Sahara, la nenita Trini, la nenaza Moratinos y la madre que nos parió a todos.

Hace unos años trabajaba de guía de deportes de aventura, ya saben: actividades con nombres que acaben en "ing", hacer el indio por montañas, ríos y nieves, vestido de colorines, cuerda al hombro, llevando gafas de ventisca en verano, guiando a grupos de aventureros urbanos, jóvenes marujas que se apuntaban para ver si "conocían a alguien" y, en ocasiones, lo más odioso: niños y adolescentes en grupos colegiales. Tras las actividades y la vuelta al albergue se suponía que debíamos seguir distrayendo a los grupos; no hacía falta que nos lo ordenase el jefe: con un nivel de hormonas elevado, nos prestábamos de muy buena gana a distraer a las turistas que, lejos de su entorno habitual y amparadas en el anonimato de estar donde nadie te conoce y del que te vas a ir en breve, tanto empeño solían poner ellas en distraernos a nosotros como al contrario. No es que fuésemos Yorch Cluni, era más cuestión de estar en el sitio justo en el momento adecuado y, aquello de llevarse trofeo: "me he tirado al monitor de escalada, piragüismo, barranquismo, etcétera". Como en todo, había clases y no era lo mismo llevar de trofeo la cabeza del blandito monitor de senderismo que la del mucho más bravo monitor de barranquismo, ni era lo mismo tirarte al monitor de mountainbaic que al de quads. La sociedad, que establece para todo diferencias... Y encima, pura selección darwinista, estaban bastante más duras de cuerpo las que se prestaban a actividades más arriesgadas que las que optaban por lo más flojito. Joder, recuerdo sustituir al monitor de senderismo y las tías me andaban recogiendo florecillas, mientras yo pensaba que el clavel reventón que anidaba en mi entrepierna no sabía muy bien si sacarlo a oferta en semejante mercado. Cosas de los inversores.  

Ideales para el ferragosto hispano. Me sudaban mucho las putas sienes, pero no me las quitaba, el estilo requiere de cierto sacrificio. A las de la foto les faltan los cordoncitos para sujetarla a la nuca, un detalle imperdonable esta falta.

Olvidemos las distracciones carnales y centrémonos en las intelectuales. Para distraer por la noche a los grupos había dos técnicas principales: a los grupos garrulos se les ponía un karaoke, se les daba de mamar rico alpiste de cebada y en cuanto se entonaban iban solos. He visto grupos de jevis borrachos cantar a grito pelado canciones de Julio Iglesias, lo juro, y además les parecía muy gracioso. No es lo mismo que ver arder naves más allá de Orión, pero también es algo que marca, que tiene su aquel. Los grupos de más nivel cultural, tipo grupo de profesores a los que se invitaba a pasar unos días en el albergue gratis, para que a cambio se trajesen posteriormente al colegio entero pagando, solíamos distraerlos a base de juegos verbales de salón, también cervezas en ristre. No recuerdo de dónde me saqué un juego que solía gastar, como en otras ocasiones la mentira que inventé para darle lustre al asunto, de tanto repetirla acabó devorando la verdad inicial. La trola glamurosa que inventé para generar atención, fue que este juego lo sacó la revista Time en 1968 y durante semanas suscitó un encendido debate entre los lectores, que podían votar su opción y defenderla. La revista Time jamás me demandó, para mí que ni se enteraron. El juego, sin más preámbulos:

Una mujer en la cuarentena, guapa, culta y sensible, está totalmente abandonada por su marido que se distrae con amantes jóvenes. La mujer acaba cayendo en las garras de un tipo sin escrúpulos que capta que está falta de amor y se convierte en amante de este. Un día la mujer va a casa de su amante. Para llegar allí debe cruzar un río que tiene barquero y atravesar un bosque en el que un asesino mata, pero sólo de noche, a quien ose atravesarlo. La mujer paga al barquero y cruza el río, atraviesa de día el bosque y llega a casa de su amante. Allí hacen el amor y se quedan dormidos. Despiertan y es de noche, la mujer tiene que volver a casa. Asustada le dice al amante que le acompañe, que tiene miedo del asesino. El amante le contesta que no le apetece. Destrozada por esta falta de amor la mujer  sale sola, atraviesa el bosque sin contratiempos y llega donde el barquero, descubriendo que no tiene dinero. De nada sirven las suplicas de la mujer; el barquero se niega a pasarla sin cobrar, dice que él trabaja para ganar dinero y que no es su problema si el asesino la mata. Desesperada llama por teléfono a su marido con el poco dinero que tiene y le cuenta todo. El marido la pone de puta y le dice que lo que le pase lo tiene merecido. Intenta volver la mujer a casa de su amante para pasar la noche allí y en el trayecto el asesino la mata. ¿Quién es el culpable de esta muerte?, ¿la misma mujer, el marido, el amante...?

