Así rapiñaron los gringos el canal de Panamá.

Me persigue. Bibiana me persigue. Leo la prensa esta mañana y me asusto, Bibiana dixit: 800.000 (sí: ochocientos mil) menores conviven con la violencia de género.  (Tanto becario en los periódicos, pasa lo que pasa: es redundante "convivir con"; "vives con" o "convives", pero ambas cosas a la vez es orgía. O igual la Bibi lo ha dicho tal cual, ella innova lenguaje a menudo; ella no es un cargo público, es una carga pública).

Dios mío, esto es un holocausto. Debo haber estado ciego y no ver que la mitad o más de los hombres van pegándole a su mujer por la calle. Esto es el fin de los tiempos, sin duda, nada menos que ochocientos mil. Y si esto pasa en España, a la cola de la violencia entre sexos en Europa, ¿qué estará pasando en los demás países? En los demás países la situación debe ser estentóreamente dramática (no sé muy bien lo que quiere decir "estentóreamente", pero queda bien, eh). ¿Qué de dónde se saca estas cifras la menistra? Parece que de donde siempre: del co...esto...quise decir de la manga. Ella no tiene que documentar nada de lo que dice: sus voceros papagayos (y voceras papagayas) ya se encargarán de difundirlo con fe ciega en la verdad revelada no documentada. "Suéltala y que corra", se suele decir. Oh, Bibiana aún no se ha enterado de que en el maltrato a menores la mayor parte corresponde a la madre, o quizás eso "no se pueda decir".

DDMM: diferente día, misma mierda.
Paso de darle más cancha a este ser; nos vamos a Panamá.
Vamos a ver lo bien que jugaron los gringos para quedarse con el pastel del canal, y veremos lo mal que, como de costumbre desde hace unos siglos, jugamos los hispanos siempre enfrentados entre nosotros.
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(Fuentes al final).

El canal de Panamá, unir el Océano Atlántico y el Pacífico de forma rápida, ha sido un sueño largamente perseguido, quizás por su evidencia: un simple vistazo al mapa dejaba claro que había, debía haber una forma de evitar circunnavegar toda Sudamérica.

Podemos datar el inicio del sueño en 1502, en el cuarto viaje de Colón. Éste oyó hablar a los indígenas de una tierra estrecha más allá de la cual se extendía el mar. En su obsesión por llegar a las Indias, continente asiático, intentó, sin éxito, la travesía.
1513: Núñez de Balboa consigue llegar hasta la costa pacífica. Primera travesía española lograda con éxito, (se supone que los indios de sobra sabrían llegar de costa a costa).
1520: primer plan: Saavedra propone la idea de excavar un canal que una ambos océanos. A Hernán Cortés le agrada el plan, pero finalmente rechaza la idea porque era partidario de realizarlo más al Norte del plan propuesto por Saavedra.
1550: Pedro Galvao ofrece hasta cuatro proyectos para unir los océanos. Carlos V se interesa vivamente por el proyecto, pero no así su sucesor Felipe II. Aquí hay que prestar atención porque Felipe II rechazó el plan por dos motivos. El primero terrenal: problemas de tesorería. El segundo y que iba a traer complicaciones extras, espiritual: buscar una comunicación artificial sería ofender a la Providencia que creó ambos mares separados. De nuevo todo queda en el papel, o en manos de Dios. De nuevo problemas de financiación y una espiritualidad no muy práctica nos hacen estancarnos unos siglos.
Pero, hecha la ley, hecha la trampa, el monarca estableció la prohibición de un paso marítimo, no de un paso terrestre: se abrió la llamada Vía Real, de gran tránsito durante los siglos XVI y XVII, se puede considerar el antecedente terrestre del canal marítimo. Su modo de funcionamiento era el siguiente: una vez al año salía una flota desde Perú hasta Panamá por el Pacífico. Paralelamente llegaba una flota a Panamá, por el Atlántico, partiendo desde Cádiz. La carga peruana, a lomos de mulas, atraviesa la Vía Real y llega hasta el Atlántico donde embarca hacía España. Tanto esfuerzo aún era ventajoso comparado con bordear el estrecho de Magallanes y reducía el peligro de piratas y corsarios. La Vía Real, tal era la cantidad de oro y joyas que por ella discurría, se mantuvo en secreto hasta que el pirata Morgan dio con ella y la saqueó, refugiándose posteriormente en Jamaica.
A finales del siglo XVIII, Carlos III inicia exploraciones del terreno, pero la situación europea, muy convulsa, le hace abandonar el posible proyecto. Hablamos ya de paso marítimo.
1804: Alejandro de Humboldt estudia 9 posibles rutas por las que trazar un paso.
1814: por fin las Cortes españolas dictan una serie de leyes pensadas para la construcción de un canal para barcos de gran calado. Pero, ya en declive, a España no le llegaban las fuerzas por muchas leyes que dictase: las potencias con capacidad para afrontar el desafío eran EEUU, Gran Bretaña, Francia en menor medida, y quizá Alemania.
1821: España sale de la escena: independencia de la "Gran Colombia" que comprende los actuales estados de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, más porciones más o menos pequeñas de las actuales Costa Rica, Perú, Brasil, Guyana y Nicaragua.
1825: Simón Bolívar, caudillo de la Gran Colombia, proporciona al francés barón de Thierry la concesión de la construcción del canal. La falta de capital hace fracasar de nuevo el proyecto. Posteriormente se concede a un grupo anglosueco y nuevo fracaso.

