Por carga de trabajo tengo el blog un tanto abandonado. Quería hacer una entrada para mantenerlo vivo, aunque esté (el blog) un tanto debilucho. Yo no estoy debilucho, los hombres no nos podemos permitir esas debilidades feminizantes pequeño burguesas.
Ha cerrado el diario "Público" su edición en papel. No ha sobrevivido al zapaterismo del cual era su más firme valedor y recogedor de sus prebendas por servir al amo. "El País para los de la Logse", como fue calificado por no recuerdo quién, me distraía bastante. Era sota, caballo y rey: del feminazismo al multiculturalismo pasando por la defensa de la militancia homosexualista, el ataque por sistema al malvado "Occidente" y la divinización de lo tribal indigenista. Progresismo pacato de libro con titulares que me hacían sonreír lleno de ternura, tipo: "Un estudio de la Univechidá del coño de la Bernarda en technicolor demuestra que el 123% de los hombres son machistas al menos 42 veces en su vida". Cosas así, de adoctrinamiento del más pueril, sólo apto para mentes previamente convencidas.
Pero siempre es una mala noticia que cierre un periódico, sea este de la temática o el posicionamento que sea. O estamos por la libertad de expresión, aunque no nos guste lo que se diga, o no estamos.
Y de adoctrinamientos hablábamos: muy astutos estos del pepé. Muy astutos, sibilinos y, en cierta medida, sutiles. Tenemos una revueltilla en Valencia con los estudiantes. No entro ahora en oportunismos políticos, de algunas formaciones que mucho tienen que callar, de subirse al carro de la revuelta. El caso es que tenemos una revuelta que puede extenderse. ¿Acaso no es bonito tener 15 años y creer que debes cambiar el mundo? ¿Acaso no es fácil sentir que te hierve la sangre y tu puesto está en la barricada o la trinchera?
Pues coge la tele del Gobierno y me meten "Doctor Zhivago" en plena ebullición del tema. La película se convierte en líder de audiencia -técnicamente no es para menos- y en trending topic que dicen los modernos y no sé muy bien qué quiere decir, pero suena a que es muy comentada en las redes. A quien no haya visto la película no me voy a poner ahora a contársela. Ni la película ni la novela mienten narrando el contexto histórico, pero el mensaje que deja es diáfano: ojito con las revoluciones que acaban en tiranías, desastres y purgas. Aviso para navegantes, vamos. Esto es cosa de mi Loli Cospedal, que es una bruja. La amo.
José Mari Aznar hace de bueno en la película.
Y de guerras civiles, adoctrinamientos, revoluciones y tiranías, vamos a traer un pasaje histórico. Es que estoy hasta los cojones de la cotidianidad; dije que no haría una huelga general de un día, pero no dije que no fuese a ir a manifestarme (aunque también sienta que no vale para mucho). Y he perdido la cuenta de las manifestaciones a las que he ido y las que tengo pendientes. En verdad es un rollo que mande la deresha, contra Zapatero vivíamos mejor, este ritmo de manifestarse acabará con los mejores combatientes. Todo sea por la Revolución.
Vamos con cosas que de verdad ocurren en las guerras civiles, salen igualmente enfermeras, doctores, revolucionarios y mucha sangre absurda, aunque no tengan su película.
Las enfermeras mártires de Somiedo.
El concejo de Somiedo, en Asturias, es una zona preciosa de alta montaña. Corríjanme si me equivoco, pero creo que es la mayor reserva osera en España. Un par de veces me salté las prohibiciones y entré a pie en las zonas oseras para intentar verlos en su hábitat. Jamás lo conseguí, es que no vi ni huellas ni deposiciones (cacas de oso, dicho en fino). Los osos debían olerme a kilómetros y a kilómetros se mantenían de mí.
Ven, moreno, que no te voy a hacer nada.
En este paraíso tuvo lugar otro sórdido episodio de la Guerra Civil española.
Somiedo está a caballo entre las provincias de Asturias y León. "A caballo" es inexacto: es asturiano el concejo y linda con la provincia de León.
Al inicio de la Guerra Civil León queda en manos franquistas y Asturias en manos republicanas. Somiedo queda en tierra de nadie. El ejercito franquista en León inicia cursos acelerados de enfermería para mujeres; hacen falta enfermeras con urgencia para hacer frente a la guerra. En la población leonesa de Astorga la Congregación de las Hermanas de María forma a estas enfermeras voluntarias. Tres de estas mujeres son Pilar Gullón, 23 años, Olga Monteserín, 19 años, y Octavia Iglesias de 41 años. Muy a su pesar, van a entrar en la Historia.
Las tres mujeres son de las primeras en estar formadas lo suficiente para pasar a ejercer. El 8 de octubre de 1936 son enviadas al frente: un puesto sanitario en Somiedo, donde se turnarán con otras enfermeras. El frente en Somiedo en esos primeros momentos de la Guerra Civil es un cachondeo, una línea volátil y variando cada día.
