lunes, 26 de abril de 2010

El secreto de las amadas.

Aviso: será largo. Pero desvelaremos secretos que sólo muy pocas personas conocen. Viviremos aventuras y momentos de tensión. Me la estoy jugando y mucho. No quiero homenajes si desaparezco, pero recuérdenme como un tipo que fue valiente. Volveré y seré miles.

PRÓLOGO.  
Escenario número 1: mi amada sabe que no le queda más remedio que pedirme algo que le interesa:
Caída de ojos, sonrisa comedida pero grata, tono de voz aterciopelado, cercanía física llegando incluso al contacto, como poner una mano en mi hombro. Suelta la andanada, sin prepararte, sin avisar, de sopetón:
- ¿Me ayudarás a ............? 
(Pongan en la linea de puntos algo que les hará sudar, quizás sudar sangre).
- Te ayudaría igual si no pusieras esa cara entre vampiresa y cándida virginal y esa voz entre actriz porno y dulce mamá convenciendo a su bebé.
(Ante ese tipo de respuesta, la contrarrespuesta de ella en otra situación en la que no le interesara exprimirme, sería de "tener morros", estar de enfado, por lo menos un buen rato con opción a días según vaya su ciclo hormonal. Pero... sorprendentemente sonríe encantadora, risa cadenciosa).
- Ahhh-ja-ja-ja-ja. Pero qué cosas se te ocurren, ah-ja-ja-ja.
Y la puntilla llega letal, fría, con voz serena, aunque aún arrastrando las palabras, como unos puntos suspensivos que marcasen una promesa aún inconclusa, pero de seguro recibo.
- Yo te ayudaré a ti cuando te haga falta algo...
Fin de la partida. Ella nada debe, "porque me devolverá el favor". No está en deuda. Si me apuran, tan sólo dos meses más tarde jurará convencida que yo me ofrecí a ayudarle. No hay deuda: yo lo hice porque quise. Lo pensaré mientras sudo. 
Un día la mataré, sí.
Escenario número 2: mi amada intuye que no tiene por qué rebajarse a pedir, algo que puede hacer pasar con facilidad como que yo lo he pedido y ella quedar de sumisa, de esclava de mis deseos.
- ¿Te apetece que vayamos al cine?
- Querrás decir que te apetece a ti, ¿no?
- Halaaa, qué respuesta. Está bien, si no quieres ir no vamos, hijo, pero no hace falta que me pegues esos cortes.
- No, yo no he dicho que no quiera ir...
- Bueno, pues si quieres vamos... si te apetece a ti me apetece a mí...
- ¡Pero si la que quieres ir eres tú, joder, María, lianta!
- ¿Será posible esto? Mira: aclárate, por favor, que me vas a volver loca. Me dice de ir al cine y ahora que si quiero que si no quiero. Esto no me puede estar pasando...
- ¡Mierda, vámonos al cine y cierra el pico de una vez!
- Eso, encima... Está bien, espera que me pinte un poco.
Quizás la mate estrangulándola, sí, debe estar bien matarla así.
Camino al cine:
- ¿Cuál quieres ver, María, llevas alguna idea?
- La que tú quieras.
- A mí me da igual, ahora miramos en la puerta a ver...
- Sí, lo que tú quieras.
Puerta del cine, miro y veo algo que sin atraerme, se me destaca un poco entre el resto de seguros bodrios:
- Pues podríamos ver esta de  "El acorazado Potemkin. El montaje del director. Incluye las tomas falsas".
- Ayyy, de guerra nooo.- Ñoño el "no", ñoño y arrastrado.
- ¿Y esta otra de "Reflexiones de Chuck Norris y su obra".
- Es que las de kunfú  son muy rollo, ¿no?
Sí: media hora más tarde me estoy tragando lo que María quería ver: una puta mierda de película francesa, lenta y pretenciosa como la puta madre del director cuando se folla gatos que recoge por ahí, que, seguro, le ha recomendado su peluquera, la tortillera con pretensiones artísticas. No se crean: una vez la tortillera estuvo en París con su novia y cuando volvió dijo algo de "la luz de París" que mira tú por dónde sonaba idéntico a lo que ponía en un panfleto sobre Sorolla y la luz mediterránea.
Fin de la partida: le debo a María un capricho porque ella ha cedido en todo "el otro día que yo quise ir al cine". Optativo que añada: "y en pareja ha de ceder una vez cada uno". Quedo yo en deuda con ella.
Es tener algo de paciencia, dejar pasar esta moda del feminazismo y matarla entonces. Si lo explico bien no me condenará ningún juez razonable.
Escenario número 3: mi amada sabe y sin ningún resquicio de duda, que algo que desea tanto como yo, acabaré yo pidiéndolo si ella se mantiene firme y no lo pide ella. Resultado: estaré yo en deuda, yo lo pedí y ella se limitó a aceptar. Sí: es sexo, no hace falta que me extienda.
Todo cuento que se precie ha de tener su parte de leyenda, el ingrediente misterioso que desencadene reacciones en apariencia irresolubles, pero felizmente superadas por la tenacidad y valentía del protagonista: ese soy yo. Joder, si no soy el prota en mi propio cuento pues vaya mierda de vida ¿no? Todo este cuento empezó:
HACE ALGUNOS AÑOS...
Demasiada juventud, demasiadas hormonas y demasiado alcohol se me amontonaron en aquel pueblo cargado de historia del Pirineo aragonés. Demasiado bonito el escenario medieval, telón de fondo del pueblo. Demasiada música, tocaban en verbena un grupo local y recuerdo que estaban imitando con más pena que gloria, pero tanto daba en el ambiente, a Los Scorpions: "Still loving you". Demasiadas veraneantas, principalmente de Barcelona, demasiado guapas y arregladas, o de nuevo al punto de partida: demasiado alcohol y demasiadas hormonas. Tontearle a una con novio, en su pueblo de veraneo, con su novio y la cuadrilla cercanos, es lo que suele traer: problemas. Mira que había chicas y me tuvo que gustar la ennoviada. Miento: me gustaban todas. Mira que había chicas y me tuvo que hacer promesas con la mirada la ennoviada, así se ajusta más a la realidad. Ni llegué a cruzar una palabra con ella. Acercándome en mi baile animal de cortejo, me vi rodeado de muchos tíos. "Still loving youuuuuu", cantaba el jevi maño desde el escenario. Demasiada juventud y demasiado alcohol: "¿tú de qué vas, payaso?". "Vaaale, tíos, traanquis, que paso de bullas, suelo pasar de bullas cuando son más de 5 a la vez y cuento 7 por lo menos. ¿Será eso lo de la bravura aragonesa?" Empujón que me da el ofendido novio, el arte marcial español: empujarse. Demasiado alcohol: pienso: "o hago algo muy resuelto o me van a dar una paliza brutal", demasiado orgullo para salir corriendo, le estampo el botellín de cerveza en la cara. Se rompe el botellín en su cara y queda de rodillas tapándose la cara sangrando. Se me echa encima un tropel de tíos, se oyen chillidos, se para la música, se levanta en la adoquinada plaza un murmullo gigante que va tomando cuerpo concreto en palabras: "un forastero que le ha partido la cara al Tomasín, al hijo del alcalde". Me tienen sujeto entra varios diciéndome:  "loco, hijo de puta, ¿pero qué has hecho?", pero no me linchan. No entiendo nada: ya me tienen ¿por qué no me apalean? Demasiado odio en la cara de la novia que me mira fuera de sí, chillando insultos mientras la sujetan. Me caen un par de puñetazos, pero como furtivos, a los lados del cuerpo, no me quieren pegar de cara. Demasiado verde el uniforme de la Guardia Civil y demasiado brillantes las esposas. Mientras se me llevan miro a la novia e intento expresar con mi mirada un lo siento, yo no quería esto, o quizás metido en mi papel de yo contra el mundo, guiñarle un ojo y mandarle un beso, soy capaz. No me ve, está arrodillada junto al novio. Pueblo medieval, el cuartel de la Guardia Civil es a su vez un castillete y me meten en un calabozo digno del Conde de Montecristo. No me tratan ni me hablan mal, deben estar acostumbrados a las peleas de verbena. Me quitan los cordones de las botas de montaña, el cinturón y la documentación. Se oye fuera la voz borracha de mis dos amigos (¿dónde coño estarían durante la movida?) diciendo que soy buen chaval, que es un error, que habíamos venido a escalar, que somos deportistas y que nos hemos encontrado la verbena por casualidad. El guardia por fin, los amenaza con detenerlos igualmente y que mañana se arreglará todo. Se van. Deambulo por la celda de arriba a abajo, borracho. ¿Emborracharán a los tigres en los zoos? Igual me la casco pensando en la pava, nunca me la he cascado en un calabozo, no es como lo de plantar un árbol y tener un hijo, pero puede tener su aquel de exclusividad. Hasta  hace unos días nunca recordé que registré el calabozo de arriba a abajo, piedra por piedra. El día siguiente con visita a los juzgados comarcales, con una resaca del copón, con una jueza que parecía la señorita Rottenmeyer,  había anulado mis recuerdos de calabozo de esa noche. Finalmente me dormí, una manta raída echada por encima. Demasiados miles de pesetas me costó la gilipollez. Un beso, nena, si lees esto y me recuerdas: espero estés gorda y maruja perdida, cargada de churumbeles especialmente maleducados. Sepas que ni me la casqué pensando en ti. Tuyo: Desclasado.