 (La Gran Colombia)

1830: ya empezamos: Venezuela y Ecuador se independizan de la Gran Colombia. El sueño de unos Estados Unidos de Sudamérica queda roto hasta la fecha. No obstante, Panamá sigue en manos de la antigua Gran Colombia que ahora pasa a llamarse "Nueva Granada".

1843: una sociedad francesa envía a uno de sus ingenieros, Napoleón Garella, quien estudia la posibilidad de establecer un canal o un ferrocarril entre ambos océanos. Se decide por un ferrocarril. A punto de iniciar las obras una serie de problemas dejan a la empresa sin capital. Otro fracaso más.

1846: entra en escena el tío Sam: un grupo financiero de Nueva York se hace cargo e inicia las obras del tren en 1850 (Tratado Mallarino- Bidlack). 

Primer chuleo gringo: por este tratado se concede a EEUU la "protección militar" del itsmo y privilegio de navegación por el área. ¿A cambio de qué?: teóricamente a cambio de construir un ferrocarril que posteriormente quedaría en manos colombianas.

Estados Unidos había acabado su expansión hacia el Oeste y ahora la iniciaba hacia el Sur... Pero sigue habiendo un escollo: Gran Bretaña es potencia hegemónica y se fuerza la firma de un nuevo acuerdo, el Clayton- Buler, por el cual acuerdan no molestarse mutuamente y "velar" por la seguridad del paso. Esta partida, como la historia demostró, la ganaron los estadounidenses que jugaban casi en casa.

1850-1855: el ingeniero Aspinwall consigue acabar la vía férrea entre costa y costa. Se habla de 9000. obreros muertos. Se habla de que debajo de cada traviesa hay un trabajador muerto. Causas de la mortandad: jornadas durísimas, fiebres palúdicas, vómito negro y falta de higiene. 

1869: se calcula que más de 600.000 personas han utilizado la linea férrea y se han transportado por ella mercancías por valor de 750 millones de dolares en forma de lingotes de oro. Los beneficios son tremendos.

Colombia sigue queriendo un canal. El presidente estadounidense Grant declara: el pueblo estadounidense quiere un canal americano, con oro americano y en suelo americano, una inequívoca declaración de intenciones. Pero Estados Unidos atraviesa serios problemas internos y Colombia no quiere esperar; gira su vista a los franceses.

1869: el ingeniero francés Lesseps concluye las obras del canal de Suez. Se puede unir dos mares, Lesseps lo ha conseguido con éxito. Verdi, por encargo, compone la ópera "Aida" para la inauguración.

1878: el encargado por la sociedad geográfica de París para asuntos americanos Bonaparte Wyse, logra un acuerdo con Colombia para construir el canal. Condiciones: concesión del canal durante 99 años, tras los cuales volvería a manos colombianas, que cobraría, durante esos 99 años, una renta por el producto de la explotación.

1879: Lesseps, no podía ser otro, dirige las obras. Crónica de un nuevo desastre: las epidemias diezman a los obreros, el terreno obliga a variar constantemente el trazado, ante la afluencia de obreros se disparan brutalmente los precios y hay que elevar a su vez los salarios para atraer obreros, el desanimo y el aburrimiento de los campamentos, sumado a las malas condiciones de vida,  provocan un alcoholismo generalizado.

1888: Lesseps y su asociado Eiffel en manos de la justicia (acabaron cumpliendo condena). Se estima que se han gastado 250 millones de dolares en sobornos. Salen a la luz cohechos y denuncias que provocan duelos y suicidios. Escándalo mayúsculo con habladurías en toda Europa. 

1898: los gringos, ya sin ocultarse, le dan a España la del pulpo en la guerra de Cuba. España, hasta la fecha, fuera de combate en la escena internacional. Gran Bretaña, Francia, Holanda y Dinamarca, muestran apetencias "muy moderadas" en el Caribe tras la demostración de fuerza de Usa contra España. Alemania, una potencia peligrosa, no muestra naturales apetencias en la zona tampoco. Estados Unidos tiene vía libre para expandirse por Sudamérica. América va a ser para los (norte) americanos.
A partir de aquí los acontecimientos se disparan.