El 27 de octubre una milicia local de la UGT comandada por Genaro Arias, "El Pata", un minero veterano de la Revolución de Asturias del 34, inicia lo que podíamos llamar una pequeña ofensiva destinada a aislar los puestos franquistas del frente. El pequeño hospital de campaña en el que ejercen las tres enfermeras es atacado. Las mujeres tienen posibilidad de huir, pero se niegan a abandonar a los 14 heridos que en el puesto atienden. El jefe médico igualmente se niega a escapar. Dos falangistas a su vez deciden no abandonar a las mujeres. Todos son capturados.
El ejército franquista contrataca y la milicia ugetista, antes de huir, asesina a los 14 heridos y al jefe médico. Llevan de prisioneros a la retaguardia a las tres enfermeras y los dos falangistas.
Los prisioneros son llevados a Pola de Somiedo. Los milicianos se alojan en un barracón en esta población. Se entrega a las tres mujeres a la milicia y durante toda la noche son violadas en el barracón. Para amortiguar los gritos de estas, un carro tirado por bueyes da vueltas durante toda la noche alrededor del habitáculo, produciendo un chirrido agudo que pretende tapar los chillidos de las enfermeras.
A la mañana siguiente, 28 de octubre, 5 milicianas se ofrecen voluntarias para fusilar a las 3 enfermeras. Cuesta imaginar tanto odio, tanto rencor social, tanto haber perdido cualquier pizca de humanidad.
Durante toda la mañana vejan y se burlan de las 3 enfermeras, finalmente las obligan a desnudarse y, ya totalmente desnudas, las fusilan sobre el mediodía. Las autoras de los disparos fueron Evangelina Gómez, Emilia Arienza y Dolores Sierra. Las milicianas se quedan y se reparten toda la ropa de las enfermeras y continúan haciendo escarnio de los cadáveres durante la tarde. Posteriormente se obliga a cavar una fosa a los 2 falangistas, se entierra a las enfermeras en ella y se asesina igualmente a los falangistas.
El suceso causó la natural conmoción, las gentes de Pola de Somiedo fueron testigos de estos hechos, y contribuyó a aumentar la espiral de odio guerracivilista irracional. En 1938 fueron recuperados los cuerpos de las 3 enfermeras y se les dio sepultura con todos los honores en la Catedral de Astorga. El odio y la irracionalidad ya habían creado otro icono guerracivilista. En 1941 Concha Espina escribe un panfleto infumable, "Princesas del martirio", relatando estos hechos con una retórica propia de la época y del régimen. Lo tienen por la red si lo quieren leer, es muy cortito y, a pesar de ello, no pude pasar de la tercera página. Recientemente sus familiares pidieron su beatificación. Ni sé cómo va ese proceso, ni, la verdad, me importa un comino.
Pero antes de que todo esto último ocurriese correría más sangre absurda.
Genaro Arias, El Pata, ¿culpable?
Tras la salvajada de las enfermeras, heridos asesinados incluidos, los franquistas de la zona tienen sed de sangre. Mucha. ¿A alguien puede extrañarle? Recordemos que El Pata era el que comandaba la milicia de la salvajada. El 2 de octubre de 1937, aún no llega a un año después de los sucesos de Somiedo, El Pata es hecho prisionero por las tropas franquistas en una ofensiva sobre Lillo, León. De inmediato se le traslada a la prisión de San Marcos, en la capital leonesa. El Pata no tiene absolutamente ninguna posibilidad de salir vivo de esta. De inmediato se le forma consejo de guerra sumarísimo. Hay ansia de sangre.
En realidad El Pata estaba muerto desde el momento en que es capturado, independientemente de los sucesos de Somiedo, su larga y conocida trayectoria como revolucionario no le conceden la más mínima oportunidad. El Pata es un cadáver con acento asturiano. Pero deja tras su irregular proceso un enigma histórico: ¿fue culpable directo de los crímenes de Somiedo? No cabe ningún tipo de duda de que como Presidente del Comité de Guerra de Somiedo, eufemismo que sustituye a "Jefe de milicianos de la zona", es culpable indirecto del comportamiento de sus hombres (y mujeres, en este caso procede la puntualización).
En la causa contra El Pata hay una treintena de declaraciones. En ellas se le acusa de ser "el responsable de todos los asesinatos, robos y detenciones que se hicieron en todo el concejo", declaración del falangista Servando Díaz, o la declaración de su hermano, Nicanor Díaz, también falangista: "De todos los crímenes y atropellos que hubo en Somiedo es el inculpado el responsable y lo tienen por un elemento muy peligroso y de ideas avanzadas (sic)". Por su parte Manuel García declara que "Era una de las personas peores que han pasado por esta zona". El que un poco más tarde sería jefe de la Falange, Elías Sierra, declara que: " Fusilaron a las enfermeras (...) y dicho inculpado presenció tales ejecuciones desde la carretera": después remata: "es un individuo muy peligroso para la Causa Nacional", como haciendo más méritos. Eloy Alvárez no queda atrás: "Cuando sacaban a los prisioneros para fusilarlos, vio al inculpado que iba acompañándolos montado a caballo".
¿Hacen falta más testimonios?