HACE UNOS DÍAS...
Tengo medio síndrome de Diógenes. No es que recoja trastos de la calle y los lleve a casa: es que me cuesta tirar cosas, es medio síndrome. No es tacañería, de verdad, es más pensar: si es que esto puede servir cualquier día para... y en esa nebulosa de un para que jamás llegará, no tiro nada.
Pero hay que saber decir basta, amigos, y hasta aquí hemos llegado. Hay que endurecer el corazón y desprenderse de un montón de trastos amontonados, de tanta y tanta ropa que, lo sabes en tu interior, ya jamás te pondrás. Hay que actuar ahora, que estás resuelto, porque quizás mañana la debilidad haya vuelto a tomar tu corazón y toda esa mierda de ropa pienses que sirve para... el día que tengas que pintar, por ejemplo. Armado de sendas bolsas de basura industriales, sustraídas de mi trabajo, emprendo la dura tarea de arrojar por la ventana de mi vida tanta ropa, que un día fue piel de mi piel (a veces me lavaba poco) y hoy dejará de compartir mi destino para siempre. No es un hasta luego, es un adiós. Un hombre tiene qué hacer lo que un hombre tiene que hacer, dejó dicho John Wayne o su guionista.
Engulle, voraz, la enorme boca negra del saco de plástico la ropa amontonada en el fondo de los armarios. Registro todos los bolsillos antes de darle pasaporte a las prendas sumergiéndolas en la negrura. Voy amontonando a un lado entradas antiguas de cine, facturas, duros de las viejas pesetas y todo lo que va saliendo de los bolsillos. Aparece la chaqueta que un día me acompañó en un calabozo pirenaico, la registro rutinariamente y tocan mis dedos un papel al fondo de un bolsillo. Extraigo, no es un papel, es como hojas amarillentas plegadas. ¿Y qué coño es esto...? Se hace un flash en mi mente: lo encontré un día borracho, hace ya años, entre las rendijas de las piedras de la pared del calabozo al que tuve la cortesía de acompañar una noche. Se hace más nítido el flash: no conseguí ni desplegarlo, ni saber si había algo escrito en esas hojas color añejo dobladas. Me siento en la cama junto al armario, con cuidado trato de desplegar sin romper, tiene aspecto quebradizo. Lo consigo, aparece una letra picuda, letra antigua como la de la lista de la compra que mi abuela me entregaba cuando me enviaba a comprar. Cada vez estoy más intrigado. Empiezo a leer:  Me llamo Gervasio Aguirre de la Cruz, mañana van a fusilarme... 
(Nota de Desclasado: lo sé: lo de una vieja carta aparecida, es un recurso  tan gastado que da grima. Pero esto tampoco es para presentarlo al certamen literario de primavera, joder, y tampoco me voy a matar guionando chorradas para el blog. Además, es un recurso que siempre funciona, tiene el sabor de los clásicos. Y como empiecen a criticar no sigo y se quedan sin saber qué coño pasó con el desdichado caballero Gervasio y el secreto de las amadas que será revelado cuando la trama alcance su fin. Ojito a las críticas que les estaré vigilando).

