¡Cambio de parejas! Capitulo III y final. Descenso al infierno pornobloguero.

Se empieza por la Conga y se acaba en el cambio de parejas. Esto es así.

Valga la misma nota aclaratoria previa que hice para los capítulos I y II. Y añado nueva aclaración: en el anterior capítulo expuse opiniones un tanto duras: que si "esta gente está como una cabra..." cosas así. (Y además dije "puta cabra"). Ya he intentado aclarar en los comentarios que me tocaron los cojones a mí, lo que Blue ha denominado muy certeramente como "tolerancia asimétrica": opiniones leídas en este tipo de blogs, donde dan por sentado que las personas que no somos de su ambiente, nos llaman  "vainillas", somos seres reprimidos, llenos de traumas y carentes de su estatus de especiales. Lo de siempre...poca especialidad hay en esto: exijo tolerancia para lo mío al tiempo que muestro intolerancia vestida de desprecio para lo tuyo. Como esto es algo que suele pasar en casi todos los grupos humanos, no lo debemos tener en cuenta como dato específico de este grupo. Sencillamente de especiales nada: se comportan como todos, independientemente de como se lo monten sexualmente. Y, por supuesto, como en todos los lados habrá de todo. Yo me molesté con los imbéciles, al igual que me molesto con los "vainillas" imbéciles.

Al tema y acabo, que yo solo me meto en berenjenales de los que acabo un poco agobiado: aquí se distinguen con bastante claridad dos subgrupos: los cutres y los refinados. Si en ambos el machismo latente aflora con claridad, en los cutres se destaca bastante más, siendo en los refinados más disimulado. Si en los refinados algunos hombres se exhiben, en los cutres escasean mucho. No hablo de hombres solos, que esos si enseñan el rabo como si fuera el tesoro de Tutankamon, hablo de parejas donde siempre la mostrada es la mujer. En el rollo cutre abundan las lorzas y las frases burdas del tipo: "a la guarra de mi mujer le excita que le metan dos pollas", que jamás hubiese escrito Delibes. La sensación es de que es el marido el que la entrega, no de que la mujer, por mucho que le apetezca, dirija la situación o ejerza de representante de la pareja. Los cutres rara vez hablan de vainillas: se dedican a lo suyo en plan cutron y no se preocupan apenas nada de si son especiales o superiores, no hacen filosofía: actúan. Tienen un ejemplo muy representativo de intercambio cutre en la página mor-bo-cor-nu-dos.

Lo de los refinados es glamour y lujo. Se llaman a sí mismos "swinger". Si en los cutres rara vez encontramos referencia  a clubs de intercambio, en los finos lo normal es hacer tours por estas salas. A nivel mundial incluso. Además de salas hay constantes referencias a chalets, villas etcétera. La impresión de veracidad se ve confirmada cuando citan nombres y situación física de estos clubs y chalets. Da la impresión de estatus social alto. Asimismo el lenguaje está cuidado y las situaciones narradas desprenden morbo. Habrá quien cuente películas, pero no lo suele parecer. La bisexualidad de la mujer se  da casi por sentada. Escasa o nula bisexualidad del hombre. En estos blogs es en los que más especiales se sienten, más superiores. Llegan a escribir sin despeinarse cosas como: (en un futuro hipotético)...el que no sea swinger será considerado como un capullo, un retrasado... Y lo que casi me parto: a la manera de esos artículos de "me sucedió a mí", llegué a leer uno tronchante: "Yo elegí vainilla", donde el sufrido narrador pasa las de Caín hasta que por fin rompe sus cadenas y se hace swinger. Es duro el camino hacia el conocimiento interior y tal. Del modelo de machismo latente da una idea esto, extraído del blog pa-re-ja-be-ta, donde supuestamente están en el mejor club de Europa, en Holanda:

Atención. A las 23:00 horas las parejas se quedan en ropa interior. Ni sábanas ni toallas. Ellas, atrevidos conjuntos de lencería y taconazos. Ellos, chanclas de playa. Esto, sinceramente, no lo entendimos.
Lamentablemente, allí los hombres también son bastante más liberales (o buitres) que las féminas. Como en el Fusión más o menos. Y es que en todas partes cuecen habas.

En estas fiestas de clubs hay reglas bastante razonables, como no tocar sin permiso. A partir de ahí, las combinaciones son al gusto del consumidor, desde mero intercambio hasta orgías permitidas por todas las partes. Para los intercambios normales el camino suele ser: pagina de contactos especializadas, messenger, quedar a tomar café y hablar de "hasta dónde", sms aceptando o educadamente denegando. El ritual suele ser siempre el mismo, está bastante uniformado el tema.

Como en todos los otros palos, bastantes más mujeres narrando sus experiencias que hombres.

Tienen ejemplo típico de blog swinger refinado en di-a-rio-de-u-na-s-win-ger.

El Desclasado ha hablado y hasta el moño he acabado de tanto sexo. (Yo solo me he metido...)