Ponía a la gente a debatir entre ella, y, fundamental para el circo: divide et impera, los hacía agruparse por afinidades. Cuando ya se habían formado varios grupos un portavoz de cada grupo debía defender su postura y tratar de convencer (en realidad de imponer) su postura al resto de los grupos. Imaginen los debates: el amante era un hijo de puta, el marido otro, el barquero un materialista despiadado y, en general, la mujer una pobrecilla, aunque lo del machismo no estaba tan distorsionado e interesado como hoy y alguien se atrevía a decir que la mujer había ido porque le había dado la gana; le replicaban que si el marido no la hubiera tenido abandonada no habría pasado esto, etcétera. Yo pinchaba aquí y allá a unos y a otros, por supuesto, yo hacía de político enfrentando al pueblo.

Salvo en contadas ocasiones nunca nadie dijo de primeras quién era el culpable real: el asesino.

Leo estos días en la prensa que la izquierda callejera (no confundir con los soplagaitas del pesoe) hace a España "culpable" y "responsable" de lo que está ocurriendo en el Sahara. Hombre, no me jodan, que les cuento el cuento de la revista Time: el culpable es el asesino. De la posible "responsabilidad" hablaremos luego. No obstante la izquierda estos días está sacando lo mejor de ella: que los artistas subvencionados de la zeja me caen como el culo no es ningún misterio, que les tengo que aplaudir en esta ocasión por manifestarse contra la postura oficial del Gobierno de España, son cosas del nobleza obliga. Ya era hora de que se ganaran la subvención por una buena causa. Lo peor ese postcolonialismo paternalista de hacer a España culpable o responsable. El delito de España es de lesa humanidad, de no alzar la voz contra estos crímenes, no de otra cosa. Las obligaciones con la excolonia no van más allá de defender humanitariamente su independencia frente a Marruecos, no me hagan sacar declaraciones del Polisario sobre España y los españoles que se quedarán helados. Lo peor de la izquierda lo de siempre: el odio antiespaña, que Marruecos masacra el Sahara y la culpa también es de España. En este aspecto no parecen tener remedio.

¿Qué quieren que diga de la derecha pepera? Pues que igualmente, de nuevo el nobleza obliga, aplaudo su postura. ¿Interesada? Pues claro, no seamos lilas, interesada, pero en la dirección que estimo conveniente para evitar más muertes en el Sahara, benditos los intereses coincidentes.

Y vamos con el Gobierno de España, que estos si que no tienen desperdicio. Tenemos una ministra de Asuntos Exteriores. Una mujer con traza de querer ser una nenita "cool", ejerciendo de rubia adolescentada superideal de la muerte.  (Llámame machista, Bibiana, insúltame pero hazme caso; tú para mi sigues siendo la única, la primera, la princesa de género, aunque te hayan puesto de chacha de Masturbito a inventarle estadísticas y llevarle cafés). La nenita se va de gira a Bolivia, ¿a qué?, gran misterio. Yo creo que a hacerse la progre por aquello de que el Evo es super de izquierdas y tal: el rodillazo en los cojones que le soltó al opositor, no me acuerdo bien, pero me parece que se lo dio con la izquierda. La nenita está por Bolivia pasándoselo chupiguay disfrazándose de india, en plan Pocahontas andina, cuando estalla un conflicto de narices en nuestra misma frontera. Digo yo que hace falta que la nenita se venga a España y tome las riendas de la crisis, ¿no? Pues no: mandan, no sé en calidad de qué, a la nenaza de Moratinos ¿? (Como yo no soy una figura pública le digo nenaza a Moratinos- Simbad con todas las letras, llámame machista, Bibi, encarcélame, tortúrame, hazme algo, si todo esto lo hago para llamar tu atención). Para el caso más valdría que nos hubiesen mandado a usted o a mí, que seguro que no lloriqueamos si nos quitan de ministros y nos descojonamos pensando en el sueldo que nos va a quedar de por vida. Y piden que "les respetemos", los inútiles estos...

La pregunta: ¿para qué demonios tenemos una ministra de exteriores si no hay ovarios de mandarla donde los moros? (Supongo que para no ofender la sensibilidad del hermano marroquí, es su cultura y hay que respetarla, haciéndoles negociar con una mujer, ser inferior, vaya deshonra, vaya atajo de subnormales están hechos los islamistas). Esperpento. Vergüenza. Ignominia. 

Antes dije que el delito de España es de lesa humanidad: entrar en la venta de armas a Marruecos que los sucesivos gobiernos españoles han autorizado desde hace mucho tiempo, bonita forma de aliar civilizaciones armándolas, nos llevaría a otro debate de más calado: los mismos que nos venden que es su cultura y hay que respetarla, están armándoles para que no respeten a otras culturas, la saharaui en este caso y, si me apuran, para que supongan una amenaza para territorio español, Ceuta, Melilla y Canarias en primera linea. Hipócritas. Hijos de la gran puta.

El Desclasado ha hablado.