UNA CARTA HALLADA EN UNA VIEJA CHAQUETA...
Me llamo Gervasio Aguirre de la Cruz, mañana van a fusilarme... Mentiría si dijera que no temo morir, que estoy preparado, nunca se está preparado para esto. Se quiere vivir, siempre, hasta el último momento mi alma y mi mente buscan la esperanza en el milagro, en la contraorden que llegará... aunque sé que todo es inútil ya y no queda ninguna esperanza. No muero por el secreto que guardo, muero por una guerra estúpida, como todas, en la que por lugar de nacimiento el destino eligió mi bando. Voy a morir y no quiero llevarme el secreto a la tumba, la humanidad debe conocer esto y me niego a contárselo a los que van a ser mis asesinos: marionetas de la historia a los que por lugar de nacimiento el destino eligió su bando. No me creerían, me tomarían por loco o pensarían que quiero ganar tiempo, sufriendo además escarnio de sus personas al creer que quiero burlarles y aunque no esté preparado, ruego a Dios me dé entereza para morir mirando de frente, como siempre viví.
Pero ¿qué cojones es esto? Me estoy mareando y tengo que ir a beber agua, quizás también fumar un cigarro en el balcón y que me dé el aire. Lo voy a hacer: hacía tiempo que no sentía sensación de vértigo que no fuera dulce. Dejo la carta sobre la cama, bebo agua en la cocina, fumo 2 cigarros, confuso, en el balcón y vuelvo al vértigo atrayente de la letra elegante, picuda y sin erratas detectables. Letra antigua.


Y mirando de frente descubrí y comprobé un secreto que desde inmemorial tiempo convive con la humanidad, sin saberlo siquiera las propias afectadas: LAS AMADAS SON FABRICADAS. Sé que cuesta de creer. Ustedes no han visto con sus propios ojos las factorías donde , por ciencia para mí desconocida, introducen a distancia ya desde los vientres de sus madres, los rasgos de carácter que las definirán el resto de su vida. Siempre he sido hombre racional, alejado de supersticiones y brujerías, sé que no se puede explicar desde mis conocimientos, los mecanismos que consiguen tan increíble milagro, pero el que va a morir no miente y puedo asegurar que he comprobado en mis carnes los efectos de estas prácticas. Ruego al Altísimo que ya que no es su voluntad que yo siga viviendo para desenmascarar tan fabulosa conspiración de la cual desconozco qué objetivos persigue, haga caer esta voluntad mía en las manos apropiadas que persistan en descubrir qué se esconde tras esta, sin duda, conspiración que creo activa desde tiempos inmemoriales. Quién busque deberá hallar en la firma comercial XXXX.
Sin familiares de quien despedirme, crea quien encuentre esta misiva y busque. Gervasio Aguirre de la Cruz le saluda desde el más allá e intentará desde allí guiar firme sus pasos en la búsqueda de la verdad.
Lugaralto de Aragón, 27 de abril de 1938.


