Del blog
Triple sentido copiopego esta chorrada que me ha hecho gracia:
- Dile que tienes algo importante que decirle. No le contestes cuando te pregunte qué es, deja que la curiosidad haga efecto en ella; para terminar, dile que te arrepentiste o que simplemente lo olvidaste.
- Si no se ha peinado hazle saber que lo notaste. Si trata de explicarse, cambia de tema y critica su ropa.
- Intenta oler su axila. Recuerda que te puedes ganar un golpe.
- Discúlpate con ella, cuando te pregunte por qué, vuelve a disculparte.
- Háblale de Aristóteles: La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades; o de Santo Tomás: El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo; cuéntale de Severo Catalina: Desde la edad de seis años, la mujer no crece más que en dimensiones, de Rubinstein: Una mujer es como un puro: hay que encenderla a menudo; si intenta defenderse menciona la Biblia: la suegra de Pedro, o el corán:El dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan apropiarse del producto de la fecundidad femenina; y si aún no ha empezado a golpearte, puedes contarle de Noel Clarasó: El hombre que a los 20 años no cree en la mujer no tiene corazón, y el que sigue creyendo en ella a los 40 ha perdido la razón; y para terminar con broche de oro, Sacha Guitry: Si la mujer fuera buena, Dios tendría una.
- Compórtate como un simio o como un perro; al principio lo tomará como una broma y te seguirá la corriente, pero luego...
- Haz como si no entendieses nada de lo que dice y sube el volumen para escuchar mejor.
- Dile que sientes algo por ella mientras miras su busto.
- Contradícela, si arguye que la estás contradiciendo, niégaselo.
- Dile que solo quieres acostarte con ella.
- Utiliza la ley de atracción en sentido inverso. No dejes que se te acerque. Si buscas un verdadero escándalo utiliza esta técnica en presencia de su familia.
- Pon en duda lo que cree.
- Dile que ya te viniste (eyaculaste) y que ya te vas.
El Desclasado sigue siendo un mago del copiapega.
Regla única para hacer llorar a un hombre:
ResponderEliminar1. Dile: "¿Está dentro?"
jajajaajajaj a mí sí me enfadan con el punto 5.
ResponderEliminarLo demás...blebleble.
amor, jajaja, así no le haces llorar, le creas el trauma de por vida ;)
jajajaja, amor, hay que tener cuidado con esas cosas... coincido con Y.
ResponderEliminarYo me descojono con el 1, el 4, el 8, y sobre todo con el 11. El 11 es que lo veo y me parto. Delante de la familia y huyendo, jaaaaaaa.
ResponderEliminarAmor: la respuesta es fácil: No, ansiosa. Cada cosa a su tiempo y si te portas bien.
Martín: bienvenido.
ResponderEliminarel 11 es muy show jajaja
ResponderEliminar¿Y no sería mejor y más meritorio hallar 13 formas de no enfadarlas? (no se enfaden conmigo por esta tonta pregunta, señoritas).
ResponderEliminarDesclasado, amigo, acabo de tener la revelación científica más triste de toda la historia. Hablo en serio. Paseando con mi hermano, y hablando de las tribulaciones matrimoniales de un pobre amigo (esta vez sí, un amigo), he descubierto por qué las mujeres son como son. Sí, ya sé, ya sé: que no se puede generalizar y que cada una es como es y bla, bla, bla. Pero yo soy tan obtuso que veo reglas, constantes y patrones conductuales donde quizá sólo haya particularidad e idiosincrasia. No lo puedo evitar. El caso es que no sé si contar en este sitio esta revelación tan triste. Las mujeres que por aquí rondan me odiarán, dejaré de ser invisible para convertirme en blanco de sus iras: triste manera de dejar de ser invisible. Joder, yo tampoco quiero eso. Lo contaría si las muchachas me prometieran no enfadarse mucho conmigo, que bastante tengo ya… Pero esto me recuerda a Homer Simpson cuando, antes de contarle una de sus tratadas a su mujer, le pide a ésta que le prometa que no se enfadará con él, y ella, que conoce bien el paño, le responde que lo que le promete es que se enfadará con él, porque siempre que le promete no enfadarse acaba enfadada. Así que no sé si pedirles, estimadas señoritas, que, si lo cuento, prometan enfadarse conmigo, y mucho. ¿Qué me dicen?
Quizá lo mejor sea que te cuente a ti la cosa, Desclasado. Por correo electrónico quiero decir. Me lo pienso un poco y me decido. También dependerá de lo que me digan ustedes.
Raus, lo he pillado, jajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
ResponderEliminarDesclasado: tu blog es una genialidad y quienes esriben también, por eso siempre me divierto con tus post y encontrarás muchos, jajajaja......
Gracias por vuestras reflexiones.
quise decir: encontrarás muchas veces escritos "jajaja..." antes puse mal una "coma"
ResponderEliminarRaus: acabo de leer tu mail... No sé, me deja un tanto confuso. Y el caso es que lo analizas fríamente y lo ves: es así.
