Paralelismos entre "sindicalistas" y "curas". 1936 - 2010.

Los entrecomillados del título son para salvar a sindicalistas y curas honrados, que los hay y no pocos, aunque, como siempre, la basura es más visible que las flores.

En 1936 se desencadenó en España una terrible matanza de religiosos. Como la hicieron los de izquierdas, que siempre son los buenos, esto no es considerado un genocidio por motivos religiosos. No voy a entrar en interminables guerras de cifras, parece que sobre 7.000 es algo bastante certero. Muchos de los verdugos lo fueron amparados en la cobertura ideológica sindical, eran sindicalistas. (En realidad eran gentuza). No sólo se mató curas y cargos de la Iglesia, también seminaristas y personas beatas. 

Bien, llegamos a lo de siempre: que en la guerra civil todos tienen mucho que callar y que más nos valdría enterrarla de una puta vez, aprender de ella y dejar de usarla para avivar confrontaciones. Además, fíjense qué curioso: se acusaba a los curas en 1936 de:

- Estar gordos mientras el pueblo pasa hambre.

Y en 2010 los sindicalistas están gordos mientras hay 5 millones de parados.

- Tener el favor del poder.

Y en 2010 los sindicatos institucionales son los mimados de las subvenciones.

- De no trabajar.

Y, ejem... Pues fama de trabajadores los sindicalistas no tienen mucha, vaya.

- De ejercer de policía moral.

Y en 2010 los sindicatos son claros garantes de lo políticamente correcto, hacen de policía ideológica.

- Ser los únicos intermediarios válidos para hablar con el de arriba.

Y en 2010 los sindicatos nos aseguran que son los intermediarios legales para hablar con "el de arriba", con la dirección de la empresa.

- Tener un inmenso patrimonio inmobiliario.

Y en 2010 los sindicalistas tienen un patrimonio brutal y regalado, de nuestros impuestos. En el caso de Ugeté aún puede colar que es patrimonio sindical incautado por Franco, pero en el caso de Comisiones Obreras que no existía durante la guerra civil, no hay ninguna justificación que no caiga en el más absoluto ridículo.

- Lavarle el cerebro a la gente.

Y en 2010 los sindicalistas hacen lo mismo: arrimar el ascua a su sardina.

- Dárselas de superioridad moral.

Y en 2010 los sindicalistas son los más requetechupiguays del Paraguay.

- Mantener a la gente en la mansedumbre para descanso de los poderosos.

Y cuántas veces habremos oído: "No es el momento de ponerse bordes, compañeros, que la empresa va mal..."

- Prometer paraísos de dudosa credibilidad.

Sí, como los convenios que serán maravillosos y nunca llegan, mientras sospechosamente las empresas conceden más liberados de los que corresponden por ley.

Podría seguir, pero para qué... Parece claro que los sindicalistas están haciendo lo que tanto criticaban a los curas. "Quítate tú que me ponga yo". No son mucho mejores que aquello que criticaban.

Por supuesto que si he dicho que fue una barbaridad la matanza de religiosos, no estoy alentando a matar gordos barbudos. 

Y sin embargo, al igual que mucha gente necesita guía espiritual, los sindicatos nos son necesarios. Llámesele sindicato, gremio, asociación...llámesele como se quiera, pero es necesaria la unión para plantar cara al sistema, individualmente sólo conseguiremos inmolarnos uno a uno.

Al igual que la noqueada Iglesia que tenemos, debiera haber limpiado de corruptos sus filas sin temblarle el pulso, los trabajadores debemos limpiar el sindicalismo de ratas cebadas. Nos va mucho en ello. Es tan sencillo como no votar a Ugeté, a Comisiones y a quien apunte ser seguidor de sus maneras.

Curas honrados hay y sindicalistas también. A ver si los juntamos y que críen...

(La obra social de la Iglesia es bestial, pero como no se hacen constante propaganda, la gente no se entera. Sindicalistas a pie de tajo dejándose la piel también hay. Sin dejarse comprar, pero como la basura siempre se ve más que las flores, parece que todos sean iguales).

El Desclasado ha contentado a la Iglesia y a los sindicatos corruptos. Siempre haciendo amigos.