La borrachera de esa noche fue para poner cruz en el calendario. Me cerraron los bares, aún los noctámbulos y un par de amigos juraría que se molestaron conmigo. Bastante. Estuve impertinente y con algo quemándome dentro, algo que no podía contar porque:
1) No me lo creía.
2) Sí me lo creía y estaba acojonado.
Y ya por último cuando el volumen de alcohol me sumió en la inconsciencia aún consciente y quería contarlo:
3) No se me entendía lo que decía.
Y por fin:
4) Cuando desperté helado en un banco de la Gran Vía, no había nadie para contárselo.


LA FIRMA COMERCIAL XXXX.
Tan sencillo y a la vez tan escalofriante como poner en Google "Firma comercial XXXX", eso pensaba al tiempo que también pensaba, quizás con más fuerza de pensamiento, que no quería poner nada en Google, que todo esto no es más que la broma de cualquier gilipollas que como yo, pasara la noche en el calabozo, que... qué cómo podía yo creer en semejantes patrañas, que no pensaba poner nada, que vaya tontería, que aunque la letra y el papel fuesen antiguos (¿o viejos?), que perfectamente un tipo ingenioso que quisiera gastar una broma macabra para vengarse de sus victimarios, para volverlos locos tras su muerte... Y en estas estaba cuando María se enfadó conmigo. No entraré en detalles porque no importa el qué pasó, importa el cómo se desarrollaron los hechos. María se enfadó conmigo por algo que no había hecho. No por omisión de un supuesto deber, sencillamente por algo que malinterpretó y antes de preguntarme, me juzgó, condenó y casi ajustició. In dubio pro reo, in dubio su puta madre. Metió la pata bien hasta el fondo y, quizás por orgullo, se negó ante mis protestas a reconocer la evidencia de su equivocación, pese a sus cada vez más débiles argumentos y la claridad meridiana probada de los míos. Ante la coyuntura, me cabreé yo a mi vez. La madre de todos los cabreos no fue, pero sí la nieta o una prima hermana: me sentía injustamente tratado y me indignaba sobremanera el no dar su brazo a torcer ante algo evidente. No era lo mío orgullo: cuándo el orgullo llega a la raya del mínimo, ya es mera dignidad. Orgullo era y siguió siendo lo suyo de no reconocer una cagada del copón. Me tuvo que ver enfadadísimo para descabalgar, no del todo, de su burro-pedestal y decirme que "puede que se hubiese equivocado". Yo imperturbable, impasible el alemán, respondiendo que el "puede" no era negociable, que se había equivocado y punto. Dos días de cabreo más tarde, de silencios telefónicos, me dijo que se había equivocado sin puede. "De acuerdo: te perdono", le dije. Y esta vez sí: cagada mía. No ha nacido hombre aún que deba perdonar a su amada y debí dejarle esa vía de escape, no decirle que la perdonaba, algo tan sencillo como cerrar el pico: vuelta a empezar con el "pero tú", "no, pero tú". Tres días más tarde la herida seguía abierta, aparentemente cerrada, pero claramente mal cerrada en su velo de silencios, distancias y frialdades. Por fin María, estratega, decidió que la culpa fue a medias y era argumento irrebatible porque ¿quién no va a aceptar una culpa a medias en una discusión de -supuestos- amados? Hasta los huevos del asunto y guiado, tal vez, por el caballero Don Gervasio desde el más allá, lo dejé estar. A día de hoy, oficialmente tengo la mitad de la culpa de una fuerte discusión por algo que no hice. Espérense un mes que tendré el 75%. Dentro de cinco meses, o antes, seguro, María exclamará en tono casual: "Anda, que la que me liaste aquella vez". Y eso no será lo peor: lo peor será que le miraré a los ojos y sabré que no está mintiendo, no para ella misma, realmente lo creerá...
Le di al "Enter" en Google y la firma comercial XXXX no apareció. Apareció, y algo indefinible, no sexual, no placentero, recorrió mi espina dorsal: el "Grupo de empresas XXXX".