ResponderEliminarQue se van a enfadar, tenlo claro: la verdad desnuda duele y eso.
¡Yo quiero novia formal para aplicar el punto 11!
A ver Raus, sí vas a contar una historía real nadie tiene que enfadarse, la realidad puede ser dura pero es lo que hay, otra cosa es el modo en el que se interprete, imagino que se trata de un caso concreto y por ende no hay porque generalizar, pienso que no hay que perder el sentido del humor. ¿no?
ResponderEliminarQueridos todos, lo contaré, pero no es una historia particular, sino una compuesta de muchas historias. Amigo Ramón, la cosa da para pensar que he aplicado uno de los puntos de la entrada, pero la verdad es que no. En fin, iré escribiendo el artículo y que sea lo que Dios quiera.
ResponderEliminarAhora si que me has fastidiado: yo fingiendo haber recibido un mail, siguiéndote la corriente al pensar que aplicabas el punto 1, y resulta que es verdad. Creía que Wendy ya había picado, jajajajaja.
ResponderEliminarMiedo me das... Eso: sea lo que Dios quiera, jajajajaja.
¡Que peligro teneis!
ResponderEliminarLo siento, Desclasado. La verdad es que he pensado en pedirte la dirección de correo para contártelo a ti y que luego lo contaras tú. Como a ti todo te lo perdonan con esa gracia que tienes, jodío. Pero sea, me armaré de valor. No quiero hacerlo muy largo, pero ciertas explicaciones científicas son inevitables. Trabajo en ello en cuanto puedo. Wendy, tenemos el mismo peligro que Chiquito de la Calzada, como dijo Desclasado.
ResponderEliminarNo seas sinvergüenza que luego me la cargaría yo, jajajajaja.
ResponderEliminarRaus y resto: mi correo está junto a la foto de la rata, arriba a la derecha.
Calla, calla, que en previsión de lo que puedas decir, he hecho una entrada burlándome de los hombres. Para compensar.
ResponderEliminarRamón, que se me pasó: gracias por la parte que me toca y por el resto.
ResponderEliminarPor dios, qué intriga.
ResponderEliminarRaus ¿y vas a publicar aqui semejante misterio gratis et amore?
Cuánta generosidad.
Ya lo he visto, Desclasado. Has hecho bien. Todo escudo será poco. Amor, todavía tengo mis dudas, pero creo que sí. Lo que pasa es que temo haber levantado demasiadas espectativas, lo cual suele acompañarse de decepción. Insisto que es cosa que debería contar Desclasado y cargárselo él y no yo, pues es él quien siempre está llevando el cántaro a la fuente. Así que, si me leéis (que no os lo recomiendo), no me culpéis a mí de nada en absoluto, sino a él. O a Ramón. A quien sea menos a mí.
ResponderEliminarJajajajajaja.
ResponderEliminarEstimo oportuno que sea Ramón, sí. ¿Estamos todos de acuerdo?
Por cierto y hablando de enfadarse: saltando de blog amigo en blog amigo de amigo, he llegado a una red de blogs de anoréxicas y bulímicas "ana-mías" y me he puesto de una mala hostia impresionante. "Princesas" se llaman a sí mismas... "Escriven" de pena. No me voy a meter con ellas, bastante desgracia tienen. Y quizás la culpa sea nuestra, de todos.
ResponderEliminarUf, eso sí que es un drama terrible, Desclasado. En alguna ocasión, hace años, tuve que tratar a una niña de 15 años de esa enfermedad. Es realmente duro para todos.
ResponderEliminarJoder, es que aparentan profunda convicción de que es el resto del mundo el que está enfermo. A mí me deja hecho polvo, chavalitas en la mejor edad y con toda la vida por delante metidas en ese pozo.
ResponderEliminarVaya, vaya con Raus, ¿echando balones fuera?
ResponderEliminarNos tienes intrigados, Raus, jajajaja.
ResponderEliminarEn menudo lío me he metido. Me viene a la cabezota lo que me contaba hace poco una prima mía que ejerce de maestra en un pueblo de Castellón. Da clase a criaturas de 6 y 7 años. A veces, para entretenerlos, les cuenta cuentos de invención propia, sin fuste alguno pero con magnífica prosopopeya: "Y entoooces el cazador, DE REPEEENTE..." Y todos los críos se quedan expectantes, con los ojos de par en par, esperando vaya usted a saber qué enorme sorpresa. Mi prima sale por donde se le antoja o zanja el cuento hasta el próximo día. Y al día siguiente los críos le piden que remate el cuento del cazador, pero ella ya no se acuerda ni de papa.
ResponderEliminarLo que yo quiero decir es que las mujeres son como son porque... Oh, vaya, me llaman del trabajo. Mañana sigo.
Jajajajaa.
ResponderEliminarEsto me está sonando como El secreto de las amadas que se quedará todo en nada.
¿Será todo esto un estrategía de marketing? jejjejej
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