Pero... Pero en una época y en un contexto en que lo cómodo, incluso lo práctico para salvar el pellejo, era decir sí a todo, sorprendentemente tenemos otros testimonios: Isidoro Colado, soldado franquista de infantería hecho prisionero en otra acción, sostiene que: "(El Pata) fue uno de los jefes que llevó a todos los soldados detenidos a Gijón y que fue el que los presentó en la Comandancia Militar", en la misma fecha en la que debiera estar presente en el fusilamiento de las enfermeras. Un caso especial fue el de Antonio Marrón, un evadido de Asturias a la zona franquista que a su regreso a Somiedo, ya como falangista, fue un activo y destacado represor, siendo muerto unos años después de la guerra por una brutal paliza que le propinaron en el monte unos desconocidos a los que jamás se capturó. Pues un individuo de esta trayectoria, en su momento declaró: "Ignora si estaba presente el inculpado cuando el asesinato de las enfermeras (...) y no sabe si pudo dar orden para estos asesinatos". El cura del pueblo de El Pata, José Gutiérrez, afirma que "es una buena persona". El brigada de la Guardia Civil Melquiades Ocaña no tuvo mejor argumento que decir que El Pata "era una persona incompatible con la nueva España que se está forjando", lo cual como prueba deja tanto que desear como la del cura. El Pata por su parte declara que no estaba en Pola de Somiedo ese día y no pudo tomar parte en los hechos.
Tan sólo 5 días más tarde es juzgado, tratando su abogado defensor, el alférez Bonifacio Pérez, de salirse por la tangente: "Seguramente el procesado es un anormal cuya inteligencia pobrísima envenenaron con sus doctrinas y predicaciones otras personas, solicitando del Consejo que tenga en cuenta este hecho seguramente indudable de la total anormalidad mental del procesado para dictar un fallo justo".
Culpable de estos hechos o inocente (culpable directo, indirecto sin duda lo era), El Pata recibe garrote vil el 25 de octubre de 1937. Curiosamente en el acta de defunción pone el habitual "parada cardiorespiratoria". Y es que la gente tiene la costumbre de dejar de respirar y de bombear su corazón cuando se mueren. De los responsables directos de la muerte de las tres enfermeras, el médico, los falangistas y los heridos, no se supo más. Se diluyeron en la neblina histórica, se desconoce que fue de ellos.
Y aún faltaban 3 días para el aniversario de la muerte de las 3 enfermeras...
Buscando el empate en el aniversario.
Entre el 27 y el 28 de octubre de 1937 se cumplía un año de la matanza de Somiedo. El cuello roto de El Pata en el garrote estaba bien, pero sabía como a poco. Al fin y al cabo los republicanos habían matado personal sanitario, ¿iban a ser menos los franquistas? El 22 de octubre el parte de guerra franquista había declarado el fin de la guerra en la zona, con el derrumbe del frente asturiano. Pero eso no importó... Ese mismo día 22 un batallón franquista de una brigada navarra se instaló en el pequeño hospital psiquiátrico de Valdedios, en Villaviciosa, Asturias. El personal sanitario de ese hospital había estado bajo las órdenes de la República. Entre el 27 y el 28 de octubre, el aniversario de la matanza de Somiedo, el batallón desalojó el hospital... no sin antes fusilar, de manera incomprensible, a un médico, dos celadores, dos menores de edad y 11 enfermeras. Sólo en el vengar Somiedo se puede entender esta nueva matanza de personal sanitario y justo el día del aniversario de la anterior. Sólo en el odio y en la venganza se puede entender, jamás comprender, esta nueva salvajada.
Los españoles siguieron unos años más con el ojo por ojo y que yo me quede tuerto si a ti te dejo ciego. Y hoy, 75 años más tarde, no parece que hayamos cambiado mucho o aprendiésemos la lección de esta historia. Es nuestra idiosincrasia, ya lo vio Pompeyo Trogo hace más de 2.000 años: "(Los hispanos) prefieren la guerra al descanso y si no tienen enemigo exterior lo buscan en casa."
Fuentes: varias. Las matanzas de Somiedo y Valdediós son sobradamente conocidas. En la de Somiedo hay ligeras variantes: que si el jefe de la Falange tampoco huyó del hospital y también fue fusilado, que si fueron más de dos los falangistas prisioneros, etc. Todas ellas llevan a lo mismo, no son determinantes.
La de Valdediós es más oscura. Un fusilamiento rápido sin más, es lo que parece, no hay testimonios, o yo no conozco, de más trámites con este personal. Las cifras varían, pero creo que es culpa de las exageraciones de la memoria "histérica". Cadáveres recuperados hay 16, el resto hasta 30 y tantos que citan las fuentes más histéricas sin aportar ninguna prueba, se los sacan de la manga.
Para el sumario de El Pata he tenido que recurrir a varias páginas de memoria histórica, tan exaltadas para defender la honra de los republicanos que cometían estas salvajadas, como las franquistas para defender a los suyos. La primera víctima de las guerras es la verdad.
Televisión Española realizó un documental en 2006 de nombre "Prados de sangre", que no he visto y no sé cómo estará.
Televisión Española realizó un documental en 2006 de nombre "Prados de sangre", que no he visto y no sé cómo estará.
En cualquier caso tienen toda la información en la red.