¿SON LAS AMADAS UNA ESPECIE DE CYBORGS?
Existe el grupo de empresas XXXX y tiene sede en mi ciudad, igual que tiene sede en prácticamente todas las ciudades. Es curioso que una "empresa" de esa implantación, no sea apenas conocida, no se haga publicidad de ella, nadie hable nunca... ¿Y a qué se dedican? Curioso: de todo: desde división electrónica/informática hasta servicios, pasando por mensajería. Esto me está quemando y cada vez más tengo la sensación de estar volviéndome loco, o vivir una irrealidad que me está arrastrando y ya no sé qué es real y qué es producto de mi imaginación. Pues si esos son los pasos que me ibas a guiar, Don Gervasio, date con un canto en los cojones de lo bien que lo haces, capullo. Y lo peor es que miro al cielo al pensar en Don Gervasio como si allí hubiera alguien mirándome. Me río y digo con voz tenebrosa: "si estás ahí, mueeeestrate". Una señora se aparta y agarra el bolso con las dos manos al pasar junto a mí mientras digo esa gilipollez. Se me está yendo la pinza, lejos. ¿Y qué hago yo ahora con esta información? ¿Voy a reclamaciones y les dejo allí a María para que me la retoquen, que debe estar fuera de punto? (Del cerebro, digo, malpensados). ¿Exijo una indemnización en plan colectivo victimista, una reparación histórica? ¿Me encargo un modelo T-10, el Terminator de las amadas, que además trabaja en cosas que gana demasiado dinero y vive para satisfacer mis caprichos? ¿Me tiro a la bebida? ¿Rompo la carta?
Lo peor es que está afectando mis relaciones, ya no sé con quién estoy. El otro día en casa de María empecé a divagar, puto vicio de ella de fumar porros de cuando en cuando, me da a mí a fumar y se me va el santo a la estratosfera. Le dije sin darme bien cuenta de lo que decía:
- ¿Y si tú fueras como una especie de cyborg...?
Lo mejor es que me mira con una recién encendida luz de picardía en sus ojos y me contesta:
- Vale ¿y qué hacen las cyborg?
- Lo mejor de esto es que tú ni siquiera serías consciente de ser una cyborg, pensarías que eres humana.
Se queda un momento desconcertada pero vuelve la luz a sus ojos:
- Ah, ya, como lo de "Blade Runner", la chica morena que se va al final con Jarrison Ford.
- Algo así, pero esto no es una película, esto es la realidad.
- Madre mía, qué polvo más raro te quieres montar hoy, no sé si te sigo... A ver ¿las cyborg se sientan así encima tuyo y...?
- No, déjame, hablo en serio, no lo entiendes.
- Sí lo entiendo, sí: tu fuerza de humano está indefensa frente a la mía de cyborg y voy a hacer contigo lo que quiera...
¡Dios! ¡Estaba abstraído y María, fumada, cree que estoy montando un polvo friki de Blade Runner!
- No, que no quiero sexo, que estaba diciendo otra cosa.
- Sí ya sé que no quieres sexo, humano, jajajajaja, es divertido esto... pero tú harás lo que diga la cyborg.
- Dios mío... he creado un monstruo... ¡Y he sido yo esta vez, no es tu naturaleza de cyborg!
- Joder, tío, a ver si te aclaras que eso era Frankestein ¿no?
- Que no estoy jugando, que hablaba en serio. 
- A ti no te voy a dar más de fumar... te sienta mal. ¿Pero qué decías entonces de que yo soy una robot?
- Es complejo, tú no te das cuenta y no eres una robot, eres humana, de carne y huesos, sencillamente vendría a ser que tu carácter y reacciones vienen ya prefabricadas... es difícil de explicar.
- Ya... me estás rayando, pero igual sí te doy más de fumar, si el caso es que no tiene mala pinta esto, pero me pierdo. A ver: soy humana, pero prefabricada ¿ para qué me han prefabricado?
- Esa es la pregunta, eso es lo que no sé...
María ya pone cara de fastidio:
- Pues yo sí: me han prefabricado como a todos para sobrevivir y expandir mi carga genética, ambas cosas interconectadas. Que con el nivel científico que tenemos podamos obviar expandir la carga genética es otro asunto, pero en principio todos los animales tienen las mismas reacciones: procrear, sobrevivir para poder procrear, comer para sobrevivir y poder procrear, no es tan difícil...
- Pero a las amadas os determinan de una manera el carácter.
- No, mejor no fumas más...  
Me desperté en el sofá. Solo. Vestido. María sale de la habitación con algo de cara de disgusto pero expresión aún comprensiva. "No fumes costo, no te sienta bien, anoche decías cosas muy raras". Se sienta en el sofá y recosta su cabeza en mi pecho. Lo sé: son actos programados. Algo le dice que ahora debe estar cariñosa y comprensiva pese a mi delirante actuación estelar de ayer. Su guión está escrito, el de ella y el de todas las amadas. Tengo que saber, esto me va a volver loco. Gervasio, eche una mano, coño.
HAY QUE TOMAR UNA DECISIÓN. 
Y hay que tomarla ya, antes de que esto me acabe de desequilibrar (ya partíamos de una base más o menos sólida de desequilibrio). Saco el traje de bodas y eventos, me afeito, cojo la cartera de piel que alguien me regaló y nunca utilicé, me planto en recepción de  XXXX. Me aprieta el nudo de la corbata. 
¿El gerente? De parte de quién. Desclasado con Clase, de "Servicios Fulanito". No veo que tuviera cita... No, pero es un tema bastante interesante. (Sonríe la recepcionista pensando: "como todos los representantes"). Espere un segundo, a ver. Sí, puede pasar.
Un despacho funcional y un tipo de unos 60 años, delgado, elegante sin ostentación, con unos ojos azules extraordinariamente vivos, da la mano con fuerza. Extrañamente no me siento inseguro. Ya no me siento ridículo como siempre que voy con traje y corbata, como extraño en mí mismo. Me siento casi liberado, me falta el casi.
- Dígame...
- Lo sé todo.
(Los ojos vivos se desconciertan y el azul se vuelve algo oscuro, hay un destello fugaz de cautela).
- Vaya... Así nunca habían querido vendernos algo. ¿Le pagan bien en su empresa, joven?
- Sé lo de las amadas.
(Mantengo la mirada firme y el rostro sereno. No trago saliva, no retuerzo las manos nervioso, estoy ligeramente recostado, relajado, parezco controlar el escenario).
- Hacía años de esto, no me esperaba... ¿Y qué es lo que sabe? 
(Y ahora veo igualmente fugaz pasar un destello de burla por los ojos que han vuelto a aclararse, pero no pierdo la calma).
- Que las fabrican, no sé cómo lo hacen, pero lo sé.
- Sí, dígame ¿cuándo nació la suya?, dígame mes y año.
(¿Por qué el tono de voz parece también esconder burla?)
- Febrero setenta y tantos...
- ¿Y tiene usted queja? Es un modelo magnífico, una cosecha muy buena la de ese año, conseguimos hacer un modelo de amada ya alejado de las represiones de las de cosechas anteriores, sin caer en el nihilismo de las últimas cosechas más recientes. Y ¿dice de febrero? Entonces es el modelo 70/2... Le explico: ¿usted no ha observado que cuando hablamos de las amadas siempre hay un amigo que dice: "Macho, tú conoces a mi novia" o "parece que hables de mi novia"? Esto tiene una explicación muy sencilla: hay 7 modelos de amadas y ustedes, los que dicen coincidir, comparten modelo, por eso esa sensación de reacciones iguales de sus amadas, no es sensación: es que reaccionan igual porque han sido programadas bajo los mismos parámetros. 
