concentración y tomamos posiciones a la espera de la caída de la noche cómplice:
Los músculos se entumecían por la tensa espera, pero no podíamos fallarles a nuestros hermanos (y hermanas), que ya desde sus celdas nos miraban con expectación:

Llegada la hora D, la acción, perfectamente coordinada, se hizo cuerpo a pesar de:

La granja estaba protegida por un perro que pasaba todo el día encadenado, y solo por la noche se le permitía andar alrededor de las celdas de sus herman@s. Alrededor de la granja había matorrales en los que el dueño de tan cruel negocio acostumbraba a dejar colgando los cadáveres de algunos de los prisioneros que tras un inimaginable sufrimiento habían fallecido.

El hermano perro, incomprensiblemente, rechazó las zanahorias que le dimos para comer y se empeñó en mordernos, a pesar de explicarle sosegadamente que también él iba a ser liberado. Al final se aburrió y se tumbó a dormir. Pudimos proseguir, convenientemente embozados, la liberación:

Y ya liberados los hermanos conejos en el prado, tuvimos que asistir a otro triste espectáculo:
 Al sacarlos al prado no corrían, tenían los músculos atrofiados de no poder moverse ni hacer el mas mínimo ejercicio desde el mismo día de su nacimiento.


 Como dijo Espartaco (¿o fue Kirk Douglas?): "volveré y seré miles". (Y milas).
Recuerda: -CARNE ES ASESINATO / MEAT IS MURDER -
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Balance final, nota del autor. 
De los 120 hermanos conejos liberados (y hermanas conejas liberadas) 118 fueron comidos esa misma noche por hermanas zorras, hermanas garduñas, hermanas hurones y otros pequeños mustélidos carnívoros. Aún se recuerda entre los diversos carnívoros de la zona ese día como "El día del maná".
El cabrón del hermano perro cuentan que, al despertarse, se zampó 4 hermanos conejo de una sentada y tras emitir un sonoro eructo, volvió a dormirse soñando en dar vivas al frente de liberación animal. 

De los 2 hermanos conejos que se salvaron, uno está de diputado por el beenegé y aprobó una oposición para agente de desarrollo turístico. El otro se echó al Miño y llegó nadando hasta Londres, donde tras conseguir estatuto de refugiado, abrió peluquería y hoy peina a las damas de la alta sociedad londinense. Al hermano carcelero granjero le dio un infarto, pero antes, en un ataque de ira, mató a palos al hermano perro al grito de: "¡qué estabas pa vigilar, rapaz!" El hermano muchacho que abraza al hermano conejo, el enmascarado, se echó una novia brava que se lo explicó claro el primer día: "aquí no hay más hermano conejo que el mío y te dejas de gilipolleces". Hoy es un traidor que come hamburguesas y viste botas de piel.


El Hermano Desclasado ha hablado y las cursivas y fotos son del enlace: lahaine.org/espana/120_conejos.htm

10 comentarios:

  1. Soy una asesina: sólo como carne, y si me das la dirección del hermano conejo peluquero en Londres me paso, me pone unos rizos, y después ya veremos...
    No sé que hacer si poner a todos los tontos a taponar el volcán o tirarme al monte con los conejos que queden.

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  2. Ufff....pensé que eras tú (hasta ese punto espero sorpresas aquí :)
    Esto ya ha ocurrido muchas veces pero, sobre todo, con los visones. Esta historia no la recuerdo y tengo que reconocer que, relatada por sus protagonistas, adquiere otra dimensión.
    Y esos dos conejos que se salvaron habría que clonarlos, ja, ja.

    Saludos.

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  3. ¡Hola, Marcela! Nos hemos solapado.
    Bueno pues tú el peluquero y yo el que aprobó la oposición :))

    Desclasado, ¿Tienes más datos?

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  4. Madre mia, conejos... mmmmmm...

    Tengo una receta con jamón y ñoras que es para dar gracias a dios por tener papilas gustativas.

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  5. Jajajaaaa

    Yo, como Marcela, también como carne, chuleton ñam...soy una asesina..jajaja

    Liberaba yo a los de los pasamontañas, en un bosque con las piernas atadas a ver qué tal les iba..X)

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  6. Marcela/Seoane: yo soy tan sádico, me deleito tanto, que incluso a veces acompaño la carne con verduras.
    La mejor ternera de España se comía en una aldea asturiana del concejo de Somiedo. L'Auteiro, así se llama la aldea y así se llamaba el bar. No sé si aun existirá el mismo bar como tal. El negocio seguirá seguro, pero no sé si con la misma filosofía. Me contaba el dueño, ya bastante mayor, mientras yo remojaba sidriñas y él me decía que no fuera a conducir después, que su hijo estaba de bombero por Gijón y su hija de igualmente funcionaria de no recuerdo qué, y no querían hacerse cargo del bar. Ya habían abierto hostales modernos cerca en plan rural plasticoso.
    Lo de la ternera era tremendo. A lo de que fuera realmente ternera natural criada en prao, habría que sumarle el clima o algo, porque aquello era para morirse de gusto cuando entraba en el paladar.
    Blue: hay más datos, pero me han amenazado con ponerme a dieta vegetariana si canto.
    Amor: consentida, a ti te voy a dedicar cajetín de respuesta aparte.

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  7. Amor:

    Háblame de papilas gustativas
    Háblame de conejos y comidas
    Cuéntame, deja lineas suspensivas...
    Dame ñora, yo pongo las bebidas.

    Y esta vez si me copio
    y haré unos versos no propios:
    Tres cosas me tienen preso
    De amores el corazón
    La bella Amor, el jamón
    y las ñoras con conejo.

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  8. El mejor chuletón de buey que he probado fue en el Epeleta, cerca de Pamplona. Nos sacaron, antes de comerlo, la chuleta en una bandeja, era para exhibirla, la verdad, nos dijo que pesaba tres kilos. Estaba de muerte, así que llámame también asesino.

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  9. Sensei doy fe de los chuletones de Ezpeleta, soy de muy cerca.Solo de leerte he salivado. Con perdón.

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  10. Joder, me están entrando ganas a mi de montar una comilona. "Homenaje al hermano vacuno".

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