Durante la guerra del 98 contra España, un barco de guerra estadounidense tardó 68 días en ir desde la costa pacífica hasta Cuba. Tras la victoria sobre España, se debía pensar en poner remedio a tales tardanzas. La anexión de Hawai y la posible influencia sobre el comercio en el Pacífico, requerían unir los dos mares. Fijada inicialmente la vista en Nicaragua, pronto se desestima esta opción eligiendo Panamá. Los gringos hacen una oferta al gobierno colombiano: lo de siempre: 99 años de concesión y rentas para Colombia mientras dure la concesión, pero... el Senado colombiano rechaza la oferta. Hay que emplear "otros métodos". Quizás el pueblo panameño quiera la independencia de Colombia... ¿Y quién va a negarse a ayudar a un pueblo que lucha por su independencia y bla bla bla? Como tantas veces en la historia, las supuestas ansias independentistas de un pueblo no son más que tobogán por donde el capital, que ha alentado estas revoluciones "románticas", se va a deslizar con gran alborozo. Hay que preparar la independencia de Panamá.
Hispanoamericanos, por supuesto que los panameños ya tenían ansias independentistas de Colombia, aquí cada aldea quiere independizarse de su vecino, nada nuevo bajo el Sol. Sólo restaba azuzar esas ansias y canalizarlas en la dirección adecuada. En Panamá, de antemano, se habían registrado unas 50 revueltas contra Colombia. Entra en escena un inquietante mediador: el francés Bunau-Varilla. Éste se pone en contacto con el político panameño Manuel Amador. Amador se reúne con Rooselvet en Washington y vuelve a Panamá con una declaración de independencia y una constitución recién redactadas y una bandera "nacional", como quien va al supermercado a comprar. Bunau-Varilla consigue que se publique en París un articulo donde se da por sentada la intervención estadounidense en el proceso independentista, proceso que aún no conocía prácticamente nadie en Panamá. Se crea internacionalmente el ambiente adecuado. Bunau-Varilla entrega a Manuel Amador 100.000 dolares que servirán para financiar la "revolución del pueblo". Con financiación y propaganda, contando con el apoyo gringo, se produce el levantamiento. El 3 de noviembre de 1903 ocho naves de guerra gringas solidarizándose con los hermanos panameños, impiden la llegada de las tropas colombianas que intentan sofocar el levantamiento. Impedidos de llegar por mar, los colombianos envían tropas por tierra que nunca llegaron a Panamá. Nace la república de Panamá. No hay muertos ni heridos, ha sido un golpe limpio, sólo se registra la muerte de un chino por casualidad. Bunau-Varilla firma un acuerdo muy rápido con los gringos, ante el temor de que el nuevo gobierno de verdad se creyese su independencia y no quisiera tratar. No había tal peligro: en el énfasis inicial, como en la transición española, colaba cualquier cosa. Rooselvet asegura en la prensa que no tenía ninguna noticia previa de la revolución panameña. No dice que los barcos de guerra debían encontrase allí "de casualidad". En virtud de la Spooner Act , el mismo Rooselvet queda como jefe de obras del canal, nombrando como gobernador de la zona con poderes dictatoriales al coronel Goethals. Curiosa manera de un país de iniciar su independencia. Se inician por fin las definitivas obras.
Goethals es inflexible: cualquier persona que muestre descontento por cuestiones laborales es automáticamente despedida de las obras. Populista, para evitar el alcoholismo monta festejos y saraos los días festivos, además de dar las licencias para bares lo más alejadas posible de las obras. Se organiza una policía montada que llegó a ser muy temida por su recurso fácil a la violencia. El 3 de agosto de 1914 la primera nave atravesó el canal. Se había cumplido un sueño largamente acariciado.
Estados Unidos, con la excusa de la vulnerabilidad, militarizó el canal y sus alrededores. Desde entonces hasta ahora se han sucedido revueltas por parte de los panameños. En 1964, una protesta de intelectuales y estudiantes desencadenó una matanza: 21 muertos y 300 heridos, todos por parte panameña, claro. Pero todo esto ya es otra historia.

Fuentes: las bibliografía es mucha, pero el mérito corresponde a la historiadora Adelaida Valcarce Samprón, que recopila en el número 195 de "Cuadernos para la historia", la mayoría de los datos que expongo. Por lo demás, he picado de aquí y de allá fechas y datos, casi todos bastante conocidos, que no creo necesario citar las fuentes. El texto es integro mío excepto lo citado en cursiva.

El Desclasado, ese gran recolector de esfuerzos ajenos.