(Esta vez empiezo a sentir vértigo: empiezo a entender)
- Pero ¿por qué?
- ¿Le apetece un brandy?
- No bebo por la mañana, pero creo que haré una excepción.
- Joven, son las 12:30, tampoco es que se haya matado por madrugar para venir a desvelar el misterio.
- No, sí, ya, bueno, acepto la copa.
- El porqué está por encima de mí, eso nunca lo he sabido, tampoco sé el cómo lo hacen, yo me limito a gestionar la empresa tapadera.
- Joder, pues vaya... ¿Y nunca ha sentido curiosidad?
- Sí, cuando tenía su edad...
(Hace una pausa demasiado larga, pausa que me obliga a preguntar a mí, ahora sí estoy inseguro)
- ¿Y qué halló?
- La verdad, ¿quiere saberla?
- Sapere aude.
(Me mira curioso).
- Sí, quizás le contrate. Es usted pedante, orgulloso, se siente como un pingüino en el traje, un poco sin pulir,  pero da el pego para clientes menores y lo podemos ir formando... Venga conmigo.
LO QUE LA VERDAD ESCONDE: EL DESENLACE.
Subimos en ascensor a la tercera planta, avanzamos por un pasillo, despachos a los lados, todo luminoso, nada truculento, gente trabajando en ordenadores, al final del pasillo una puerta, ¿la habitación 101?, entramos, son archivos, filas de archivadores metálicos, avanza con paso firme mi guía, se detiene en una torre de archivos, se agacha, abre la cuarta cajonera contando desde arriba (mi mente apunta todas las cifras y datos queriendo recordarlas para el caso de que haya que jugar al enigma en plan código Davinchi de provincias), me mira enigmático, sonríe:
-¿Está seguro de querer saber la verdad, joven?, mire que a veces la verdad desnuda duele...
- Necesito saberla, si no, me volveré loco.
- Hoc voluerent, yo sí estudié latín, joven.
Extrae...un periódico con pinta de viejo, es un ABC, lo abre hojeando, llega a una página, me da a leer, es un ejemplar de 7 de marzo de 1967, titular de la noticia: "Moderna e imaginativa técnica publicitaria", texto: "Ha causado gran e impactante sensación, la técnica publicitaria ingeniada por el joven bilbaino Gervasio Aguirre de la Cruz, vástago de noble familia vizcaína de larga tradición empresarial en esta bella y española tierra norteña. El joven Aguirre, tras estudiar en la prestigiosa universidad de Deusto, completó su formación empresarial en Estados Unidos, desde donde nos ha traído, a su vuelta a España, modernas técnicas de marquetin publicitario para reforzar las ventas del grupo empresarial perteneciente a su familia, que han causado gran sensación y curiosidad. Al joven caballerete no se le ha ocurrido ni más ni menos que distribuir miles de cartas por toda España, en los lugares más insólitos, proponiendo acertijos, atractivos misterios en forma de mensajes secretos, que se lograrían resolver buscando las empresas del grupo familiar, esperando así un aumento decidido de las ventas".
- Me tengo que desabrochar la corbata, me falta aire, Dios mío, qué vergüenza.
- Sapere aude. Quítese también la chaqueta, póngase cómodo, joven, me hago cargo de lo que se siente: yo encontré una de esas cartas también.
"De entre los inquietantes enigmas que el joven Aguirre planteaba descubrir, destacamos el saber el porqué de esos extraños comportamientos de las mujeres amadas, que ha provocado una afluencia de personal a las empresas familiares bastante destacable, según fuentes de la misma empresa. Notable éxito ha obtenido igualmente la búsqueda del acertijo de..."
- No quiero leer más, no sé en qué agujero meterme...
- Usted lo ha pedido, yo le he avisado. 
- Tengo que pedirle disculpas.
- No sé preocupe, ha sido divertido verle la cara. Por cierto ¿por qué no le pide usted cita a mi secretaria para la semana que viene y hablamos de trabajar y dejarnos de cuentos? Parece tener usted madera. Basta, sin pulir, pero podríamos hacer de usted algo más que un cazatesoros inexistentes de planos falsos... No, no ponga esos ojos de codicia: primero trabajar y demostrar si vale, después hablar de sueldo. Vamos, le acompaño a la puerta.
Llegamos a la puerta, sale conmigo a la calle, me mira, burla contenida en sus ojos, deja el usted:
- Mira, chaval, yo tengo una amada modelo, je je, 50/3, ya llevo con ella un tiempo, toda la vida como quien dice, no intentes entenderlas, amalas, no las ames, métete a fraile o hazte maricón, pero no intentes entenderlas: es inútil. Y no te quejes: vosotros no sabéis lo que les metían en la cabeza a las nuestras en la época, eso sí era buena programación, que no vi yo más carne que la de los brazos en verano hasta después de casarme, anda y no te quejes que no sabéis lo que tenéis. Te espero la semana que viene y hablamos de trabajar: no vengas con exigencias que el consejo que te he dado de las amadas ha sido gratis y algo sabre yo del tema, que llevo toda la vida con una. Bueno, ha sido un placer, voy adentro.
- Gracias y lo siento, no sé qué decir, me he quedado mudo.
Ocurrió algo entonces que juré que jamás trataría de interpretar y no lo haré: miró a otro tipo que estaba cerca expectante, asintió discreto y la cara del expectante se relajó.
EPÍLOGO. 
- Qué no, que a mi no me metas más en los rollos que te montas, qué no, he dicho, que no quiero.
- Joder, María, pero si era un cuento...
- Por eso que era un cuento no sé por qué le pones mi nombre, joder, ni cuento ni leches, que encima contando medio polvos y cosas como no son. ¿Seguro que nadie que me conozca sabe que tienes un blog? Joder, qué vergüenza.
- Seguro, no haría eso, pero si era un cuento, no pasa nada.
- No, sí que pasa: pasa que utilizas los cuentos y esos rollos para echarme en cara cosas que no son como las cuentas, eso pasa ¿o me has tomado por más tonta de lo que soy por aguantarte?
- Qué no, jajajaja, que yo no hago eso, jajajaja
- Qué no ni poco, que no me chupo el dedo, no lo cuentas exactamente igual pero el trasfondo es el mismo y así das tu versión y quedo yo de bruja y tú de pobre mártir, jaaaa, el pobrecito mártir, ¡esta sí que es buena! No quiero discutir más: no- ha-bles- más- de- mí -en- tu- blog. O entraré ahí y contaré yo lo que me parezca a mí, avisado vas.
Tres semanas más tarde...
Me suena el móvil, es María, perdón, es: digamos "Susana":
- Dime Mari... eh... Susana.
- Haleeee, ya llevas un montón de entradas sin hablar de mí en tu blog.
(Contar 10: 1,2,3,4,5,6,7,8,9...)
- Esto... creo que dijiste que no hablara más de ti en mi blog.
- Hala, tonto, siempre a la tremenda... Yo te dije que no hablaras más de mí en tu blog "de esa manera".
- Qué cosas: el matiz "de esa manera" no lo capté. Me vas a volver loco, joder, si hablo mal, si no hablo peor...
- Eh... No empieces, que me estoy acordando de la que me montaste hace un mes, madre mía, cómo te pusiste sin tener ninguna razón.
(No intentes entenderlas).
Sí, un día...un día la mataré, aún no tengo decidido si estrangulándola....

El Desclasado ha contado un cuento chino.

24 comentarios:

  1. No entiendo por qué no va sola al cine.

    :(

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  2. Jajajaja, Blue, te lo diré cuando me lo diga, que me lo dirá.

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  3. ¿qué dices? que novela más espectacular. Has estado genial, escribes muy bien. Insisto ¿no eres Pérez Reverte disfrazado de "sin clase"? Si no eres Reverte, el mundo te pierde. Amor no sabe lo que hace, jajajaja.
    Sobre la parte del sexo, me quedé con ganas de saber más, jajajajaja.

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  4. Gracias Ramón. No soy Reverte, que mas quisiera.
    Jajajaja, creo que has confundido y has puesto "Amor" donde quisiste poner "Maria", jajajaja, que sepas que esto me va a costar bronca con María y bronca con Amor.

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  5. Amadas del mundo, unios...

    Lo siento Desclasado, aunque no me veo reflejada en tu novia, soy mucho más anarquista que ella, pienso que a los hombres, o sé os pone las pilas o no hay nada que hacer...el que algo quiere, algo le cuesta...

    Y acabo con una cita de una canción de los secretos que me encanta : "Nunca se recibe, sin dar nada a cambio, yo daría mi vida por dormir en tus brazos.."

    Pos eso ;-)

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  6. Je... Seoane: para extraer la moraleja quizás deberías esperar a que acabe el cuento, que cuento es al cabo. Anda que menuda tirada a la piscina con tirabuzón...
    ¡STOP MANIPULACIÓN AMADORES DEL MUNDO!

    Y acabo con otra canción: "¿Cuándo el orgullo es orgullo, o simplemente dignidad?"

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  7. Bueno, bueno, pero que se te ve venir Desclasado, aunque el cuento no este terminado, se lee entre lineas...que las amadas somos malas malosas y manipuladoras..jajajaja, y si no lo somos no nos quereis...las chicas buenas van al cielo, las malas y manipuladoras a todas partes...jeee

    Otra más: If I lay here
    If I just lay here
    Would you lie with me and just forget the world?

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  8. Haleee, convertimos el cuento en interactivo y Seoane ya ha decidido que queremos a las Milady de Winter (¿y nos casamos con las Constance?)
    Yo no sé si acabaré el cuento, con tantos caminos abiertos.

    Por lo demás: Dios mío... ¿Ahora en inglés? En este blog se tontea en prosa, en verso, en lenguas muertas, en inglés, de todas maneras sin lengua viva ¿qué será lo siguiente?
    En argot gabacho:
    Ça Plane Pour Moi.

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  9. ¿Interactivo? ..jeje ..es que se te ven las intenciones..desclasadin jajaja

    O en euskera...

    Behar dudanetan ezin naiz babestu zure besoetan
    baina badakit hor zaurdela izkutatuta nire bihotzean

    ;-)

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  10. ¿Te rindes? ...ooohhhh..jajajaajaj

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  11. No me rindo: huyo. Aquello de: "soldado que huye sirve para otra batalla".

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  12. Las baladas de los Scorpions hicieron estragos hace unos años. Sobre el resto de la entrada, no tengo palabras, de verdad. Quizá cuando la digiera. Dame un par de semanas.

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  13. Blue: "Pues claro que voy sola al cine, pero ese día me apetecía ir contigo"

    J: Jajajaja. Me has "asustao", no sé si bueno o malo lo de digerir, ya dirás.

    Seoane: ¿tan de malas habéis quedado las (que seais) amadas?

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  14. Yo voy sola al cine, solo veo las películas que me gustan. Y son muy buenas todas. No tengo al lado un desclasado que escriba y se ría de mí, porque lo que más me apetece no es ver la película, sino ir al cine con él.
    Te has pasao un puñao. Y tienes puntito reverte, me gusta tu ironía y escribes bién pero más corto !por favor!, que no puedo codificar tanta información.
    ¿Desclasado, que pasa que tienes tanto tiempo..?
    Besos idiotas.

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  15. Es que creo que un blog no es sitio para escribir odiseas a capítulos, pero me lié, me lié... y se me apoderaron las musas (no intentes entender a las musas).
    Más que tiempo libre "oficial", Marcela, son otros factores: tener un ordenador casi siempre a mano, una capacidad para el escaqueo, ibérica de raza pura y escribir muy rápido sin apenas correcciones.

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  16. Desclasado, pues sí, desde mi punto de vista las amadas hemos quedado como un poco dependientes del ser amado y que nos ama.

    Cuando algunas somos mucho más independientes que eso, ayer mismo yo no me trage el partido del Barca contra no sé quién, él queria verlo pues se quedo en su casa, eso si mandando sms..cada 5 minutos...y sí yo quiero ir a la opera, me voy con mi madre o hermana, no le castigo a él, o al ballet, esta mañana me llamaba y encima se me quejaba de que se habia quedado dormido en el sofa hasta la una, y que no estaba yo alli para despertarle, jajajja, yo estaba en mi casita tranquilamente, sin tener que soportar el partido, y cuando es al contrario, pues lo mismo, pienso que si vas al cine con ella, es porque quieres estar con ella, sino no irias, y luego el "quejarte" de la situación, pues.....no vayas a ver pelis que no te gustan,. la recoges a la salida del cine y punto.

    Aunque bueno si hicieras eso, nos perderiamos estas entradas...jaajajajaaa

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  17. Bueno, no habia leido el final del "cuento chino" jaajajaja...

    Me gusta el consejo, "amalas y no intentes entenderlas" .. siguelo y te irá bien ;-)

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  18. Joder, Seoane, pero que castigado me llevas... En algo aciertas: si voy a cine, o donde sea, con ella es porque me sale a mí de los cojones. Hasta podíamos llegar.

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  19. Madre mía, se me había escapado toda la carga que encierra esto:
    "él queria verlo pues se quedo en su casa, eso si mandando sms..cada 5 minutos..."
    Ese chico tuyo nos está dejando a todos por tierra: no sólo no te obliga a traerle las cervezas mientras ve el partido, preferentemente con los amigotes, sino que además te manda sms cada 5 minutos, el muy ejecutivo de telefónica.
    Por tierra, nos está dejando a la altura deñ betún...

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  20. Jajajaaaa, qué no, que es para que no le moleste, las veces que estamos en mi casa, coge el mando y no lo suelta jajaajaja, esta mas a gusto a su aire...

    Y bueno, si, sus facturas de teléfono tienen que ser de órdago jajaajaja

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  21. Por tierra nos deja... ¡mandarte sms para que no le molestes! ¿Pero no le vale con pegarte una mirada? Dios, este chico nos está hundiendo a todos...

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  22. jejejeje...es que las pelis de Chuck Norris son absolutamente infumables. Pobre María.

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  23. Dios mío, es que os ponéis de parte de María hasta en los cuentos...

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